Hay expresiones populares que
hablan por si solas, pero la de “quitarse
una losa de encima” cobra hoy en España un significado especial.
Cuarenta y cuatro años han tenido
que pasar para que el dictador deje de estar en un lugar de culto sufragado por
el dinero de un país demócrata. Recordemos que Franco fue, junto a Hitler y
Mussolini, una de las cabezas visibles del fascismo en Europa. En estos países
europeos reniegan de sus lideres que están enterrados en tumbas discretas o
desconocidas para no provocar el enaltecimiento por parte de posibles nostálgicos.
En España, se sufrieron las
consecuencias de una dictadura que no fue derrocada, si no que el mismo dictador
dejó dispuesto tanto su sucesión como el lugar donde quería ser enterrado.
Veinte
años tardó en construirse el Valle de los caídos, las manos que lo levantaron
fueron, en su mayoría, presos políticos. El dictador eligió perversamente, ser
enterrado en el mausoleo donde tantos republicanos dejaron su sudor y algunos
sus vidas.
Cuando se inauguró en 1959, hubo
un traslado masivo de cadáveres desde distintas fosas, en la mayoría de los
casos sin conocimiento de las familias. "La mayoría de las veces los trasladaban en cajas de madera de pino preparadas para una quincena de cadáveres donde se mezclaban los huesos haciendo casi imposible la identificación individualizada".
La transición se llevó a cabo
bajo el miedo y la sombra de los militares. Durante todos los años que han
transcurrido desde la legalización de los partidos políticos y la primera
convocatoria de elecciones generales, se han ido alternando gobiernos de
diferentes signos políticos, nadie se atrevió a “Hincarle el diente” al hueso
de la dictadura.
Con el gobierno de Rodríguez
Zapatero se empezó a encarar este tema con la Ley de
Memoria Histórica, el Valle de los Caídos era el lugar que de forma más
ostentosa incumplía dicho documento, la puesta en marcha de esta ley comenzó, de forma
tímida, con el cambio de nombre de algunas calles y monumentos. Los gobiernos
del Partido Popular paralizaron dicha ley dejándola sin asignación en los
presupuestos generales del estado, pero nunca fue derogada.
En la actual legislatura se han
atrevido, por fin, a cuestionar la idoneidad del lugar donde está enterrado el
dictador, de manera excesivamente delicada, para mi gusto. Asuntos legales en
los tribunales, con la familia, con la justicia etc.. han dilatado demasiado un proceso que no hubiera debido de suscitar ninguna duda.
Pero “nunca es tarde, si la dicha es buena”. Hoy veremos por fin como se
hace relativa justicia con el responsable del crimen contra la humanidad que
significó dar un golpe de estado contra un gobierno democrático y desencadenó
un enfrentamiento fratricida en nuestro país.
Claro que “nunca llueve a gusto de todos” por eso se siguen oyendo discursos
de todos los colores, como reza otro dicho popular
“hay quien se queja hasta de un entierro bien hecho”.
“NO TODO"
Página desde la que se puede consultar el mapa de fosas comunes donde aún quedan los cuerpos de más de 25.000 republicanos, después de los 9.000 que ya han sido exhumados.
Raiz "Suya mi guerra"
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