15 dic 2019

EL ÁRBOL DE MIS ABUELOS





En casa de mis abuelos maternos, cuando llegaban estos días, no se ponía un belén, siempre se ponía el árbol Navidad. Un árbol algo peculiar, eso sí. Para hacerlo no se usaba un abeto, ni tan siquiera un pino, sino un ejemplar de cactus/aloe de tamaño bastante grande al que le colgábamos bolas de colores brillantes y en lo alto una estrella.








A mi me gustaba este árbol, pero pensaba que no era tan auténtico como el que veía en las ilustraciones de los especiales de navidad de los tebeos y revistas. Esos abetos frondosos y llenos de nieve, siempre al lado de una chimenea encendida y rodeados de regalos.

El “árbol” de mis abuelos austero, pero muy bonito, era el mismo año tras año, normalmente estaba en el patio y sólo entraba en la casa para ser engalanado. Los nietos hacíamos los paquetitos de colores que simulaban los regalos, envolviendo cajas de cerillas vacías con papel charol.

- En la escuela, durante la época pre-navideña, los alumnos hacíamos los paquetes que luego se colgaban en el árbol de Navidad del Jardín de los Patos. Forrábamos con papel de colores cajas de zapatos, o de cualquier otra cosa, que nos daban en casa. Sin pretenderlo, el árbol de Los Patos (la preciosa araucaria que, estos días lo hemos sabido, ahora está en peligro  ), era un ejemplo de "participación ciudadana".-


Además del árbol, en casa de mis abuelos, se encendían las luces del dibujo de una flor, en colores, pintado en el techo por un tío mío durante una de sus visitas navideñas a la casa paterna. En el centro de la flor colgaba una lámpara y en cada extremo de los pétalos había una campanita con una pequeña bombilla dentro, estas bombillas sólo se encendían en Navidad.


De aquellas navidades tengo muy gratos recuerdos. El olor a leña quemada, el trajín de la elaboración de dulces y el trasiego de parroquianas que iban a cocer los suyos al horno de mi familia, eran el entorno perfecto para mi imaginación infantil mientras ayudaba a decorar el salón de la casa donde pasé buena parte de mi niñez. 

En esa época del año era costumbre visitarse entre vecinos y degustar la bandeja con los dulces, que se preparaban en cada casa, junto a las botellas de anís, Licor 43 o “beso de novia”. Se cantaban villancicos y los críos pedíamos el "aguilando" tocando la pandereta cuya piel, algunas veces, seguía oliendo al ajo con el que se frotaba para que sonase mejor.

Entonces aprendí la importancia de mantener los ritos y tradiciones, cada cual a su manera. También que la mirada ilusionada de un niño le da a esta fiesta un color especial.

Papa Noel no formaba parte del imaginario navideño en aquel tiempo, ni los elfos, ni los renos, ni los trineos. Estos símbolos habitaban solamente en los cuentos que nos narraban navidades de otros lugares más fríos y cubiertos de nieve. Aún no habían inmigrado a nuestra cálida cultura mediterránea.

En la distancia, pasado tanto tiempo, me parece una genialidad el árbol de mis abuelos. Mucho más adecuado y eco-lógico ¡Dónde va a parar! que los abetos que nos invaden en estas fechas y que acaban en la basura (si no son de plástico) unos meses más tarde.




29 nov 2019

PUNTADAS SIN HILO



Cuando era niña, en casa, me enseñaron a coser, bordar, hacer ganchillo, tricotar, cocinar, barrer, fregar, planchar, a cuidar las plantas (las que daban frutos y las que sólo daban flores), a colaborar en las tareas de la casa y también en el trabajo familiar. 
-En la infancia se posee una increíble capacidad de aprender a hacer cosas-.



Verdad es que unas cosas me gustaba hacerlas más que otras, verdad también que a los varones no se les instruía en según qué labores. En el colegio, las niñas, teníamos, por la tarde, labores del hogar, -en aquel tiempo las clases estaban segregadas por sexo- no sé a qué dedicaban los chicos esas horas.
Algunas de las tareas nombradas las considero imprescindibles para la independencia personal en la vida diaria y para la corresponsabilidad a la hora de compartir las tareas domésticas. Tanto niños como niñas deberían de aprender cosas tan básicas como cocinar, fregar o coser un botón. La igualdad también es esto.
Todo lo que signifique aprender y facilitar el que una persona sea capaz de desenvolverse en las tareas cotidianas, me parece bien.

Las familias actuales han cambiado mucho de aquellas de mi infancia, entonces los niños y niñas teníamos tiempo para estar con la familia, sobre todo con las madres que siempre estaban en casa, con las abuelas, las tías, las vecinas. Era un ambiente muy femenino en el que se aprendían todas las destrezas señaladas. Había tiempo de sobra para, además, jugar y estudiar.

Ahora, la relación con la familia es mucho más limitada. La necesaria incorporación al trabajo de las mujeres, unida a la falta de conciliación entre vida laboral y familiar, ha traído consigo a niños y niñas ocupados, después de las clases, en actividades extraescolares que los mantienen entretenidos y protegidos mientras los padres trabajan.
Los niños aprenden a manejarse con ordenadores, a hablar idiomas y todo aquello que podrá en un futuro facilitarle la vida profesional, pero, pienso que pocos niños son capaces de prepararse  la comida, o coserse un botón.

