14 nov 2024

EN MI PAIS LA LLUVIA NO SABE LLOVER

 

Hasta hace unos años, cada vez que había tormenta de noche o hacía mucho frío, recibía la llamada telefónica de mi madre, su pregunta siempre era la misma: ¿estáis todos recogidos en la casa?

El pasado martes, día 29, al mismo tiempo que oscurecía, se abrieron los cielos en Valencia y el agua, que tanto necesitábamos, cayó como una maldición sobre las casas de miles de personas que vieron como sus vidas y las de sus vecinos se ponían en peligro.

“En mi país la lluvia no sabe llover, o llueve poco o llueve demasiado. Si llueve poco es la sequía, si llueve mucho es la catástrofe. ¿Quién llevará la lluvia a la escuela? ¿Quién le dirá como llover?…” (“en mi país la lluvia”) Raimon.

Recordé aquellas llamadas que solía hacer mi madre cuando puse la radio (que emitió en directo durante toda esa larga noche) y escuchaba a tantas y tantas personas angustiadas que querían saber dónde estaban sus familiares, si estaban seguros, si estaban “recogidos en casa”.

Pero estas preguntas no tenían respuesta. Valencia estaba completamente incomunicada, sin luz, sin teléfono, sin Internet. La noche del 29 de octubre de 2024 se convirtió en la noche oscura de los tiempos más remotos del hombre, esa que estaba poblada de miedo y de monstruos.

No pude seguir escuchando mucho tiempo el horror inenarrable de toda esta gente. La impotencia ante lo que estaba pasando me angustiaba de tal manera que me propuse olvidarme durante unas horas de esta tragedia. No lo conseguí y mis pensamientos volaban a esa oscuridad en la que el agua y el lodo se enseñoreaban como los amos de todo.

A lo largo de los días que han seguido al 29, he escuchado a menudo que esto ha pasado siempre, que la historia está llena de riadas (así las llamábamos antes) que arrasaban cultivos y casas, arrastrando enseres y ahogando a personas. Esto es verdad, en  nuestra memoria y las de nuestros familiares ha habido riadas importantes que marcaron una época.

Lo chocante es que no se haya aprendido nada de la historia para que, cuando la Naturaleza actúe no haya tanto riesgo. Todo lo contrario.  Las imágenes que hemos podido ver son impactantes y reveladoras: amasijos imposibles de coches taponando las calles; edificios construidos en cauces de ramblas que las fuerzas de las aguas han socavado hasta hacerlos caer; urbanizaciones nacidas al amparo del desarrollo inmobiliario descontrolado, desaparecidas …

No, no es hora de buscar culpables, pero sí es hora de actuar con responsabilidad. Como lo han hecho los miles de jóvenes voluntarios que no se lo pensaron dos veces antes de enfundarse las botas, armarse de palas y escobas, para ayudar, aunque sólo fuese con un abrazo o un vaso de agua a quienes están sufriendo de forma tan terrible. “¿Quién me rescatará de mis años de desinformación y desmemoria?” (“En mi país la lluvia”).

"En mi país la lluvia". Raimón.

                                                     

28 oct 2024

HABLEMOS DE LIBROS

 

Los libros siempre han sido buenos compañeros a lo largo de mi vida. Unas ocasiones para evadirme de la realidad incómoda, otras como fuente de aprendizaje. Hay momentos en los que leer me parece imprescindible para intentar comprender lo que sucede y por qué.

La mayoría de veces llego a un libro a través de otro, una lectura me lleva a la siguiente. En estos últimos tiempos mi curiosidad e interés me han hecho recorrer caminos nuevos como las obras del filósofo coreano Byung-Chul Han, su obra “No-Cosas, quiebras del mundo de hoy” la considero casi de “obligada” lectura “…los libros electrónicos no tienen rostro ni historia. Se leen sin las manos. El acto de hojear es táctil, algo constitutivo de toda relación. Sin el tacto físico no se crean vínculos.”

Los últimos dos libros que han llegado a mis manos, están escritos hace mucho tiempo. “Nosotros” del escritor ruso Evgueni L. Zamiatin es de 1921 y está considerado como la primera novela distópica, anterior a las famosas “Un mundo feliz” o “1984”. En la Unión Soviética no se publicó hasta 1988. La historia que se cuenta en esta novela es una feroz crítica a los regímenes totalitarios y se ve que (por lo que sea) se dieron por aludidos. “Nosotros” es completamente actual en el difícil momento que vivimos a nivel mundial. Las distopias que se tornan realidad.

El otro libro es “Reencuentro” de Fred Uhlman, 1977. La manera en que este título llegó a mí,  encierra parte de la magia que envuelve al mundo lector. Un día, escuchando  la radio, llamó mi atención la historia que contó una mujer. Dijo (más o menos) que se lo había regalado a su hija hacía tiempo y que esta le dio las gracias, cuando lo leyó, diciéndole que era la primera vez que la había tratado como una adulta. Mi interés no fue nada original, el título del libro se hizo viral y en horas fue uno de los más buscados en las librerías (yo también lo busqué), estaba descatalogado y era imposible encontrarlo. Días después, hablando con mi hija, comentábamos la anécdota y me dijo: “yo tengo ese libro, lo compré hace tiempo…”

Anécdotas aparte, es una pequeña obra maestra, en él se narra, con una hermosa delicadeza la historia entre dos amigos, uno judío y otro alemán, que evidencia las consecuencias del nazismo. “sencillamente, no le entraba en la cabeza la idea de que un ser humano cuerdo pudiera poner en duda el derecho que le asistía a ella de vivir y morir en ese país”

(aquí os dejo el programa "un libro, una hora" dedicado a dicha obra)

Por último quiero hablaros de uno de los libros que en estos momentos llevo entre manos, “La policía de la memoria” de la autora japonesa Yoko Ogawa. El título nos indica sobre lo que trata. La Memoria y su importancia. Su autora lo hace mediante la historia de una isla en la que cada día desaparece algo y también la memoria que de ello se tiene. “me pregunto que será del jardín de rosas. Señorita, no tiene por qué preocuparse de eso. Crecerán otras flores. Quien sabe, tal vez acabe convertido en un viñedo, o en un cementerio…”

 

8 oct 2024

EL OLOR DEL TIEMPO

 

“el olfato es el sentido más antiguo, el que primero se desarrolló” “los demás sentidos crean sensaciones, el olfato genera emociones”. Juan Luis Arsuaga

El campo en Alhama, cuando se acercaba el otoño, era un escenario lleno de actividad. Había que recoger las últimas frutas de la temporada. Quienes tenían parrales se apresuraban cortando la uva, con la vista siempre en el cielo ante las temidas tormentas de granizo que podrían poner en riesgo todo un año de trabajo.

La mayoría de hogares alhameños tenía algún vínculo campesino proveedor de las frutas y verduras que, llegando esta época del año, se recogían en abundancia y en plena sazón. Al llegar el final del verano las mujeres se afanaban en la elaboración de conservas y mermeladas.

