22 dic 2021

¿QUÉ HA HECHO ELLA PARA MERECER ESTO?


Acababa de empezar el artículo de esta semana, contando en él una historia relacionada con las fechas pre-navideñas en las que estamos, cuando me he enterado de la muerte de Verónica Forqué y ya no he podido concentrarme en lo que estaba escribiendo. -Precisamente hacía unos días que había estado viendo la gala de los premios Forqué, premio cinematográfico creado en memoria del director y guionista José María Forqué, su padre-.

Miles de imágenes con ella de protagonista me vienen a la cabeza: películas, series, teatro. Esta actriz ha sido una de las grandes de nuestra escena, sobre todo en los años de “La movida” de la que fue una de las protagonistas. La Forqué tenía un carácter dulce, sereno y divertido que la diferenciaba de todas las demás.

Ha interpretado personajes carismáticos e inolvidables. Desde “¡Ay, Carmela!” junto a Juan Diego en Estudio 1, pasando por la entrañable Pepa de “Pepa y Pepe” hasta las diferentes figuras femeninas que encarnó en “Bajarse al moro”, “El año de las luces”,” La vida alegre” y tantas otras. Ha sido una de las actrices más premiadas de nuestro cine.

Su última película es de este mismo año y está por estrenar, Netflix la anuncia para el 24 de diciembre y se llama “A mil kilómetros de la Navidad”, título que parece augurar la triste despedida de Verónica cuando estamos a las puertas de esas fiestas.

En televisión, los seguidores del ultimo Master Chef hemos podido ver a la actriz muy deteriorada, tanto física como mentalmente, aunque seguía haciendo gala de su humor inteligente y de su ingenio. Yo puedo decir que este año he visto este programa por ella, aunque hubo momentos en que me parecía totalmente desprotegida mediáticamente hablando. Su situación llegó al extremo de tener que abandonar el concurso por problemas de salud “Mi cuerpo y el Universo me estaban diciendo: necesitas parar” dijo cuando se despidió y entregó el delantal con humor, enrollándolo al “estilo Mary Kondo”

Parece mentira que alguien que nos ha hecho reír a tanta gente haya terminado de una manera tan triste con tan sólo 66 años.

En una entrevista concedida a la revista “Blanco y Negro” en 1976 cuando tenía sólo 20 años, Verónica decía: “Tengo miedo a casi todo, sobre todo a la depresión y a la indecisión. A veces, cuando no se elegir me deprimo”. Y, al parecer, ha sido una depresión que venía padeciendo desde hace mucho años, la que la ha llevado a tomar la fatal decisión.

He vuelto a ver sus últimas entrevistas en “La resistencia”, “Late Motiv” “El Intermedio” y en todas ellas aparecía una persona llena de vida y de un brillante sentido del humor que para nada hacía sospechar el pequeño infierno en el que vivía.

Su muerte ha vuelto a ponernos ante los ojos la importancia de la salud mental, y la carga de prejuicios y estigma que lleva consigo. Las enfermedades mentales se llevan ocultas como si de algo vergonzoso se tratase, en vez de darle el lugar y la importancia que tienen.

Últimamente y a raíz de publicaciones como “Por si las voces vuelven” del conocido periodista Ángel Martin, y declaraciones de otros personajes conocidos hablando de sus problemas mentales, ha surgido una especie de “me too” relacionado con la salud mental. Las medidas que, desde el gobierno se están planteando esperemos que sean de ayuda para hacer cara a esta realidad social que ha estado tapada y que tanto la pandemia como el insano modo de vida que llevamos han dejado al descubierto.

 

 (Artículo publicado en el número 1.226 del periódico Infolínea)

 

 

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