Últimamente he oído decir a un cargo político nacional que hay que poner una asignatura de costura, lo que me ha parecido una solemne majadería. Las voces que reclaman las labores para las mujeres están obsoletas y son injustas, con los hombres y con las mujeres.

Hay, por otro lado, quien rechaza el tener conocimiento de unas habilidades que facilitan el día a día, tachándolo de machista. Aprender a hacer, es uno de los pilares de la educación. Coser un botón no quita tiempo para exigir derechos. Que no nos confundan. No entremos en la trampa de “tareas de hombres y tareas de mujeres” hay cosas que el saber hacerlas te ayuda, seas hombre o mujer.

Si se vive en pareja, siempre hay uno mas diestro que otro para según que tareas, da igual quien sea de los dos. Al final, si no andamos con cuidado, podemos acabar enredados en discursos machistas intentando defender lo contrario.

Ser feminista no implica no saber, no aprender, si no saber todo lo posible para ser autosuficientes y comprometidos con la vida y el bienestar de los demás. Defender leyes justas que equiparen los derechos de hombres y mujeres y, sobre todo,elegir lo que te guste, ya sea hacer macramé o bricolaje.

Va siendo hora de salirse del discurso excluyente. Para ser libre es mucho mejor saber hacer que negarse a aprender.






8 nov 2019

EL GUSTO Y EL DISGUSTO (Como norma de elección)





“El gusto y el disgusto como norma de elección, siempre es un fracaso” esta frase la repetía, con frecuencia, un amigo, Pedro Sánchez González.
En días de reflexión pre-electoral, la recuerdo.







Desde que tengo edad y posibilidad de votar, las del próximo domingo son, sin duda, las elecciones más difíciles para mí y, reconozco que ha habido momentos (breves) en los que incluso me he planteado no acudir a las urnas. A esta situación me ha llevado una decepción tras otra, con los partidos de izquierda y su aparente incapacidad para llegar a acuerdos, para hacer política.

La derecha funciona siempre como un solo hombre, al son que les marcan sus cabezas visibles y, como Dorian Grey, es capaz de pactar con quien haga falta (siempre que económicamente le sea rentable).

Los partidos llamados de izquierdas, por el contrario, pueden estar “in aeternum” buscando los tres pies al gato, enredándose en los debates más peregrinos antes de llegar a acuerdos que no menoscaben su malentendida dignidad. Los enfrentamientos personales han tomado el protagonismo que deberían de tener las propuestas y programas, dando la triste imagen de una izquierda dividida.

No me gusta ninguno de los líderes que la izquierda (la derecha ni la pienso) tiene actualmente y, aquí es donde la frase de mi amigo me hace reaccionar “el gusto y el disgusto como norma de elección, siempre es un fracaso”, me doy cuenta de que no es cuestión de gustos ni de disgustos lo de decidir quién nos va a gobernar.
El asunto no es votar a quien nos caiga bien, o dejar de votar a quien nos caiga mal. Lo importante es: qué hay detrás de cada uno de los candidatos que se presentan, cual es su programa, que van a ser capaces de hacer y sobre todo a que van a ser capaces de renunciar.

Más allá de Falcons o chalés; de coletas o corbatas; de Instagram, Twitter o llamada a domicilio; de si uno es más guapo o más feo; si tiene un discurso más o menos florido, ir más allá de si nos gusta o nos disgusta.

Sigo pensando que son unas elecciones complicadas, pero, precisamente por eso, es imprescindible votar y votar, sobre todo, para que en ningún momento alguien llegue a pensar que hacerlo no es necesario.

Os dejo las palabras, muy serias, que ha dicho un cómico, Ignatius Farray.


“..uno no se mete en política para ser fiel a sus principios, para eso te quedas en casa a escribir un libro. Uno se mete en política para renunciar a tus principios, si eso significa conseguir un bien común mayor. Cada uno está muy orgulloso de sus pensamientos, pero para eso no se va a la política. Si quiero saber lo que es la verdadera izquierda, me voy a una biblioteca, hay mucha bibliografía sobre el tema. Yo no le pido a un político que me enseñe lo que es la verdadera izquierda, le pido que renuncie a sus principios por un bien mayor”

" También será posible, que esa hermosa mañana, ni tu ni yo ni el otro, la lleguemos a ver, pero habrá que forjarla para que pueda ser" "Canto a la Libertad"






3 nov 2019

LA LLORONA







Comienza noviembre con el culto a los difuntos, antiguamente cada lugar tenía una forma distinta de recordar a quienes ya no estaban. Ahora, con todo esto del mundo globalizado, hay un trasvase de costumbres y rituales que casi siempre van desde las culturas más dominantes hacia quienes reciben la influencia de estas.
La excepción quizás esté en México, sus tradiciones y la relación con la muerte ha traspasado fronteras escabulléndose al poderoso influjo de Halloween.






Pensando en todo esto, recordé una canción que escuché por primera vez siendo muy joven, esta canción es “La Llorona” la cantaba el entonces jovencísimo Raphael y a mi me parecía una canción muy triste pero preciosa, una canción de amor que hablaba de camposantos; me puse a buscar información sobre ella, su autor y demás; Internet es una fuente inagotable de respuestas para las personas curiosas como yo.

"La Llorona" Raphael

Quedé sorprendida al ver que no es una canción de amor, o no sólo es una canción de amor.

La melodía es de la cultura popular, creada sobre 1850 y popularizada durante la Revolución al igual que otras como Adelita o la Cucaracha, la letra, o las letras son de diferentes autores, la más antigua es creada en 1940 por Andrés Henestrosa, historiador y periodista.

La historia de La Llorona tiene su origen en una leyenda de la cultura popular, ambientada en la época colonial, aparece en las crónicas de Bernal del Castillo que participó en la conquista del imperio Mexica.

Según la leyenda, es la historia de una mujer indígena que era amante de un caballero español con el que convivió y tuvo hijos. Un día esta mujer se enteró de que el caballero iba a casarse con una española de la alta sociedad, cuando fue a reprocharle a su enamorado esta decisión el la rechazó por no ser de su clase social. La indígena se volvió loca, cogió a sus hijos y se fue hacia el río donde los ahogó, cuando volvió en sí y se dio cuenta de lo que había hecho, se mató también. 
Cuenta la tradición oral, que se suele aparecer, vestida de blanco, pasada la media noche, por los sitios donde hay agua o la ha habido, como antiguos lechos de río, caminando o flotando y se escuchan sus lamentos llamando a sus hijos.

"La llorona" Natalia Lafourcade

Otra versión identifica a la mujer con “La Malinche”, indígena amante de Hernán Cortés, con quien tuvo un hijo. Cuando el conquistador volvió a España, le arrebató el hijo sin que ella pudiera impedirlo a pesar de sus llantos.

Sobre esta leyenda hay infinidad de variaciones, pero todas coinciden en la mujer pobre, abandonada por el hombre poderoso, que, trastornada por el desamor, se cobra venganza en los hijos. Después de tomar conciencia de sus actos, pasará penando toda la Eternidad.

Chavela Vargas
La canción que surgió de esta historia tiene, hasta la fecha, 500 versiones diferentes, con letras que se pueden interpretar de diferentes formas. Pero todas giran alrededor de temas tan humanos como el amor, la locura, el dolor y la muerte.

24 oct 2019

QUITARSE UNA LOSA DE ENCIMA



Hay expresiones populares que hablan por si solas, pero la de “quitarse una losa de encima” cobra hoy en España un significado especial.
Cuarenta y cuatro años han tenido que pasar para que el dictador deje de estar en un lugar de culto sufragado por el dinero de un país demócrata. Recordemos que Franco fue, junto a Hitler y Mussolini, una de las cabezas visibles del fascismo en Europa. En estos países europeos reniegan de sus lideres que están enterrados en tumbas discretas o desconocidas para no provocar el enaltecimiento por parte de posibles nostálgicos.
En España, se sufrieron las consecuencias de una dictadura que no fue derrocada, si no que el mismo dictador dejó dispuesto tanto su sucesión como el lugar donde quería ser enterrado. 
Veinte años tardó en construirse el Valle de los caídos, las manos que lo levantaron fueron, en su mayoría, presos políticos. El dictador eligió perversamente, ser enterrado en el mausoleo donde tantos republicanos dejaron su sudor y algunos sus vidas.
Cuando se inauguró en 1959, hubo un traslado masivo de cadáveres desde distintas fosas, en la mayoría de los casos sin conocimiento de las familias. "La mayoría de las veces los trasladaban en cajas de madera de pino preparadas para una quincena de cadáveres donde se mezclaban los huesos haciendo casi imposible la identificación individualizada".
La transición se llevó a cabo bajo el miedo y la sombra de los militares. Durante todos los años que han transcurrido desde la legalización de los partidos políticos y la primera convocatoria de elecciones generales, se han ido alternando gobiernos de diferentes signos políticos, nadie se atrevió a “Hincarle el diente” al hueso de la dictadura.

Con el gobierno de Rodríguez Zapatero se empezó a encarar este tema con la Ley de Memoria Histórica, el Valle de los Caídos era el lugar que de forma más ostentosa incumplía dicho documento, la puesta en marcha de esta ley comenzó, de forma tímida, con el cambio de nombre de algunas calles y monumentos. Los gobiernos del Partido Popular paralizaron dicha ley dejándola sin asignación en los presupuestos generales del estado, pero nunca fue derogada.  
En la actual legislatura se han atrevido, por fin, a cuestionar la idoneidad del lugar donde está enterrado el dictador, de manera excesivamente delicada, para mi gusto. Asuntos legales en los tribunales, con la familia, con la justicia etc.. han dilatado demasiado un proceso que no hubiera debido de suscitar ninguna duda.
Pero “nunca es tarde, si la dicha es buena”. Hoy veremos por fin como se hace relativa justicia con el responsable del crimen contra la humanidad que significó dar un golpe de estado contra un gobierno democrático y desencadenó un enfrentamiento fratricida en nuestro país.
Claro que “nunca llueve a gusto de todos” por eso se siguen oyendo discursos de todos los colores, como reza otro dicho popular “hay quien se queja hasta de un entierro bien hecho”.

 “NO TODO"
Página desde la que se puede consultar el mapa de fosas comunes donde aún quedan los cuerpos de más de 25.000 republicanos, después de los 9.000 que ya han sido exhumados.

Raiz "Suya mi guerra"


27 sept 2019

MADE IN AMÉRICA



Hay cuatro países americanos a los que me unen lazos, lazos invisibles ligados a emociones e ideales. Son: Cuba, Chile, Argentina y México. Cuba y su revolución, que se llevó a cabo justo el año que yo nací, el Che Guevara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y la gesta que nos contaban llenaron de compromiso y esperanza parte de mi adolescencia. Chile, el golpe de estado con el que Pinochet y los militares derrocaron a Salvador Allende, esta historia la vivimos desde la lejanía, y desde nuestro propio golpe, con las canciones de Víctor Jara, Quilapayún o Violeta Parra que escuchábamos es cintas de cassette mil y una veces regrabadas. Argentina, otro golpe, este más cercano en el tiempo, Videla se sumó a la lista de monstruos junto a Pinochet o Franco y la voz de Mercedes Sosa entró a formar parte de mi banda sonora.
Quilapayún, su "Cantata de Santa María de Iquique" fue una obra que nos aprendimos de memoria. Esta es una de las canciones que la componian "Vamos mujer"

El vínculo con México tiene otras connotaciones, la mayoría de las publicaciones prohibidas que leíamos durante la dictadura nos venían de este país, por ello y aunque sé que los españoles exiliados fueron acogidos por muchos otros países hermanos, en mi memoria los tengo alojados en este país que acogió a muchísimos republicanos como una inmensa casa paterna.

Gracias a Internet sigo a menudo la vida de estos países y los programas de sus canales de televisión. La comida y la cocina son unas de las cosas que me interesan, aparte de que ha sido mi trabajo durante muchos años, creo que la gastronomía de un país nos cuenta su historia de otra manera. Me fascinan las recetas prehispánicas que siguen vigentes en la actualidad y la cantidad de productos, muchos de ellos desconocidos para mí, que utilizan.

Ha sido un programa de cocina Mexicano el último que ha llamado mi atención, la cocina de este país es de otro planeta, no en vano en el año 2010 la gastronomía mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Hay una nueva generación de cocineros e investigadores que estudian y tratan de rescatar o poner en valor recetas e ingredientes utilizados antes de la llegada de los españoles. Los tamales, el nopal, el mole, los quelites, chapulines, pozole, tlacoyos, escamoles, o las tortillas de maíz son algunos de ellos.

El que más me ha sorprendido es el Huitlacoche, este producto es algo que, como tantos otros alimentos en la historia del mundo, surgió de una deformación o corrupción del producto original. Se trata de un hongo que infecta las plantaciones de maíz cuando llegan las  temporadas de lluvias. En Francia es conocido como “Le charbón du maïs” y en Estados Unidos como “corn smut”, en ambos lugares es el terror de los agricultores que antiguamente llegaban a quemar plantaciones enteras, ahora se combate con agentes químicos.


Huitlacoche. mazorca de maíz infectada por este hongo.

Sólo en Mexico se come de forma habitual y no en todas sus regiones. No se sabe en que momento los mexicanos cambiaron el modo de ver el huitlacoche, pasando de considerarlo una desgracia a incorporarlo como parte de su dieta. Durante mucho tiempo se creyó que era un alimento sagrado para los pueblos prehispánicos, producto de la ira de los dioses. la palabra que da nombre a este hongo está compuesta de dos vocablos cuitlatl y cochtli (excremento dormido). Investigando se ha sabido que su consumo comienza en la época colonial, tiempo de grandes hambrunas, este alimento se convirtió en el sustento básico de la mayoría de la población campesina pasando a tener una gran importancia cultural.

Posteriormente, en los años cincuenta del S. XX las élites se adueñaron de el y su precio se elevó de forma considerable. Hoy en día no sólo es un hongo comestible si no que se ha convertido en un sofisticado ingrediente apreciado y demandado por los mejores cocineros de todo el mundo, hay quien lo ha llamado “el oro negro mexicano”. Quizás todas las cocinas tradicionales tengan ejemplos parecidos de alimentos producto de la casualidad (el yogur, el queso roquefort, la cerveza, el pan etc.) la de México me ha parecido muy representativa y sobre todo protectora de los ancestros culinarios.
Dicen que el huitlacoche sabe ligeramente ahumado y a jengibre con matices dulces, el color negro es una de sus características.

Me parece interesante ver como hay alimentos que pueden pasar de ser considerados un desecho y un peligro a formar parte de la dieta diaria campesina o aparecer en los manteles de la gente adinerada. Es una muestra más de cómo, a veces, los prejuicios nos limitan, haciéndonos rechazar lo que no conocemos, viendo solo la versión oficial del excremento dormido hasta que alguien nos guía hacia el oro negro.


Mi último descubrimiento es una “influencer” de Michoacan que, en tan solo tres o cuatro semanas sus vídeos (grabados y publicados por su hija en youtube)  de sencillas recetas tradicionales, cocinadas con productos de su propia huerta, han logrado ser seguidos por más de medio millón de personas, algunas de sus publicaciones han conseguido millones de visualizaciones. Jóvenes se están ofreciendo a ponerles subtítulos para que puedan ser vistos en países de habla no hispana. Verla es un espectáculo que nos lleva a los guisos de nuestras madres y abuelas y para mi es un síntoma de lo necesitados que estamos de regresar a casa.

17 sept 2019

A RÍO REVUELTO...


