La palabra filigrana siempre la
había conocido de forma coloquial cuando se refería a algo que había que
manejar con extrema delicadeza o que era complicado de hacer: “tuve que hacer
filigranas para que se me entendiese” o “Tengo que hacer filigranas con el
sueldo para poder llegar a fin de mes”, en tono jocoso también se empleaba
cuando nos referíamos a alguien con una personalidad que se salía de lo común:
“es un filigranas”.
Recientemente he conocido el
verdadero origen de esa palabra y a lo que realmente se refiere. Según la R.A.E
filigrana es: 1- Obra formada de hilos de oro y plata, unidos y soldados con
mucha perfección y delicadeza. 2- Señal o marca transparente hecha en el papel
al tiempo de fabricarlo y 3- Cosa delicada y pulida.
La historia de la filigrana hecha
con papel se remonta, al parecer, a Egipto, donde el papiro era utilizado como
base. