23 jul 2020

SI TU PADRE QUIERE UN REY, LA BARAJA TIENE CUATRO



"Si tu madre quiere un rey
la baraja tiene cuatro.
rey de oros, rey de copas
rey de espadas, rey de bastos...."
("Los reyes de la baraja" Federico García Lorca)









Parece que la Nueva Normalidad, en cuestiones reales, tiene bastante que ver con la vieja normalidad. 
Quizás en su momento fue necesario, no lo sé, pero nunca he acabado de entender (mucho menos ahora) que, en pleno siglo XXI, sigamos teniendo como jefe del Estado un rey. Nuestra Constitución, base de la Democracia en nuestro país, nació con una mancha que la convierte en antidemocrática desde sus inicios.

El articulo 14 de la Constitución Española dice que: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión,  opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social"

Un poco más adelante, en el artículo 56, se habla de la corona. Nuestro gobierno está definido como una monarquía parlamentaria y el rey como Jefe del Estado con carácter hereditario "El Rey, en la medida en que no es elegido por las fuerzas políticas y sociales, ni responde ante ellas, tiene capacidad para expresar lo general y permanente. Porque la Corona no muere jamás, simboliza más fuertemente el cuerpo político y es su mejor factor de integración. De ahí que su supremacía de posición (maiestas) sea mayor que la de una Jefatura del Estado republicana, que precisamente se diferencia de la monárquica por su carácter temporal".

También en ese artículo se habla claramente de dos privilegios de los monarcas "La inviolabilidad y la irresponsabilidad" que, junto al carácter hereditario del cargo, convierte aquello de que todos los españoles somos iguales ante la ley, en una falacia.

"El rey, el rey, saltando por encima de la ley.
El rey, simpático holgazán-
Siguen pasando siglos, sigue la tradición,
y el rey sigue en su sitio, agarrado a su sillón.
Sus genes de realeza, pueden privilegiar
que su descendencia se nacida pa' reinar..." Ska-P

Como podemos considerarnos una Democracia cuando tenemos una jefatura del estado hereditaria y sin ningún tipo de responsabilidad. Un monarca con muchos derechos y pocos deberes. La familia real debería de ser (por lo menos) ejemplo de dignidad y honestidad, sin embargo sólo lo es de todo lo contrario.
La imagen del emérito y su familia ha sido el nefasto referente para muchos: un padre de familia irresponsable, una madre consentidora de desaires e infidelidades, hijos relacionados con malas compañías y negocios turbios...La familia real sería un claro ejemplo de "familia desestructurada" si no fuese porque el dinero es muy buen pegamento.

                                        Nuevo Mester de Juglaría. "Los reyes de la baraja"



Un dinero que, por cierto, pagamos entre todos. Además de mantener la Casa Real, hemos pagado vacaciones, francachelas, amantes, cacerías..., excesos ante los que, una gran mayoría, esbozaba una sonrisa ¡que campechano y que simpático!, esa servidumbre cortesana que tan presente está en nuestra sociedad, supuestamente moderna.

Ahora que se hace público el escándalo relacionado con unas comisiones millonarias recibidas por el emérito, hay un intento desesperado por salvar los muebles de la monarquía, ya que puede salpicar al nuevo rey. Para ello el actual Jefe de Estado ha retirado la asignación que recibía su padre (ahora esa asignación servirá para sufragar gastos de la Casa Real), también ha renunciado a su herencia.
Y yo me pregunto: primero. ¿porqué el sueldo retirado al anterior rey se dedica a la Casa Real, con la que está cayendo en nuestro país como consecuencia de la pandemia, y no se destina a paliar esta situación?,y, segundo.¿si el actual rey ha renunciado a su herencia, por qué no ha renunciado a la Corona que tambien es heredada?

Considero que la Constitución del 78', transcurridos más de cuarenta años, necesita actualizarse, por salud democrática.

Los reyes de la baraja. Instrumental.


(Publicado en Infolinea 1.164)




No hay comentarios:

Publicar un comentario