"....gota a gota
la lluvia se reune
otra vez en la tierra.
Un sólo trueno vuela
sobre el mar y los pinos,
un movimiento sordo:
un trueno opaco, oscuro,
son los muebles del cielo
que se arrastran.
De nube en nube caen
los pianos de la altura,
los armarios azules,
las sillas y las camas cristalinas..." Neruda. Tempestad

Hay momentos en los que las personas nos volvemos pequeñas. Cuando nos sentimos a merced de fuerzas que no podemos dominar, cuando lo que ocurre a nuestro alrededor escapa a nuestro control, entonces regresamos a esa época en la que buscábamos refugio en brazos protectores o en cavernas oscuras. 
El miedo que provocan los fenómenos naturales excede a cualquier razonamiento lógico. Sabemos que la Madre Naturaleza es ingobernable, por mucho que los meteorólogos intenten darle una explicación.
En días pasados, cuando fuimos zarandeados, iluminados, empapados, arrastrados, sin que pudiésemos hacer otra cosa que cerrar los ojos y esperar que amaneciese, he sido capaz de entender la necesidad del hombre, desde sus inicios, de darle una explicación a lo que no entendía, a través de las creencias en poderes absolutos. Ver como mensajes de los dioses a los truenos, los rayos, el diluvio o el viento, no quitaba el temor, pero le daba un sentido, una explicación. Cuando algo se puede explicar, la angustia se atenúa.

La relación del hombre con la Naturaleza ha sido, muchas veces, contra la Naturaleza, cometiendo el error de creernos algo aparte, algo superior, sin ser conscientes de que formamos parte de esta y que si no la cuidamos no nos cuidamos.
Lo ocurrido en nuestra región tiene que ver con ello. 
Históricamente somos un pueblo donde las riadas se han cobrado vidas y hecho desastres en épocas diferentes, aunque no se recuerda algo parecido desde hace 130 años.

La noche del 15 de octubre de 1879 la ciudad de Murcia, junto con su huerta, sufrió una terrible inundación, dejando a su paso centenares de muertos, miles de casas destruidas e incalculable número de animales que perecieron ahogados.

¿De que nos ha servido todo lo aprendido hasta entonces y desde entonces?, creo que sólo para olvidarlo y seguir adelante como si nada. Ha tenido que pasar más de un siglo para que los defectos que se han ido sumando y agravando salgan a la luz de pronto, tras una tormenta que nos deja noqueados.
Especulación urbanística, edificaciones indebidas, recalificaciones dudosas…acciones de quienes llaman inteligencia a llenarse los bolsillos y cuyo lema es “El que venga detrás que la tiemple”.
Ahora nos echamos las manos a la cabeza: ¡qué catástrofe!, ¡qué lástima!, ¡qué dolor!, ¡qué ruina!... porque los desastres casi siempre sacuden a quienes menos tienen. Es el momento de la Solidaridad, eso es verdad, pero también es el momento de la Responsabilidad.
Será bueno ver si somos capaces de analizar, honestamente, lo que ha pasado y actuar con medidas eficaces para el futuro.

En las tragedias suelen asomar lo peor y lo mejor del ser humano, por un lado vemos a multitud de personas acudiendo a los pueblos para prestar sus manos y su fuerza; por otro están quienes se aprovechan para saquear.
Toca esperar las actuaciones políticas, no basta con solicitar la declaración de zona catastrófica, habrá que hacer mucho más y arremangarse no solo para quitar el lodo. Esas palabras, esas peticiones pueden quedarse sólo en un gesto para acallar la conciencia de algunos (La vecina Lorca sabe mucho de eso). 

Habrá que estar al tanto de cómo y quienes se encargan de la tarea de devolver la vida a esas zonas de nuestra región que ha sido victima de la mayor especulación y ahora sufre las consecuencias. 
¿Tomarán el lugar de quienes se calzan las botas para ayudar o de quienes se ponen las botas saqueando?
“A río revuelto, ganancia de pescadores”




8 sept 2019

LAS OTRAS GUERRAS




Tristes guerras
si no es amor la empresa.
tristes, tristes.
Tristes armas
si no son las palabras.
tristes, tristes
tristes hombres
si no mueren de amores.
tristes, tristes. (Miguel Hernández)




Después de un paréntesis he podido seguir leyendo el libro del escritor y periodista Manuel Chaves Nogales “A sangre y fuego”. Su lectura me ha dolido. Es un libro de relatos que narran sucesos reales, fue escrito entre 1936 y 1937, en plena Guerra Civil. El autor permaneció en Madrid hasta finales del 36 que decidió exiliarse.

Hay libros que te abren el pensamiento hacia otras dimensiones sobre cuestiones conocidas, en este caso el tema motivo de mis reflexiones ha sido la guerra, esa palabra terrible que con el transcurrir de los años se viste de épica, quizás para ayudarnos a comprender lo incomprensible.

Tres libros han servido para que me pare a pensar sobre esa otra guerra que atañe a la vida de las personas y que se vive de forma paralela a lo que ocurre en el frente o en los despachos políticos. Primero fue “Celia en la Revolución” de Elena Fortún, otro fue “La guerra no tiene rostro de mujer” de Svetlana Alexiévich y el que estoy leyendo actualmente que completa su título con (Héroes, bestias y mártires de España).

Los dos primeros están escritos por mujeres, Elena Fortún cuenta en esta novela su visión de nuestra Guerra Civil desde una perspectiva femenina y libre, habla del horror, de la tristeza, de la suciedad, del silencio, más allá del ruido producido por las bombas y los disparos, de aquellos años. La guerra, ese estado capaz de ensuciar las ideas más hermosas y de sacar lo peor de cada persona. “Espiritualmente hemos sufrido un terremoto y hasta lo más íntimo y sagrado se tambalea, o se derrumba…Créeme…los que provocan revoluciones son unos verdaderos canallas”. (Celia en la Revolución).

