“La razones para indignarse
pueden parecer hoy menos nítidas o el mundo demasiado complejo, pero siguen
ahí, en la dictadura de los mercados, en el trato a los inmigrantes…buscad y
encontraréis…coged el relevo, ¡indignaos! porque la peor actitud es la
indiferencia, si os comportáis así, perderéis uno de los componentes esenciales
que forman al hombre: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue”
(Stephan Hessel)
En aquellos momentos su voz tuvo
eco en una sociedad asfixiada por los bancos, la precariedad y los recortes
sociales. Los jóvenes, insatisfechos, sin futuro, empezaban a buscarse la vida
fuera de su país, donde se les negaba. Esta insatisfacción se manifestó de
forma real el 15 de Mayo de 2011, cuando millares de personas se manifestaron
ante la convocatoria de diferentes colectivos. Antes habían ido tomando las
plazas de muchas ciudades, de forma simbólica y pacífica. La famosa acampada en
La Puerta del Sol se convirtió en todo un símbolo a nivel mundial. A los más
mayores nos volvieron a llegar aromas de aquel mayo francés de 68 que nos decía
aquello de “ La poesía está en la calle” y que “Bajo los adoquines de la ciudad
estaba la playa”.
Todo este capital de
manifestaciones pacíficas masivas tenía unas claves concretas y comunes: No al
bipartidismo. Listas abiertas. Derecho a la vivienda (ley hipotecaria). Sanidad
pública, gratuita y universal. Educación pública y laica. Abolición del Plan
Bolonia. Abolición de la Ley de extranjería. Reforma fiscal favorable para las
rentas más bajas. Supresión de paraísos fiscales. Abolición de sueldos
vitalicios para los políticos. Rechazo y condena de la corrupción, listas
electorales libres de imputados. Nacionalización de los bancos rescatados por
el Estado. Democracia participativa. Apuesta por las energías renovables.
Transparencia de las cuentas y financiación de los partidos políticos etc.
Y aparecieron colectivos como las
Mareas, los Yayo-flautas, STOP desahucios, Cuentas Claras, Graba tu Pleno,
Plataforma por un nuevo modelo energético y otros muchos que movieron el
estancado tablero social. Políticamente estas ideas fueron recogidas por nuevos
partidos políticos como Equo, Compromís, Anticapitalistas, Recortes Cero y
Podemos, que contaron con un gran apoyo popular.
“Indignaos, hoy se trata de no
sucumbir bajo el huracán destructor del consumismo voraz y de la distracción
mediática, mientras nos aplican los recortes. Indignaos sin violencia. Como
cantara Raimon durante la dictadura “Digamos No”. Actuad. para empezar,
¡Indignaos!” (José Luis Sampedro)
Después de 10 años y una pandemia
mundial, puede parecernos o quieren hacernos creer que todo esto no ha servido
para nada, que todo quedó en agua de borrajas. Sin embargo, muchas cosas se
dieron a raíz del 15M: El primer gobierno de coalición de la Democracia, se
recuperó la parte más noble de la política y sobre todo se recuperó el dialogo,
el empleo del pacifismo y la utilización de las palabras para el debate social.
La filosofía que sustentó al 15M
y todo lo que significa, más allá de los partidos, ha servido durante todo este
tiempo de muro de contención pacifista ante las ideologías extremas que, en los
actuales tiempos radicalizados, vemos como avanzan aprovechándose del
descontento fruto de la crisis pandémica.
"Papá cuéntame otra vez" Rozalén.
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