A pesar de la incertidumbre que
nos acompaña siento que últimamente hay como un soplo de esperanza a nuestro
alrededor.
Ver como vuelven programarse
obras de teatro, exposiciones, charlas, conciertos y demás actos culturales, me
produce una grata sensación. Parece que todo empieza a recomponerse, no digo a
ser normal porque cada vez sé menos qué es normal y qué no lo es; pero si que
la vida va ganando terreno.
Hoy he acompañado a mis padres al
centro de salud para que se pongan la tercera dosis de la vacuna. Mientras
esperábamos una señora que salía de la consulta después de ser vacunada, se ha
puesto a aplaudir y bailar, lo que ha sacado una sonrisa de la mayoría de las
personas que estaban en ese momento allí.
Y es que, las ganas de vivir no
son patrimonio de una edad concreta, bien que lo están demostrando nuestros
mayores que han resistido al embate de esta pandemia como si fuera uno de los
muchos que han recibido a lo largo de su vida, plantándole cara.
Por eso no entiendo a quienes, a
pesar de todo lo pasado y todo lo sufrido estos dos últimos años siguen
hurgando en lo dañino y pernicioso. Buscando la falta en vez de poner en valor
la vida.
El otro día me comentaba un amigo
que parece que todo el mundo está crispado y que, a las primeras de cambio surge
la bronca y las discusiones. Yo creo que esto sucede mucho en el ambiente de la
política.
Me gustaría ver que quienes nos
representan hacen uso de su humanidad y toman conciencia de lo importante que
es dejar las confrontaciones en estos complicados momentos que se están
viviendo en todo el mundo.
Ahora se está volviendo a
utilizar el miedo: Apagón, escasez….palabras negativas con las que se quiere bloquear
la posibilidad de que estemos bien. Me parece perverso. Puede ser que haya
apagón en algún momento, o puede que no. Puede ser que escaseen algunas cosas o
puede que no. ¿Quién lo sabe? Si algo debiéramos de haber aprendido es que todo
no se puede prever ni controlar.
Yo prefiero quedarme con datos
como que nuestro país es uno de los mas avanzados en vacunación y prevención,
también me queda la certeza de que hemos tenido mucha suerte de que la pandemia
nos haya llegado teniendo un gobierno como el que ahora tenemos (con sus
aciertos y sus errores) que ha cuidado a enfermos y trabajadores, desde la
sanidad pública y el derecho al trabajo.
Compartía hace poco, en un
escrito, una frase leída no recuerdo dónde, “sólo nos salvará la ternura y la
cultura” y por ahí creo que deben de ir las cosas. Cultura y un poco de ternura
ante tanta crispación, malhumor y malas intenciones.
Ahora que se está entrando casi
en precampaña electoral y que todas las formaciones políticas están preparando
sus estrategias me gustaría compartir con vosotros una idea absolutamente utópica
pero recurrente: muchas veces he pensado como sería una campaña electoral en
positivo, ¿os la imagináis? cada partido debería decir lo bueno que los demás
partidos llevan en sus programas electorales. A mí me relaja sólo pensarlo.
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