Svetlana Alexiévich hace con su libro un inmenso trabajo periodístico, entrevistando a mujeres que combatieron durante la II Guerra Mundial en las filas del Ejercito Rojo. Pero no es un relato de la guerra, son historias de hombres y mujeres en la guerra. Las mujeres que dan sus testimonios no hablan de heroicidades, sino de violencia, del frio, del hambre, de los hijos, el hogar y, algunas veces, del amor que las empujó a alistarse para estar junto a sus hombres. “…añorábamos muchísimo nuestras casas, a nuestras madres, la comodidad de una casa. Con nosotras estaba una chica de Moscú, Natalia Zhilina. La condecoraron con la medalla al Valor y le dieron permiso para irse a casa unos días. Cuando regresó la olfateábamos…. hacíamos cola para olerla, decían que olía a casa” (La guerra no tiene rostro de mujer”

Chaves Nogales también es periodista y, quizás por eso, sus relatos tienen toda la crudeza de lo real, de esa realidad contada sin idealizaciones. Historias de hombres y mujeres que algunas veces se dejaban arrastrar por pasiones que poco tenían que ver con los ideales y sí con la rabia, el odio, o el rencor, sentimientos demasiado humanos como para poder ser sublimados en ese tiempo de excepción. “Pedro, mientras se desangraba, se iba quedando plácidamente dormido. Se acomodó en la yerba fresca y mullida. En la guerra y la revolución era difícil dormir. ¡pero qué a gusto se dormía al final!” (A sangre y fuego)

Estas tres obras hablan de quienes luchan en las guerras, de quienes las padecen, no de quienes la provocan. Hablan de mujeres, de hombres, de niños, de ancianos que viven esa injusta situación viendo cómo se destruyen las personas a la par que los edificios. Cómo algunas veces se utilizan las creencias con fines muy poco nobles y cómo otras los ideales pasan a un segundo lugar cuando se trata de sobrevivir o de proteger a quien se quiere. Son tres libros cargados de humanidad y, los escritos más anti belicistas que he leído hasta ahora.

Para conmemorar los 80 años del final de la Guerra Civil, Carlos Alsina estrena una nueva ficción sonora, 'Celia en la revolución', basada en la novela homónima de Elena Fortún. Este volumen fue escrito en 1943, pero no hallado hasta el año 1987. Escúchalo


En este enlace podréis escuchar el programa completo, os aseguro que es muy recomendable.



11 ago 2019

VERANO AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS




Esta semana he vuelto a ver dos películas de Almodóvar, “La flor de mi secreto” y “Mujeres al borde de un ataque de nervios”. Después de disfrutar su última obra “Honor y Gloria” se me abrieron las ganas de recordar otras películas suyas. No todo me gusta de este director, pero lo que me gusta, me gusta de verdad y conforme va pasando el tiempo me gusta más. Eso ocurre con lo que he “revisionado”.




Aparte de disfrutar viéndolas, se viaja, sin darse una cuenta, a un pasado que, aunque cercano, se ve muy diferente al modo de vida actual. Acciones que hace sólo unos pocos años formaban parte de lo cotidiano, han desaparecido completamente. Tener sólo un teléfono fijo que usaba toda la familia y, si estabas fuera de casa, buscar una cabina o entrar a un bar para llamar, estas son de las cosas que más chocan. 
Entonces, si tenías interés por hablar con alguna persona, tenias que hacer por verla, o esperar a una hora en la que estuviese en casa. También estaba la libertad de no coger el teléfono y luego decir que no estabas. El contestador era algo muy útil.

Ahora todos estamos a disposición permanente del otro, llevamos incorporados un artilugio móvil que nos conecta al resto, si no contestas a llamadas o WhatsApp, de forma inmediata, se generan suspicacias.

Escena de la gran Chus Lampreave en "La flor de mi secreto"

Por otro lado, se ha repuesto por enésima vez una serie española de la misma época de las películas que antes he nombrado, “Verano azul”, he visto algunos capítulos que me han producido una gran tristeza. Aquí la diferencia que he notado es la naturalidad que se reflejaba en la vida de los niños y sus familias, comiendo juntos,  los críos jugando, inventando travesuras, charlando. Adolescentes viviendo su primer amor con timidez, saltándose normas (porque las tenían), sin tele ni videojuegos, sin pantallas que los aislasen de la vida real y de las personas.

Escena de "Verano Azul" Que ni el viento la toque...


Claro está que son películas y series, que es ficción, pero reflejan maneras de vivir mucho más humanas, con diferencia, que aquellas a las que vamos abocados si no ponemos remedio.

"Resistiré" del Dúo Dinámico

Echo de menos el aire respirable de aquellos ochenta en los que las canciones del Dúo Dinámico pusieron banda sonora a cosas tan diferentes como el Madrid de Almodóvar o el verano de Mercero.

"El final del verano" Dúo Dinámico


En este verano, tan distante de aquel verano azul o aquellas mujeres al borde de un ataque de nervios, todo el mundo está hiperconectado, sin embargo, hay cada vez más incomunicación entre las personas, ya sea para formar gobierno o para rescatar vidas de un mar de muerte. En lo único que nos hemos puesto de acuerdo es en prohibir cantar a todo aquel que no comulga con nuestros credos.

5 ago 2019

EN LA LUNA


     



"...Por el olivar venían
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡Ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano..." (García Lorca. "Romancero gitano")








La Luna ha sido a lo largo de los tiempos, objeto de inspiración y protagonista de sueños. Poetas, novelistas, cineastas y músicos han compuesto hermosas obras bajo su influjo, romances de amor a la luz de la Luna. Los niños hemos soñado con las historias imposibles que nos contaban mientras la mirábamos. Este astro siempre ha estado vinculado con lo femenino y sus ciclos, en algunas culturas representa a la diosa madre aunque, paradojicamente, no tiene luz propia la que refleja es la de sol.

                              "Canción para bañar la Luna" de Maria Elena Walsh


Acaban de cumplirse los 50 años de la llegada del hombre a la Luna. Los que tienen mi edad o más, recordamos aquellos días como si hubiésemos vivido en una novela. En 1969 la televisión hacía relativamente poco que había llegado a nuestros hogares, con una sola cadena que se viese en condiciones, y otra, la UHF, que no se veía en gran parte del país.

Este evento lunar generó gran expectación, la gente miraba, embobada, la retransmisión de TVE con los comentarios de Jesús Hermida, (que era nuestro corresponsal en Nueva York),  y aquellas irreales imágenes de astronautas flotando alrededor del modulo lunar, plantando la bandera de EE.UU, en una tierra incógnita.

Desde mis diez años yo no entendía el alcance de lo que estaba pasando y lo veía como algo normal, acostumbrada a leer cómics de la Marvel, todo aquello me parecía lógico.

Si recuerdo que los mas viejos no se lo creían, decían que nos estaban engañando y que nos creíamos todo lo que nos decía la tele. Los jóvenes se reían de ellos pensando que sus mentes anticuadas no estaban preparadas para semejante avance tecnológico y humano “Un pequeño paso para el hombre y un gran paso para la humanidad”

Ahora, con la perspectiva que dan los años, todo lo veo de manera diferente. Aquello fue algo muy importante, es verdad, pero la carrera espacial, que en un principio lideraba la URSS, marcaba el poder de las potencias en plena guerra fría. 
Estados Unidos andaba inmerso en la Guerra de Vietnam, noticia que ocupaba parte de los telediarios de la época, por otro lado, su fracaso en Bahía Cochinos en Cuba, las protestas estudiantiles, los conflictos raciales, colocaban al gobierno americano en la necesidad de demostrar su superioridad con un golpe de efecto. Para ello echó mano de un científico alemán, antiguo colaborador del régimen nazi.
El impresionante dispositivo que logró sacar de la Tierra al Apolo fue el cohete Saturno V diseñado por ingeniero alemán llamado Wernher Von Braun. Aristócrata alemán obsesionado con viajar al espacio desde niño, Von Braun acabó en el Tercer Reich enrolado en las SS y diseñado para Hitler misiles balísticos, al acabar la IIGM se rindió ante el ejército americano. Por entonces se había activado la operación llamada “Paper Clip” que tenía como misión capturar el mayor número de científicos alemanes para que no se apropiaran de ellos los rusos. De esta manera pasó a formar parte este científico de las SS del equipo que puso en marcha el Apolo XI” (https://hipertextual.com/2011/09/wernher-von-braun-alemania-nasa

Y me da por pensar que enviaron a tres hombres a la Luna para que el resto siguiésemos en ella.

"Blue Moon" Interpretado por Ella Fitzgerald

28 jul 2019

LAS LARGAS VACACIONES DEL 19`



"Impresión, sol naciente" cuadro de Monet gracias al cual
se puso nombre al movimiento impresionista


"Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba...."

                          Rafael Alberti.
 
 
 
 
 
En los últimos días, siento un enfado que no se muy bien como delimitarlo ni hacia quien enfocarlo.
Hoy he leído dos noticias de gente también enfadada, que han echo que mi enfado se apacigüe. Por un lado, Willy Toledo que si tiene claro, excesivamente diría yo, hacia quienes dirigirlo. Por otro lado, una entrevista realizada a Anguita, unos días antes de la segunda ronda de votaciones en el congreso, Anguita hablaba de la necesidad de tomar distancia para ver el problema en su dimensión real, y entre otras muchas cosas interesantes dice "En la izquierda no se están dando cuenta del momento en el que estamos" y "Hay una especie de carrera para demostrar quien es más de izquierdas". Aquí os dejo el enlace por si queréis echarle un ojo
En esta entrevista se habla del movimiento artístico impresionista. Cualquier obra de este estilo solo puede apreciarse bien, desde la distancia, así, conforme te vas alejando, donde antes solo había manchas indefinidas, poco a poco aparecen las personas, las flores, el agua, la vida.
Desde hace unos meses, en España, parece que vivimos dentro de un cuadro impresionista. Todo se ve difuso, sin límites y con grandes manchurrones de todos los colores. No se sabe muy bien donde acaba el azul y comienza el naranja, ambos se mezclan con el verde. El rojo y el morado nunca han tenido buena combinación a pesar de tener el mismo color primario, color que el rojo comparte con el naranja, en fin, un barullo de dimensiones considerables. Nadie se aparta de este sindiós, cada uno va a ver quien comete la torpeza mayor, deslumbrados por tanto colorín.
Estamos a punto de comenzar agosto, el mes más vacacional del año. Quienes tienen la fortuna de tener trabajo esperan estos días con ansiedad, pero creo que este año hay más ansiedad de lo normal. El país se va de vacaciones sin tener gobierno, y si no hay una mínima estabilidad los días de asueto no son lo mismo. La gente normal y corriente, esa que se levanta cada día para buscarse la vida, quiere que los políticos que ha elegido se la faciliten un poco.