No había cámaras frigoríficas que facilitasen su conservación con fines industriales, lo que no se consumía se aprovechaba para hacer productos que estarían en las cocinas y en las mesas a lo largo de los meses de invierno. En cada casa había costumbres diferentes, dependiendo de los gustos o de los frutos de los que disponían.

Era el momento de hacer conserva con aquellos tomates maduros que desprendían un olor tan peculiar, había quien los mezclaba con pimientos y otras verduras. En esta tarea colaboraba toda la familia, sobre todo a la hora de envasar los frutos en los recipientes, a lo largo del año, se iban guardando las botellas vacías que más tarde se utilizarían para este menester (aun tardarían en llegar a nuestras vidas los tarros con tapón de rosca). Con los tomates que no maduraban y quedaban pequeños en las tomateras, se hacían unos riquísimos tomates encurtidos.

Mi actividad preferida era cuando se hacían  mermeladas. En mi casa, mi madre, las hacía de melón (a la que añadía cáscara de limón), de albaricoque y de tomate. El olor que llenaba la casa, al cocer las frutas con el azúcar, es algo que nunca olvidaré.

Recuerdo el aroma que desprendía la mermelada de tomate y su sabor, nunca la probé en ningún otro sitio que no fuese la casa de mis padres. Últimamente la he visto en  supermercados y restaurantes, pero nada que ver. La mermelada de tomate tenía para mi algo de mágico, el tomate se asocia con guisos o ensaladas, sin embargo, al convertirlo en mermelada, se producía una especie de alquimia en la que el fruto protagonista por excelencia de nuestra ensalada diaria, pasaba a ser un postre delicioso. Mi madre elaboraba esta mermelada con tomates maduros pelados, azúcar y le agregaba un elemento esencial: unas hojas de malvarrosa. Lamento no recordar la proporción de ingredientes (si alguna vez la supe) las proporciones eran más fruto del saber hacer que de una receta escrita con medidas.

Esta época del año, Alhama se llenaba de olores irrepetibles, a los de las frutas maduras y mermeladas se sumaban los de las flores; madrugadoras, como los jazmines que caían de los jazmineros y sembraban los suelos de patios y jardines o la nocturna Dama de noche que desplegaba toda su fragancia al caer la tarde.

“La vida sería mucho más agradable si uno pudiera llevarse a donde quiera que fuera los sabores y olores de la casa materna” Laura Esquivel.

 "Si viene de la tierra"

 

 

17 sept 2024

EL CUERPO Y LA SOMBRA

 

“la luz destapa las grietas de las frentes de los güertanos que se doblan por un fruto amargo, amarillo limón, amarillo infancia, amarillo chacho como chilla la chicharra en los julios, donde se espesa el aire, cuando entornas los ojos y el calor atraviesa a los críos que van en cueros por las calles de los pobres…” Laura Sam

Las casas eran pobres pero frescas; por las mañanas, puertas y ventanas permanecían abiertas hasta que el sol comenzaba a calentar, entonces todo se cerraba y la penumbra resguardaba el hogar, cada uno tenía un rincón o un pasillo que era el más fresco, hacia corriente,  esos lugares y los patios se ocupaban a la hora de la siesta, se tendían mantas en el suelo para dormir, los críos y crías hacían como que dormían y durante el sueño de los mayores aprovechaban para inventar historias y hacer travesuras.

Apenas bajaba el sol, se volvían a abrir puertas y ventanas. Las calles comenzaban a recibir el refrescante rocío del agua que las  manos de las mujeres hacían salpicar, con manos expertas, desde un cubo de cinc. Las calles eran de tierra, al recibir ese regalo devolvían su fragante olor a tierra húmeda y caliente, los portales de las casas se iban llenando de sillas de anea en las que las vecinas se sentaban a compartir sus historias mientras, con hábiles manos, hacían labores: remendar alguna camisa o pantalón del marido, hacerle un piquillo alrededor de las servilletas que había comprado para renovar las que ya estaban demasiado usadas…, las más jóvenes elaboraban, con ilusión, el ajuar que algún día usarían en su propio hogar. Los abuelos que ya no trabajaban, aprovechaban esa hora de la tarde para hacer pleita con manos rudas y cansadas de campesino que se tornaban ligeras como palomas mientras tejían esa labor.

Las calles se llenaban de vida al caer la tarde, los críos jugaban a mil cosas inventadas que casi siempre les hacían volver a casa con alguna rodilla raspada, las madres curaban estas heridas con un chorro de agua oxigenada, los niños seguían jugando y las madres volvían a su tarea.

Cuando llegaba la noche, se recogían las labores y las mujeres entraban en casa a preparar la cena para la familia. Los hombres llegaban del trabajo o de la taberna y ocupaban las sillas que habían quedado vacías, esperando. Era habitual que la cena se hiciese también en la calle, sobre la mesa no faltaba una ensalada con los productos que el padre había recogido en el campo, el plato de frito de berenjenas, pimientos y tomates, la hogaza de pan y algún embutido; el porrón de vino y la cántara de agua.

Tras la cena se reanudaban las conversaciones entre vecinos, los niños terminaban durmiéndose en el regazo de las madres o en cualquier portal hasta que llegaba la hora de dar las buenas noches e irse a dormir. Las calurosas noches se acompañaban de abanicos y ventanas abiertas.

Ahora veo las calles de mi pueblo desiertas, los bloques de pisos con vecinos que apenas se conocen, aparatos de aire acondicionado que vomitan más calor sobre la calle de asfalto ya caliente a cambio de fresco inmediato en los edificios llenos de pantallas. Los cuerpos, agotados por el trabajo y el agobiante calor han perdido la memoria para encontrar la refrescante sombra.

El cambio climático es una realidad producto de un cambio en las formas de vida. Cada año los veranos son más cálidos y, a la vez, nuestros cuerpos lo soportan menos.

"la voz de los poetas"

                                                 " 

3 sept 2024

¡QUÉ ELEGANCIA, LA DE FRANCIA!

 

3 millones de españoles, emigraron durante los años 50, 60 y 70

Venían con pequeños regalos que para los mayores eran de lo más  refinado: café auténtico (aquí se tomaba achicoria), chocolate de verdad, queso, colonia… a veces juguetes que nos parecían mágicos; entonces, los niños, poco sabíamos de otros juguetes que no fuesen las rudimentarias muñecas y balones.

Los emigrantes españoles en Francia, solían venir a ver a la familia por Navidad, una vez terminada la temporada de vendimia. Llegaban contentos y presumiendo de lo bien que se vivía allí, lo buenos que eran los patrones y lo bien pagado que estaba el trabajo. ¡Cuántas viviendas españolas se pagaron con ese dinero! Cuando llegaba la hora de volver a irse, la tristeza sustituía a la alegría.

Hubo un tiempo en que nosotros también fuimos emigrantes. Casi todas las familias más pobres tenían alguien fuera de España trabajando (otros estaban por motivos políticos, esos no podían venir ni de visita). Francia fue durante años el destino y el asilo de muchos españoles.

En esos años los sentimientos hacia el país vecino estaban divididos, por un lado había admiración por su sociedad progresista que comparada con la nuestra nos dejaba a la altura del betún, tanto en lo cultural como en lo económico, (España era un país “En vías de desarrollo” según decían los libros de texto de la época), por otro lado había un cierto poso de rencor mezclado con servilismo, nacido de esa necesidad no deseada de tener que abandonar el propio país para poder comer.

Años más tarde, con el inicio de una cierta apertura política y social propiciada por las presiones políticas de los gobiernos europeos, llegó el turismo, y España se convirtió en un destino barato para que viniesen de vacaciones aquellos que habían recibido a nuestros emigrantes y asilados. Entonces pudimos ver en directo el refinamiento y la superioridad de aquella sociedad idealizada. La brecha social era patente, una España desmantelada culturalmente y de mentalidad cerrada por el miedo, chocaba con los aires frescos de minifaldas, pelo a lo garçón, cigarrillos y canciones que sonaban a algo llamado Libertad.

La llegada de la Democracia, trajo de vuelta a España a algunos de los que tuvieron que irse por motivos ideológicos, pero a la mayoría el cambio no les llegó a tiempo. Muchos de los trabajadores emigrantes  tampoco volvieron de forma definitiva, los hijos habían echado raíces en aquel país.

En este verano que Francia, sobre todo Paris y sus Juegos Olímpicos, han sido los protagonistas de las noticias junto con la llegada masiva de inmigrantes a nuestro país, he vuelto a pensar en aquellos años no tan lejanos y sin embargo desconocidos para las nuevas generaciones.

Me doy cuenta de lo débil y selectiva que es la memoria, lo pronto que olvidamos la historia, que nos creemos superiores por haber nacido en un lugar y no en otro, como si eso tuviese algún mérito. Los lugares no importan, las personas sí.

La ceremonia de inauguración de los JJOO me pareció una representación simbólica del mundo en que vivimos. Toda la parafernalia imaginaria, un batiburrillo de actos incoherentes, atravesada por un verdoso Sena demasiado real. La antorcha olímpica, suspendida en el aire.

"Le métèque" ( el extranjero) Moustaki





 

 

20 ago 2024

VERANO AZUL

 

Siento un placer casi infantil cuando comienzo a escribir en una libreta nueva. Esa primera página es como el inicio de un proyecto o  la lectura de un libro, no sabes que te espera después de empezar. Me gusta comprar, cuando encuentro un cuaderno bonito, otras veces busco uno con la excusa de escribir cualquier cosa. Por mi casa tengo muchos desperdigados y, la mayoría de las veces, cojo cualquiera de ellos sin orden ninguno para anotar lo que se me ocurre o simplemente para no olvidar algo (sé que lo que escriba seguirá allí).

Creo que este es uno de los recuerdos infantiles que sigo materializando. Siempre que escribo en una primera página vienen a mi memoria aquellos cuadernos escolares. Cada niña teníamos un solo cuaderno que íbamos rellenando día a día con las diversas tareas que mandaba la maestra, primero se ponía la fecha y luego lo que tocara: lengua, matemáticas, dictado, cuentas, redacción, copiado, etc...En la clase había un cuaderno/diario en el que también se escribía lo que se hacía; cada día lo escribía una alumna diferente. Cuando me tocaba esta tarea, ponía todo mi cuidado en no hacer borrones, escribir con una letra clara y sin faltas de ortografía.

Después de muchos años, retomé mi afición por estudiar y escribir, recuerdo que para el primer trabajo que tuve que hacer pedían, específicamente, que había que presentarlo escrito a ordenador y enviarlo por correo electrónico. Me costó entender esta forma de hacer las cosas, por eso siempre imprimía una copia para guardarla yo (por si las moscas).

Me sigue gustando escribir a mano, tener una agenda de papel y tomar notas. Ver las palabras escritas por mi mano me da una tranquilidad que no siento cuando escribo en el ordenador.

Las nuevas tecnologías y en general todo lo relacionado con ellas, me producen sentimientos encontrados, de un lado me atraen, soy curiosa por naturaleza y lo nuevo me llama la atención; reconozco las facilidades que nos procuran, en algo tan pequeño como un móvil puedes llevar la agenda, documentos personales, puedes escuchar música e incluso ver películas. Por otro lado me generan una absoluta desconfianza, más aún cuando, poquito a poco, para casi todo, hay que depender de ellas. Hemos puesto nuestras vidas en sus manos sin apenas darnos cuenta. Datos personales, cuentas bancarias, billetes de tren o avión, expedientes académicos… todo existe de forma virtual y cada vez menos de forma física.

Mi desconfianza se vio acrecentada el pasado viernes 19 de julio, cuando todo el mundo entró en pánico al ver en los ordenadores la llamada “Pantalla azul de la muerte”, esa señal que indica un fallo en el sistema del “Amo” Microsoft. Millones de pantallas se tiñeron de azul y se hizo imposible que empresas de todos los países, administraciones públicas, transportes, hospitales etc. pudiesen funcionar con normalidad. Fue muy chocante ver cómo, en aeropuertos atestados de turistas, las asistentes rellenaban, a mano, justificantes de vuelo para los desconcertados pasajeros que mostraban su asombro. 

El caos digital hizo que muchas personas volviesen a escribir con su puño y letra, a algunas otras nos dio por pensar que habría pasado si ese color azul hubiese sido irreversible.





29 jul 2024

INVASIONES

 

viñeta de "El Roto"

La globalización mediática hace que, a menudo, nos veamos invadidos por noticias que traspasan las costuras de nuestro día a día, ante las que no hay forma humana de protegerse. Hace unas semanas fue Taylor Swift quien se coló en nuestras vidas por tierra, mar y aire. Cualquier medio de comunicación al que prestases atención, la nombraba. Yo he de reconocer que no tenía ni idea de quien era, hasta ese momento. Cuando lo supe tampoco me interesó y no llegué a comprender tanta euforia desatada.

El domingo, 14 de julio, amanecimos con la noticia de un atentado al candidato republicano a la presidencia de los EEUU, Donald Trump, mientras daba un mitin en Butler, Pensilvania. La imagen del afectado echándose mano a la oreja y apartándola manchada de sangre, empezó a viralizarse e invadió todo espacio informativo o de opinión. A mí me recordó la imagen de un prestidigitador que llevaba ya la sangre en las manos antes de llevársela a la oreja.

La campaña electoral americana, por primera vez en muchos años, no me causa interés. Decidir entre una persona enajenada y otra senil, me parece la más cruel metáfora de lo que es el país en el que, hasta hace nada, nos mirábamos más de medio mundo.

