29 feb 2024

LA PAZ MUNDIAL

 

Hace muchos años, leí un libro que se llamaba “El encanto de la vida simple, trataba sobre el valor de las cosas pequeñas de la vida. Recuerdo que me produjo, su lectura, una gran paz.

A veces el compromiso, la responsabilidad, la ética, nos llevan por caminos demasiado grandes hacia empresas complicadas que, normalmente no están a nuestro alcance. A luchar por cosas que no dependen de nosotros. Estos caminos, lo más probable es que nos lleven a la frustración y la angustia.

Conforme una va haciéndose mayor va comprendiendo que esa vida tan corta que nos corresponde a cada uno, la llenamos de angustia ante ideas inalcanzables. Reconozco que me preocupan los conflictos armados y su repercusión en Europa, raro es el día que no siento un pellizco en el estómago cuando leo según qué noticias.

Aquí aparece ante mí una variante de la  ”Indefensión aprendida”, a fuerza de ser consciente de que las guerras existirán siempre que haya intereses de por medio (que no ideales). Que los líderes tienen casi todos los pies de barro. Que existe la maldad cuando se deshumaniza al otro. Que la solidaridad es una palabra en desuso… es entonces cuando dan ganas de bajar los brazos y rendirse. “cruzar los brazos, pasar de largo”

La otra alternativa es la de hacer cosas pequeñas “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano) y aprender a estar satisfechos con pequeñas acciones que también impliquen a los demás. Cosas que posiblemente nunca serán conocidas pero seguro tendrán efectos, el corazón se encogerá menos veces porque el trabajo es bueno para deshacer nudos.

Aquel libro que hablaba de la vida simple, se limitaba a la vida doméstica, a los pequeños placeres de la misma, desde plantar unas semillas, poner un jarrón de flores, pintar un cuadro o escribir una carta. Puede ser que esté desactualizado pero la sensación que a mí me transmitió sigue viva. Bajo la apariencia de algo que parece simple aparece la complejidad.

Escribir más cartas de puño y letra, leer un libro, escribir y compartir lo escrito, leer el periódico mientras tomas un café, ir al mercado para comprar flores, cocinar para amigos, colaborar con los vecinos en cualquier actividad, escuchar música en un tocadiscos, pasear y escuchar el silencio, colaborar en proyectos que beneficien a las personas.

Intentar aparcar las expresiones grandilocuentes, la Paz Mundial en boca de personas vacías que no saben qué decir. La Revolución en manos de twiteros. La Libertad como arma de carceleros.

“…si aúlla el lobo, muerde el perro, o me aqueja un mal, cosas que amo, volver siento a mí y alejan por fin el mal. Rociadas rosas, bigotes de gato, brillantes ollas y mitones blancos, cartas muy viejas con un lazo gris, cosas tan bellas me gustan a mi…” (Sonrisas y lágrimas)

                                        

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario