El otro día me encontré con unas
amigas que hacía tiempo que no veía, casi toda a conversación giró en torno a
como habíamos vivido estos últimos tiempos y como había afectado lo que viene
pasando desde hace casi tres años, a nuestro estado de ánimo. Todas
coincidíamos en haber vivido momentos de angustia por uno u otro motivo.
Durante la conversación, una de
ellas dijo que había tenido que ir al médico porque, a la mínima le daba por
llorar. La conversación tenía lugar en un espacio público y en ese momento, una
mujer que pasaba por allí se paró y nos dijo “yo también tomo pastillas para no
llorar”.
A mí me impactó lo que dijo
aquella mujer “pastillas para no llorar” y me di cuenta de que en la sociedad
que vivimos llorar “no queda bien”
En épocas pasadas eran los
varones quienes sufrían esta represión “los hombres no lloran”, ahora es un
signo de debilidad también en las mujeres, hay que ser fuerte y valiente en
esta supuesta sociedad de la igualdad.
Demostrar emociones es bajar la
guardia, no hay que perder el control de estas. Se nos pide cada vez con más
frecuencia que nos comportemos como máquinas. Llorar nos avergüenza y es
frecuente escuchar “lo siento” o “perdona” por haber tenido un ataque de llanto
(“a llorar a la llorería”)
En octubre del año pasado en el
barrio de Malasaña de Madrid, una empresa privada abrió un espacio durante tres
días llamado “La llorería”. Aprovechando la semana de la salud mental ofrecían
al publico la posibilidad de hacerse fotos y colgarlas en Instagram para hacer
visibles sus problemas “…Un espacio para llenar las redes sociales de todo lo
que ocultamos. Así que, pasen y lloren.” De esta manera se publicitaban. Al
salir te regalaban una sesión de terapia gratis, las siguientes imagino que no.
Sin quitar importancia a los
problemas mentales que han aflorado durante la pandemia y a la urgente
necesidad de una atención profesional pública y para todos, yo me pregunto: ¿de
verdad llorar es un síntoma de que algo va mal, o simplemente es que somos humanos
y la angustia, a veces, nos provoca tristeza? Cuando alguien está sufriendo se
suele emplear la frase: “llora y des-ahógate”.
La situación que hemos sufrido
nos ha puesto a todos a prueba y a algunas personas las ha llevado al límite. Me da por pensar que, ante esto, quizás, lo
bueno sea llorar, y reír, y cantar… todas esas cosas que hacemos cada vez con
menos frecuencia, conteniendo las expresiones que demuestran que somos
personas.
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