Ese mismo domingo, en nuestro país, se agolpaban los eventos noticiables. Jugaban la Roja y Alcaraz. Ganó el murciano y también la Selección. Estas noticias ya invadían cualquier espacio desde hacía días, creando un fervor inusitado entre la mayoría de la gente, todo fue apoteósico cuando las expectativas se materializaron en sendas victorias.  Perdonad si no siento especial emoción ante ellas salvo por aquello de que sus protagonistas son españoles.

Todos estos sucesos me dan qué pensar. No deja de ser paradójico que en el país que más armas hay en manos de particulares, el representante político que defiende esa opción, sea agredido por un joven de 20 años que poseía un rifle. La verdad tardará en saberse ya que el atacante fue abatido por el servicio secreto.

Otra paradoja es la victoria de una selección de fútbol formada por personas de diversas nacionalidades, selección de un país, el nuestro, en el que apenas unos días antes, la alianza de las derechas se fracturó por culpa de la decisión aceptada por los partidos mayoritarios, de admitir la entrada en España de “menas”. Me pregunto si la bandera que ondeaba el domingo en todos lados, no es la misma que la que esgrimen quienes no quieren extranjeros en nuestro país.

Como si de una realidad paralela se tratase, otras cosas han ido pasando, de tapadillo, durante ese fin de semana tan trepidante. En nuestro país, cinco mujeres han sido asesinadas víctimas de la violencia de género. En la franja de Gaza un nuevo ataque aéreo israelí causa 141 muertos y más de 400 heridos.

No puedo dejar de pensar que, por mucho que se quiera mostrar el triunfo de la selección como un triunfo de la igualdad social y la justicia, estamos mintiendo a los millones de desfavorecidos que se identifican con sus mitos del fútbol pensando que su vida puede llegar a  ser igual. También considero injusto que la oreja de una persona sea más importante que la vida de tantos.

 

 "Bandera Blanca" Franco Battiato

 

 

 

16 jul 2024

HOGUERAS Y HUMANIDAD

 



A primeros del mes de junio los críos de Alhama comenzaban a buscar con qué hacer la hoguera de San Juan de su calle o de su barrio. Visitaban las carpinterías para recoger recortes de madera inservibles o virutas con las que prender el fuego. Los campos también eran lugares donde encontrar materiales, muebles abandonados, ramas secas, cartones… Las madres casi siempre tenían algo que aportar, cajas vacías, escobas rotas por el uso, algún colchón viejo que había sido sustituido por uno nuevo de espuma…

A lo largo del mes montones de enseres  iban creciendo en los diferentes solares, por las tardes, después del colegio, se podía ver a la chiquillería competir para conseguir que su hoguera fuese la mejor.

La noche de San Juan, al caer el sol, era el momento de prenderles fuego y el pueblo se llenaba de lumbres más o menos grandes, alrededor de las cuales gritaban y jaleaban pequeños y grandes. Visitar las hogueras era algo divertido, ver como el fuego consumía todo lo inservible era emocionante. El ritual colectivo, construido a lo largo de un mes, concluía cuando entraba el verano, en esa noche mágica, de forma espectacular.

Con los años fuimos incorporando otros rituales, quemar lo malo que nos había pasado durante el año. Cuantas cartas de amores perdidos iban a parar al fuego.

Y un día te das cuenta de que ya no se hacen hogueras, ya no hay solares dónde hacerlas. Si quieres hacer una, hay que pedir permiso municipal para que haya la protección necesaria. Impensable que los críos hagan fuego, no les dejamos ni encender una cerilla. Los rituales de esa noche se han convertido en algo sofisticado, privado y adulto.

Vivimos en una sociedad donde a los niños todo se les da hecho. Participan de fiestas y juegos organizados por los adultos en los que ellos son meros “consumidores”. Hoy sería impensable (e ilegal) un pueblo donde los niños recogiesen enseres para luego quemarlos. Hay que proteger a los niños.

Sin embargo, no vemos peligroso que cada criatura tenga acceso a pantallas. Y no me refiero sólo a móviles y tablet con acceso a internet, en todas las casas tenemos, como un miembro más de la familia, la televisión. La tele, ha pasado a considerarse doméstica e inocua, la tenemos encendida todo el día. Hay multitud de canales que, de diferentes formas, emiten la misma información dirigida. Sentados en el sofá mirando la televisión, o ante el ordenador, no hay riesgo de quemarse, de rasparse las rodillas o romperse un hueso. Todo está en su sitio.

Escribo esto en el aniversario de George Orwell, autor de “1984” y “Rebelión en la granja”, de él es esta frase: “Lo importante no es mantenerse vivo, sino mantenerse humano”

    "La hoguera" Javier Krahe

                                               

  

9 jul 2024

LA VERDAD ESTÁ AHÍ AFUERA

 


 Cada cual tenemos rituales que, sin saber por qué, se han instalado en nuestra vida. Uno de los míos es escuchar la radio los domingos por la mañana. Durante gran parte de mi vida, los domingos han sido días laborables, escuchar la radio era una forma de evadirme del trabajo,  ese hábito se quedó instalado en mí y sigue siendo placentero. Casi siempre elegía programas musicales que animaban la tarea. En las horas en las que estaba sola empecé a aficionarme a programas con más contenido como “Café del sur” o “Mediterráneo” ambos de Radio 3.

Aunque no tengo necesidad de madrugar, sigo escuchando la radio los domingos por la mañana temprano. El “A vivir que son dos días” de la Cadena Ser se ha convertido en mi programa favorito por sus entrevistas y, sobre todo, por el espacio “Las edades de Millás”. Cuando el contenido que escucho me parece digno de destacar, procuro compartirlo posteriormente en Facebook.

Pero mi relación con las redes sociales, últimamente, se ha convertido en una relación tormentosa. Precisamente un domingo, el 12 de mayo, escuché la entrevista a Francesca Albanese, relatora de la ONU para Palestina que presentó un informe sobre la intención genocida de Israel en Gaza. Me pareció interesante y la compartí desde la página de la cadena Ser en Facebook, el titular decía “En los países occidentales hay reticencia para hablar del genocidio en el contexto de Gaza”. Al poco rato me llegó un mensaje de esta red social que  decía “Nuestra tecnología ha demostrado que esta publicación se parece a otras que infringen nuestras normas comunitarias de contenido violento y gráfico. No permitimos que nadie en Facebook comparta contenido que muestre violencia gráfica…” me decían que podía solicitar una revisión y si no la publicación sería desplazada para que fuese difícil de encontrar. Esto me pareció surrealista ya que la única imagen que aparece es la foto de la entrevistada. 

Unos días más tarde, esta vez en YouTube, me avisaron de que se me restringían algunas funciones ya que había dudas de que fuese un adulto. Creo que ver con mis nietos videos de canciones infantiles ha desorientado al algoritmo.

Siguiendo con las redes sociales, el viernes pasado todas se hicieron eco de una noticia que no sabría cómo calificar. El Papa Francisco anunciaba la canonización del primer “santo millenial”, tras confirmar el segundo milagro del llamado “Influencer de Dios”, un programador informático llamado Carlo Acutis, que se dedicó a documentar, en su página web, todo tipo de milagros y apariciones marianas. En 2006 fue diagnosticado de leucemia y murió a los 15 años. Pero su recuerdo en las redes sociales lo ha convertido en una persona de culto. En 2020 se aprobó el primer milagro que inició su proceso de beatificación, como consecuencia de la curación inexplicable de un niño en Brasil que, supuestamente, se recuperó una grave afección del páncreas tras tocar una reliquia de Carlo Acutis. El segundo milagro ha sido reconocido por la Iglesia en la curación de una chica de Costa rica a la que un accidente dejó al borde de la muerte, su familia empezó a rezarle al “Influencer de Dios” y viajaron a su tumba, donde le dejaron una carta. Al parecer, ese mismo día la chica comenzó a respirar y recuperó la movilidad.

Internet se ha convertido en lo que legitima o denosta cualquier cosa, y en sus sabiamente llamadas redes, estamos aleteando creyendo que volamos.

 


 

 

26 may 2024

LXV

 


“Me atreveré a decirle que no pienso tanto en la vejez. Nunca creí que la edad fuera un criterio. No me sentía particularmente joven hace cincuenta años (cuando tenía veinte, me gustaba mucho la compañía de gente mayor), y no me siento vieja hoy. Mi edad cambia y siempre ha cambiado de hora en hora. En los momentos de cansancio tengo diez siglos; en los momentos de trabajo, cuarenta años; en el jardín, con el perro, tengo la impresión de tener cuatro años...” Marguerite Yourcenar. La vejez.

Recurro a estas palabras de Marguerite Yourcenar, porque, exceptuando lo del perro, (nunca fui muy amante de las mascotas), son palabras con las que me identifico ahora que estoy a punto de cumplir la edad en la que, según la sociedad, debería jubilarme. Pero, de vivir, como me comentaba una amiga, una no se jubila nunca

Como es la vida, la mayor parte de ella se vive de forma inconsciente y cuando empiezas a darte cuenta de todo lo que podrías hacer, ves que el tiempo se acorta. Aunque, ¿en qué consiste el tiempo? Ha habido años que han pasado tan rápidos que no eres capaz de decir qué hiciste en ellos, ahora, cada día, cada minuto, tiene un valor diferente.

El paso de los años te vuelven selectiva, te queda tan poco tiempo para todo lo que quieres conocer, leer, aprender, que no todo vale. Las elecciones personales son mucho más pensadas.

“… se bien lo que es vivir. No hay tiempo para odiar a nadie, ahora sé reír (……) y si me levanto y miro al cielo, doy las gracias y mi tiempo lo dedico a quien yo quiero.” Rozalén.

Esta etapa, si olvidamos los achaques, es a mi parecer, la más interesante. Lo aprendido a lo largo de los años te provee de una mirada distinta y el caleidoscopio gira de forma diferente. Los ideales se materializan en personas y son estas las que pasan a tener un valor fundamental. 

En uno de mis escritos anteriores hablaba de  “La zona de interés” sin haberla visto, ayer la vi. Podría deciros que es la película que me ha hecho sentir más miedo, aunque no hay en ella ni una sola escena de violencia. Esa mirada distinta de la que antes hablaba, aparece en esta obra en la que lo real está soterrado o detrás de un muro, pero sabes que está.

Ahora sé que está, que siempre está. Que camina a nuestro lado, aunque lo sintamos lejos. Que el ser humano es capaz de las mayores atrocidades. Que no todo el mundo es bueno.

Pero también existen las buenas personas, la gente amable, la gente sencilla que es capaz de pararse a consolar a un niño que llora, a escuchar el canto de un pájaro o a mirar esas flores que han salido, milagrosamente, entre el asfalto. A esta gente le hace un homenaje Win Wenders en su película “Días Perfectos”, entre esta gente me quiero quedar.

“La edad. Un sillón blanco donde sentarse con dignidad. Mirar que la vida es una desembocadura y que enfrente hay una bahía azul maravillosa…” Manuel Vincent.

 Porqué, porqué...

                                            

"...¿Por qué cuando alargo la vista se alarga la lista de lo que no entiendo...?"

 

28 abr 2024

ABRIENDO PUERTAS

 

Muchas noches me cuesta conciliar el sueño, cuando esto ocurre me refugio en la lectura o escucho la radio. Una de esas noches en la que, además, estaba cuidando a mi madre, me apareció en el móvil una noticia de última hora: Irán acababa de atacar a Israel. Todos los medios digitales hablaban de una III GM.

Me parece abrumadora la situación por la que está pasando el mundo en el que vivimos, sólo escribirlo me resulta agobiante porque me doy cuenta de que ante los temas de geopolítica y los intereses que hay detrás, las personas de a pie no podemos hacer nada y eso me genera una angustia, a veces difícil de gestionar.

En estos casos miro a mi alrededor y me quedo en lo accesible, en lo cercano, en ese espacio donde sí puedo hacer.

El proyecto de la revista “ZANGAMANGA, La Voz y La Palabra” que realizo como voluntaria del Centro de Atención Psicosocial está dentro de ese espacio.

Esta semana, el jueves 18, justo el día que saldrá a la venta este periódico, a las 19:00, se presentará en la Casa de la Cultura el número 11 de la citada revista. Esta publicación es, a su vez, un lugar en el que todos tienen cabida, las personas de la familia Zangamanga en primer lugar pero luego sus páginas están abiertas a quien quiera colaborar en ella, desde el respeto y las ganas por construir.

Como cada número, este lleva una entrevista a alguien que haya hecho cosas importantes dentro del mundo de la cultura en Alhama de Murcia. Entre todos se decidió que Rafa Medina, como representante del grupo Malvariche, sería una buena opción. Así lo hemos hecho y creo que ha quedado una buena entrevista que sumada a los escritos de los colaboradores dan un plus al trabajo hecho en el taller “Encuentros con la Cultura”, que realizo con la familia de Psicosocial, y que nutre las páginas de cada publicación.

Hacer, crear, trabajar, pasar a la acción, es mucho más sano y reconfortante que enrocarse en dilemas que nos sobrepasan, ante los que no podemos hacer nada y que pueden llegar a conseguir que nos bloqueemos o que acabemos desentendiéndonos de todo.

Esperamos contar en el acto de presentación de este número 11 con la presencia de algunos componentes de Malvariche y seguro que habrá alguna sorpresa más.

Aprovecho para invitar, a todo el que quiera, a asistir a este acto, os aseguro que pasareis un buen rato y, de paso, conoceréis a personas que merecen mucho la pena.