-Sus señorías los señores diputados electos se van también de vacaciones, pagadas, aunque se dejen el trabajo por hacer, dicen que a ver si en septiembre lo cogen con más brío.-
Yo sólo espero que aprovechen esos días de solaz que les pagamos entre todos, para ver si desde la distancia reconocen, se reconocen, distinguen los colores, del lugar en que los ciudadanos les hemos puesto. Me da igual si lo hacen desde un avión, desde un chalé o desde una tienda de campaña en un campo de refugiados (que no estaría mal), pero que reaccionen y asuman la responsabilidad que tienen en un momento tan complicado como el actual.
Entretanto veremos si nos podemos quitar de la cabeza imágenes tan tristes como la del líder que nos cautivó resurgiendo de las cenizas en que lo había convertido su propio partido, ahora mendigando los favores de la triada o la de aquel otro que un 15 M nos hizo creer que si se podía, mendigando ministerios. La altura política está cayendo en picado y el debate, está desapareciendo hasta de la barra de los bares, que ya es decir.
Dice Mujica (el uruguayo): "El poder no cambia a las personas, sólo revela quienes, verdaderamente, son"

Se nos va a hacer largo de aquí a septiembre.

¡Ay, democracia! Javier krahe
 

 

20 jul 2019

LA LIBERTAD DE LEER

  










Leer es una de las cosas que me ayuda a hacer más llevaderos los veranos, los otoños, los inviernos y las primaveras. Pero sobre todo los veranos, cada año que pasa, julio y agosto se me hacen eternos, los libros me acompañan y me aligeran el calor y el insomnio.
Aprendí a leer, según me han contado, con tres años, y hasta donde mi memoria alcanza, me recuerdo con un libro en las manos. Desde los primeros cuentos y tebeos a las novelas de amor o las fotonovelas (aquel formato que mezclaba texto y fotos, que triunfó entre el publico femenino en los años sesenta y setenta).
De adolescente leía todo lo que caía en mis manos, sin orden ni concierto, sin criterio alguno. Jane Eyre, Cumbres borrascosas, Diez negritos, Chacal, La Pequeña Dorrit y Crimen y Castigo se entremezclaban con Los cipreses creen en Dios o La vida sale al encuentro. El Diario de Ana Frank con Dar, el Diario de Ana María o Edad prohibida. Libro que empezaba, libro que terminaba. En los tiempos de instituto, cada semana, saqueaba la biblioteca, allí leí todas las obras de teatro que había y todos los cuentos clásicos, Perrault, los hermanos Grimm, Andersen. Mención merecen los cuentos de Calleja, un libro que mi abuelo tenía como una joya. Quien sabe dónde habrá ido a parar.

En Internet he encontrado esta foto de uno de los libros de Calleja, es igual a la
edición que tenía mi abuelo

Un punto y aparte significó Cien años de soledad (libro releído varias veces a día de hoy), en mi recuerdo va ligado al comienzo de mi toma de conciencia social y el posicionarme en un determinado lugar del tablero de juego, mis lecturas se volvieron más comprometidas y muchas, en aquellos años, prohibidas. 1984, La Regenta, Un Mundo Feliz, Rebelión en la Granja, Poema Pedagógico, las memorias de Daniel Cohn- Bendit, La Colmena, Lolita, Nana, La tía Julia y el escribidor, El Libro Rojo del cole, los poemas de Miguel Hernández, García Lorca, Machado, Blas de Otero, Neruda etc..


Esta es la última edición que he leído de Cien Años de Soledad, con ilustraciones que son una belleza.
En esta época sentía el deber de leer a unos determinados escritores y si aparecía un libro digamos frívolo, sencillamente no lo leía. Fue una época marcada por la ideología, aunque también por esos años me leí la obra completa de Julio Verne.
Poco a poco, como en la vida, he ido relativizando y dejando aparte cualquier exigencia. Escojo mis lecturas en función de que me gusten o no, si un libro no logra engancharme después de las diez primeras páginas, lo dejo sin más. Son muchos los libros por leer en lo que me quede de vida y no puedo desperdiciar el tiempo con ninguno que no me diga nada. Mis elecciones son ahora mucho mas eclécticas y van más en función del placer y del saber, independientemente de quien las haya escrito o del tema tratado.
"El escondite perfecto" fotograma de la película La elegancia del erizo, basada en la novela del mismo nombre

Estoy volviendo de alguna manera a la forma de leer de mi adolescencia, pero sin concederle nada de mi tiempo a aquello que no me divierte o no me enseña.
Este año, por ejemplo, he leído desde best-sellers como Reina roja o la Trilogía de la Ciudad Blanca, hasta La Caja Negra, Maldad Líquida, El misterio del cuerpo hablante, Los Asquerosos, Instrumental, El malestar en la Cultura, El Dolor de los Demás, Secretos o Balada a mis padres, entre otros. Ahora he comenzado a leer Alicia en el país de las Maravillas, una asignatura que tenía pendiente.
Volar. El Kanka y Rozalén
Quitarse de encima prejuicios y servidumbres es muy sano incluso para la lectura, saber decir no y cambiar de libro, también. Aprender a ser cada día un poco más libre es una tarea que lleva su tiempo.