13 dic 2022

ANÁLISIS DE DOCE AÑOS

 



Esta semana se ha publicado el número 10 de la revista “ZANGAMANGA, La Voz Y La Palabra”, proyecto en el que llevo trabajando doce años como voluntaria social del Ayuntamiento de nuestro pueblo.

Mi interés por la cultura, la literatura sobre todo, hizo que no me lo tuviese que pensar dos veces cuando se me sugirió la idea de hacer una revista del centro. La sugerencia vino por parte de algunos usuarios que tenían esa idea y no sabían la forma de ponerla en marcha. Fue durante unas prácticas que hice en este centro cuando empecé a elaborar un proyecto de revista , al terminar las prácticas mi compromiso con ellos me llevó a hacerme voluntaria e intentar que el proyecto fuese una realidad.

Aún era concejala de Bienestar Social e impulsora del Centro de Atención Psicosocial,  Fina García. Cuando se publicó la primera revista ya era concejala Mari Carmen Díaz, ella nos “Presentó en sociedad”. El apoyo de ambas fue fundamental para el inicio del camino.

Como todos los comienzo, este fue difícil. Parece que para escribir algo hay que ser escritor y esto no es así, para escribir hay que tener cosas que decir y ponerlas sobre el papel. Da igual que sea un texto de una página, una reflexión de dos líneas, un poema sin rima ni métrica, un chiste o un cuento de la infancia.

En esta publicación tuvo cabida, desde un principio, cualquier habilidad relacionada con la cultura, además de los escritos: fotos, pinturas, viñetas, críticas cinematográficas etc. Cualquier cosa puede formar parte de ZANGAMANGA La Voz Y La Palabra. Sin ningún control ni censura, siempre que se trabaje desde lo humano y desde el respeto al otro.

He de decir que trabajar con este colectivo, los miércoles de cada semana, ha sido uno de los aprendizajes mayores de mi vida. Una compañera de estudios comentaba una vez que “Todos tenemos una tara” cuando la escuché sólo pude darle la razón.

El año pasado el lema del día de la salud mental era “mañana puedes ser tu”, la pandemia nos ha confrontado cara a cara con esta realidad que casi nadie quería ver. La fragilidad del ser humano nos aboca a que, en cualquier momento de la vida, nos demos de bruces con algo que es más poderoso que nosotros, ante lo que no tenemos herramientas que nos ayuden a manejarlo.

A través del trabajo colaborativo de esta revista he descubierto personas llenas de capacidades, personas sensibles que pelean día a día por salir adelante, todos han sido unos grandes maestros para mí.

El camino recorrido a lo largo de estos años, me ha cambiado. Ha cambiado mi forma de ver la vida y, sobre todo, ha cambiado mi manera de ver y entender la salud mental.

 


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