 


15 abr 2024

LA ZONA DE INTERÉS

 

"colores de Paz" Unicef.es/educa

Una de las películas más premiadas de este año, en los diversos certámenes a los que ha sido presentada es “La zona de interés”. Está basada en el libro del mismo título y aunque aún no he tenido la oportunidad de verla, la tengo presente en estos días.

La acción transcurre en la casa que el director del campo de exterminio de Auschwitz construye para su familia en las afueras del mismo, en la zona de interés, como así se llamaba al espacio de 41 kilómetros cuadrados que separaba la vida cotidiana del horror. Sin embargo el ambiente ideal de esta mansión no puede impedir que, desde la lejanía, lleguen los ecos del espanto.

Han pasado muchos años desde que ocurrieron los sucesos en los que se sitúa la acción que narra la película. Hechos que han generado multitud de preguntas sobre la indiferencia/bondad/maldad del ser humano. Reflexiones como las de Hannah Arendt en su obra titulada “La banalidad del mal”. “

Ahora, me pregunto: ¿Por cuantas zonas de interés estamos rodeados en estos momentos, que nos separan de todo aquello que nos molesta, que nos separan de lo Real?. ¿Qué medida tiene cada una de ellas?

¿Cuánto medirá la que nos sirve de filtro entre nuestros hogares y los hogares palestinos destruidos, los niños asesinados, las familias desaparecidas? ¿Y la que hace de telescopio donde vemos cada vez más alejados los edificios destrozados de Ucrania? Quizás sólo tengan el grosor de una pantalla.

Sin darnos cuenta nos pasamos la vida construyendo muros, “zonas de interés” que nos tapen lo feo, lo sucio, lo malo; para poder hacer como que lo olvidamos, o que no nos importa. Muros que nos permitan mirar hacia otro lado.

La zona que rodeaba Auschwitz estaba administrada por las SS. ¿Quién o quienes administran las actuales? ¿Cuánto debería de medir y como se llamaría la que nos esconde de nuestras propias conciencias?

En esta Semana Santa, mientras las imágenes de los noticiarios se llenaban de cofrades sevillanos, llorando desconsolados porque la lluvia no permitía sacar a la calle a sus amadas imágenes, al otro lado de la “zona” las bombas caían sobre personas que sólo intentaban recoger comida para sus hijos.

“La fuerza que posee la propaganda totalitaria -antes de que los movimientos tengan el poder de dejar caer telones de acero para impedir que nadie pueda perturbar con la más nimia realidad la terrible tranquilidad de un mundo totalmente imaginario- descansa en su capacidad de aislar a las masas del mundo real” Hannah Arendt.

 "La zona de Interés" Trailer.

 

 

1 abr 2024

MUJERES DE NEGRO

 

A mi abuela siempre la recuerdo vestida de negro, en las fotos familiares también hay algunas de niñas y, hasta novias, vestidas de ese color. Era el reflejo de una época triste en la que la muerte y su recuerdo lo teñía todo.

Los muertos de la guerra, los hombres y mujeres que fallecían a muy temprana edad por las condiciones de vida y la falta de medicamentos, las mujeres que fallecían de sobre parto o la alta mortandad infantil, hacían que se fuesen encadenando un duelo con otro, un luto con otro y cuando venían a darse cuenta ya se convertía en habitual vestir de ese color.

El velo formaba parte también de luto femenino, el luto masculino se manifestaba llevando una franja negra en la manga de la chaqueta o blusa.

En las casas, mientras duraba el período de luto, no se cantaba, no se escuchaba música y las ventanas permanecían cerradas o entornadas. Esto mismo ocurría durante la Semana Santa, desde Jueves Santo hasta Domingo de Resurrección. Recuerdo que en esos días no había cine, a los niños no se nos dejaba cantar ni expresar alegría con los juegos porque el Señor estaba muerto. Tampoco se podía poner la tele, (recién llegada). Era época de recogimiento.

Me asaltan estos pensamientos en un mes que comenzó con las fiestas del día de la mujer y que acabará con la semana Santa. Un mes en el que se han cumplido cuatro años desde la pandemia que se cobró miles de muertos en nuestro país.

Durante esa pandemia en la que la muerte se volvió protagonista, no ha habido velo que pudiese cubrir el dolor de tantas familias ni la ignominia de los carroñeros que, como ocurre en casi todas las guerras, acaban alimentándose del dolor ajeno.

The Rolling Stones (1962). "Paint it black"


Los Salvajes (1965-1969)




14 mar 2024

SI LOS OLMOS HABLARAN

                                                              

El 20 de febrero de 1981 se abrió en Alhama un local diferente que a los jóvenes de entonces nos supuso un refugio, casi un hogar, en el que coincidir con nuestros iguales y en el que se podía hablar de todo lo que nos interesaba, por aquellos años eran muchas cosas. Como bien recuerda Damián Sánchez, el alhameño que puso en marcha el “Café Bar Los Olmos”, tres días después de su abertura se produjo el golpe de Estado 23F.

La juventud comprometida de esos momentos, de diversas tendencias ideológicas que iban desde los moderados a los más radicales pero también quienes simplemente querían que las cosas cambiasen, se daba cita, casi a diario en este lugar.

El entorno era moderno y sumamente acogedor, con toques sofisticados, como aquella manera de tener las copas, colgando encima de la barra. Entrar allí era pasar a una especie de realismo mágico, con su mobiliario de bambú y en cada mesa una flor o una planta. En el techo, del que colgaba una red de pesca, revoloteaban aves sueltas que iban picoteando de un lado para otro en los comederos que tenían dispuestos. Dividiendo el salón había dos enormes acuarios con infinidad de peces. Las paredes aparecían vestidas de la nutrida colección de minerales que su dueño cuidaba como un tesoro.

A veces los minerales se tapaban para poder disfrutar de las muchas exposiciones de pintores alhameños que allí se podían ver. Era también local de recitales de poesía y actuaciones musicales en directo, por el pasaron grupos locales como Malvariche que hizo allí una de sus primeras actuaciones.

Los Olmos fue el lugar dónde una nueva generación encontró su sitio y tuvo la posibilidad de acceder a una cultura por descubrir. Allí surgieron algunas de las peñas de la feria, se vivía el carnaval y los Mayos (fiesta rescatada en 1981), se ponía en valor todo lo relacionado con nuestro pueblo y con la Democracia recién estrenada.

La nueva clase política, surgida tras las primeras elecciones municipales, también frecuentaba este local, era habitual que tras los plenos del ayuntamiento, concejales de cualquier signo se encontrasen allí para tomar una copa y debatir amigablemente sobre el pleno recién celebrado, cosa casi impensable en esta época.

Las tertulias con amigos en Los Olmos podían alargarse durante horas, hasta bien entrada la noche/madrugada mientras, de fondo, sonaba la mejor música: Aute, La Mandrágora, Pablo Guerrero, Mercedes Sosa, Víctor Jara, Pink Floyd, Leonard Cohen, Joan Báez  etc. Las cervezas, el pasto seco, a veces Damián nos ofrecía algún queso diferente a los que conocíamos y, para rematar, casi siempre caía algún trozo de la tarta de chocolate que hacía Ginesa, una delicia.

