8 dic 2022

BIENVENIDA INCERTIDUMBRE





El lunes pasado me puse la vacuna de la gripe y la cuarta dosis de la vacuna del Covid. Tengo que reconocer que es la primera vez que he tenido reticencias respecto a ponerme la del Covid, hasta el día antes tuve dudas. Luego me di cuenta de lo poco que dudé las veces anteriores y sentí que mi duda de ahora, estaba generada por la poca urgencia de la actual situación.

Ese día me levanté con la firme determinación de ir a mi cita en el centro de salud. Comprobé que habían habilitado la zona donde antes estaban los servicios sociales, para la vacunación. Había bastantes personas, nada que ver con las vacunaciones masivas y de urgencia de las veces anteriores, se notaba que ahora todo estaba organizado con tiempo y que hay vacunas para todos sin tener que esperar que los laboratorios den abasto.

Lo que si era parecido a otras veces eran los comentarios que se escuchaban, iban desde la negación “Yo sólo me voy a poner la de la gripe, quien sabe lo que nos están metiendo en el cuerpo con la otra” pasando por la resignación “Que vamos a hacer, es lo que toca, y como no podemos culpar a nadie” a los que iban más convencidos “Hombre, gracias a las vacunas casi no muere gente de Covid”.

Escuchando no pude evitar entenderlos un poco a todos. Es cierto que no sabemos qué llevan las vacunas al cien por cien (si me lo explicaran no lo entendería) tampoco la de la gripe que cada año es diferente porque los virus van cambiando. El gusto que nos daría poder culpar a alguien, por lo menos para descargar nuestra impotencia de alguna manera, pero si es cierto  que, gracias a las vacunas, muere menos gente a pesar de que siga existiendo este virus que nos mantiene alerta.

La incertidumbre es algo que nos acompaña durante toda la vida aunque no seamos conscientes de ello y queramos creer que la certeza existe. Es con los años que, a base de caerse y levantarse, de perder y ganar, de sufrir y disfrutar, vamos dándonos cuenta de que no sabemos qué será lo próximo. “Solo sé que no sé nada” decía el filósofo griego Sócrates. Hasta que no se llega a esa conclusión, a ese aprendizaje, andamos por la vida con una venda en los ojos que nos impide ver la realidad y nos provoca la ilusión de que tenemos todas las respuestas, para comprobar después, que eso no era verdad.

En cada etapa de la historia de la Humanidad se ha tenido que lidiar con lo que no se esperaba, sin embargo seguimos empecinados en buscar certezas y verdades absolutas que nos despojen de la angustia. Ahí tenemos las religiones, las adicciones, la televisión, los medios de comunicación etc. Es más fácil recurrir a los paliativos que afrontar y saber a que atenernos.

Porque,  la medicina milagrosa que nos asegure el fin de nuestros miedos, aún nadie la ha inventado.

"voy a inventarme un camino" El Jose

                                         "

 

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