Este establecimiento ha ido cambiando con los años, otros hombres y mujeres han sido sus dueños hasta el día de hoy y cada uno le ha ido dando su toque personal. Me sigue gustando ir de vez en cuando pero siempre echaré de menos aquel sitio donde sólo había una red, donde volaban los pájaros, donde dábamos Gracias a la Vida.  

       "Nos ocupamos del mar", canción de Alberto Pérez interpretada por "La Mandrágora" 1981



29 feb 2024

LA PAZ MUNDIAL

 

Hace muchos años, leí un libro que se llamaba “El encanto de la vida simple, trataba sobre el valor de las cosas pequeñas de la vida. Recuerdo que me produjo, su lectura, una gran paz.

A veces el compromiso, la responsabilidad, la ética, nos llevan por caminos demasiado grandes hacia empresas complicadas que, normalmente no están a nuestro alcance. A luchar por cosas que no dependen de nosotros. Estos caminos, lo más probable es que nos lleven a la frustración y la angustia.

Conforme una va haciéndose mayor va comprendiendo que esa vida tan corta que nos corresponde a cada uno, la llenamos de angustia ante ideas inalcanzables. Reconozco que me preocupan los conflictos armados y su repercusión en Europa, raro es el día que no siento un pellizco en el estómago cuando leo según qué noticias.

Aquí aparece ante mí una variante de la  ”Indefensión aprendida”, a fuerza de ser consciente de que las guerras existirán siempre que haya intereses de por medio (que no ideales). Que los líderes tienen casi todos los pies de barro. Que existe la maldad cuando se deshumaniza al otro. Que la solidaridad es una palabra en desuso… es entonces cuando dan ganas de bajar los brazos y rendirse. “cruzar los brazos, pasar de largo”

La otra alternativa es la de hacer cosas pequeñas “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano) y aprender a estar satisfechos con pequeñas acciones que también impliquen a los demás. Cosas que posiblemente nunca serán conocidas pero seguro tendrán efectos, el corazón se encogerá menos veces porque el trabajo es bueno para deshacer nudos.

Aquel libro que hablaba de la vida simple, se limitaba a la vida doméstica, a los pequeños placeres de la misma, desde plantar unas semillas, poner un jarrón de flores, pintar un cuadro o escribir una carta. Puede ser que esté desactualizado pero la sensación que a mí me transmitió sigue viva. Bajo la apariencia de algo que parece simple aparece la complejidad.

Escribir más cartas de puño y letra, leer un libro, escribir y compartir lo escrito, leer el periódico mientras tomas un café, ir al mercado para comprar flores, cocinar para amigos, colaborar con los vecinos en cualquier actividad, escuchar música en un tocadiscos, pasear y escuchar el silencio, colaborar en proyectos que beneficien a las personas.

Intentar aparcar las expresiones grandilocuentes, la Paz Mundial en boca de personas vacías que no saben qué decir. La Revolución en manos de twiteros. La Libertad como arma de carceleros.

“…si aúlla el lobo, muerde el perro, o me aqueja un mal, cosas que amo, volver siento a mí y alejan por fin el mal. Rociadas rosas, bigotes de gato, brillantes ollas y mitones blancos, cartas muy viejas con un lazo gris, cosas tan bellas me gustan a mi…” (Sonrisas y lágrimas)

                                        

 

20 feb 2024

LOS RADICALES LIBRES

 

radical en lenguaje matemático

La palabra “radical” se ha instalado en nuestro día a día y se utiliza con excesiva frecuencia para referirnos a posturas extremas, políticamente hablando. Sociedad radicalizada, partidos radicales etc.

Según la RAE, radical proviene del latín radix-radicis, y es un adjetivo que significa: Perteneciente o relativo a la raíz. Fundamental o esencial.

Su cotidiano uso está bastante alejado de esta definición y se podría relacionar un poco más acertadamente con su significado en términos filosóficos: “quien interpreta la realidad desde un lado muy distante al resto”.

En el panorama social donde nos encontramos, la radicalidad va unida a la superficialidad. No considero que ninguno de aquellos grupos, a quienes se denominan radicales, lo sean porque vayan a la raíz de los problemas y, si nos ceñimos a su interpretación filosófica, quizás los radicales sean los que menos ruido hacen.

Algunas de las corrientes de opinión relacionadas con la Igualdad se encuentran inmersas en este radical caos, donde palabras como Igualdad y Libertad se confunden, se mezclan, se agitan y se sirven como un vistoso coctel del que se ignoran sus ingredientes.

Hace unos días, estaba zapeando por algunas plataformas digitales y me paré en Operación Triunfo, un programa que otros años he seguido, cuando lo emitía la televisión pública. Concretamente vi un video en el que un antiguo alumno visitaba la “academia” para hablar con los chicos y chicas que concursan actualmente y darles consejos. De pronto dice: “¿me equivoco que somos mayoría de bisexuales o casi mayoría? ¡¡¡Maravilloso!!! ¿Hay tres heteros? ¡Que salgan del armario los heteros! Cinco, bueno, los heteros tienen derecho a cosas también….”

Esto ocurría en un programa de máxima audiencia adolescente. Después otro video de los chicos y chicas bebiendo una marca de café. A lo largo del programa se nombraba con frecuencia una entidad bancaria que da 1000 euros al elegido cómo “nómada” de la semana.

Este sólo es un ejemplo de la manipulación mediática que sufren los jóvenes en la actualidad. Todo multiplicado por infinidad de redes donde quedarse atrapados.

Más de una vez lo he comentado en estas páginas, creo que la adolescencia es la etapa más confusa y complicada de la vida, donde suceden los cambios más decisivos. Programas como este sólo ayudan a que la confusión aumente.

La etapa juvenil siempre se ha caracterizado por la rebeldía ante lo establecido. ¿Qué pasará cuando no les dejemos nada contra lo que rebelarse? A base de una mal entendida libertad, que lo invade todo, nos encontramos ante una de las generaciones de jóvenes más conformistas, desinformadas y acomodadas.

Libertad. RAE. Fem. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.

 


1 feb 2024

TIEMPO DE SILENCIO

 

¿Nunca os ha pasado que aunque hayáis pasado mil veces por un sitio, hay un día en que parece que lo veis por primera vez? También puede pasar con las personas.

Algo parecido me ocurrió hace unos días volviendo de Murcia a Alhama. El día estaba gris y el pueblo, al fondo, parecía una foto en blanco y negro. Conforme me iba acercando, se presentaba un panorama desprovisto de vida, la hora y el tiempo contribuían a que no hubiese nadie en las calles, el silencio se escuchaba por todas partes. Ni la imagen del castillo, que siempre es un alivio para quien regresa a casa, me pareció reconfortante.

Me di cuenta de que lo estaba mirando como si no fuese mi pueblo y descubrí la fealdad de esa entrada poco acogedora que vería cualquiera que nos visitase por primera vez. Los traqueteos provocados por el asfalto, la degradación de los barrios que no son céntricos, la suciedad que genera el desinterés y la falta de amor.

 Me sobrecogió una sensación de tristeza en consonancia con el paisaje y no desapareció a pesar de que, conforme se abría paso el centro, el paisaje cambiaba un poco: los jardines, los edificios más cuidados, alguna que otra persona andando encogida, protegiéndose del ligero viento que empezaba a levantarse. Pero la sensación de un pueblo en blanco y negro me acompañó hasta que llegué a casa.

Han pasado ya algunos días de esto y  aún me cuesta deshacerme de ese malestar, de esos minutos durante los cuales vi Alhama bajo otro prisma. Es frecuente que justo lo que tenemos más cerca sea lo que menos vemos, o que alguien a quien creemos conocer bien, de pronto, nos parezca un completo desconocido.

Todo esto me da qué pensar en lo bueno que es tomar distancia, cambiar de perspectiva y, de vez en cuando, hacer girar nuestro particular caleidoscopio para descubrir que no todo es estático y que nuestro lugar en el mundo puede cambiar.

Posiblemente es tiempo de silencio, de escucha. Solo gracias a los silencios se puede  disfrutar de la música. Pero también la música sirve, muchas veces, para silenciar lo que no queremos escuchar. Es mucho el ruido que nos rodea. “Mucho, mucho ruido. Tanto, tanto ruido”.

 "Sonata Claro de luna" Beethoven.

                                          

23 ene 2024

EL MÉDICO DE CABECERA

 

Las toses, estornudos y pañuelos moqueros han sustituido a los turrones, cavas y villancicos, cuyo recuerdo, adornado de brillos y euforia, nos provoca, ahora, cierto rechazo. Se acabaron las vacaciones, vuelve la rutina, el trabajo, el colegio  y los virus campando a sus anchas.

Voy camino a mi casa desde la de mi madre, y la imagen de niños de la mano de sus madres, abrigados, tosiendo, camino de la escuela, me desvela un recuerdo infantil.

Amanecer con fiebre y mi madre: “hoy no vas a la escuela, voy a acercarme al ambulatorio para avisar que venga el médico”. Me gustaba ir a clase pero quedarme en cama, abrigada y sin nadie más en casa (sólo mi madre al fondo, con los quehaceres domésticos) era algo que me producía una paz inmensa, si además llovía se convertía en un momento perfecto. Cuando el amodorramiento producido por la fiebre desaparecía, aprovechaba para leer.

A media mañana, aparecía el médico de cabecera, con su maletín que ponía sobre la cama. Lo recuerdo como una persona seria pero amable: “tráigame usted una cuchara”, con ella se ayudaba para mirarme la garganta, “abre un poco la boca”…y la fatídica noticia: “son anginas”, lo siguiente era sacar su talonario de recetas y prescribir el consabido antibiótico (medicamento milagroso en aquellos años). Se despedía con un “volveré en dos días para ver si va mejor”.

La comunicación médico- paciente era directa, aún no había teléfono en la mayoría de las casas.

“voy a avisar al practicante” me decía mi madre cuando se iba el médico, el ambulatorio estaba enfrente de lo que hoy es “El jardín de Los Pinos”,  volvía enseguida.

“No sé a qué hora va a salir hoy la comida con tanto trajín” y la escuchaba rezongar mientras abría grifos, abría y cerraba ollas…poco a poco la casa se llenaba de un rico olor a cocido, su caldo sería mi comida de ese día. Distinguía el olor del apio por encima de todos.

Al poco traqueaban en la puerta (no, tampoco había timbre), era Florido, el practicante. Un andaluz simpático que con su humor y sus chascarrillos hacían que te olvidases de a qué venía. Cuando salía por la puerta ya ni te acordabas de que te había puesto una dolorosa inyección. “¡Hasta mañana!”. Y yo me arrebujaba entre las mantas hasta la hora de comer.

Los mayores enfermaban menos y cuando lo hacían también “guardaban cama” después de curarse decían que estaban convalecientes.

El nombre “médico de cabecera” se ha mantenido, pero sólo el nombre. Ahora el médico sólo va a las casas en casos muy urgentes.

Mientras escribo, la tele no para de anunciar remedios instantáneos para combatir la gripe y el resfriado, ahora también el Covid (aunque ese da más miedo nombrarlo). “que no te pare un resfriado”. Medicinas de acción rápida, para que puedas seguir adelante, como si nada. El sistema no puede permitirse que faltes, eres necesario. Lo de quedarse en casa unos días y cuidarse parece cosa de flojos. La convalecencia ha dejado de existir.

 


9 ene 2024

QUE LA GUERRA NO ME SEA INDIFERENTE

 



Me parece difícil hacer un resumen de este año, marcado, a nivel nacional, por los diversos procesos electorales que han invadido la vida de los ciudadanos  y, en el mundo, por los conflictos ya existentes y los nuevos que se han ido añadiendo. Ha sido un año agitado y lleno de incertidumbre.

A parte de celebrar que seguimos vivos, no encuentro muchas cosas más para calificarlo como positivo.

Por eso más que un resumen quiero hacer un recordatorio de todo eso que va quedándose al margen, cosas que no han pasado y  me pregunto por qué.

¿Por qué sigue sin luz la Cañada Real de Madrid? Un asentamiento humano de más de 15 kilómetros de recorrido con una población estimada de 8.628 habitantes, de los cuales unos 2.500 son menores. La burocracia, el desinterés administrativo y los excesivos intereses de otro tipo, mantienen una situación inhumana en lo que geográficamente es el centro de España.

¿Por qué el C.G.P.J aún no se ha renovado cuando debería de haberse hecho en 2018, ya que su vigencia es de cinco años y la última renovación fue el cuatro de diciembre de 2013?

¿Por qué no se deroga, de una vez, la Ley Mordaza?

¿Por qué no hay visos de resolución para la llamada “Guerra de Ucrania” que cumple, este sábado, 668 días?

¿A quién le interesa que este conflicto se mantenga? Esta pregunta se podría aplicar a cualquier conflicto armado ya que todos tienen algo en común (Gaza aún más), el sufrimiento de unos y el enriquecimiento de otros.

“Las guerras mienten, ninguna guerra tiene la honestidad de decir: yo mato para robar. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la Paz, en nombre de la Civilización, en nombre del Progreso, en nombre de la Democracia y por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están  los medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un gran manicomio y un inmenso matadero” (Eduardo Galeano)

Me despido deseando Feliz Navidad a todos los lectores de Infolínea, con la esperanza de que nuestras conciencias se remuevan y encaremos el año que se avecina haciendo un esfuerzo por preservar nuestra dignidad y nuestra responsabilidad.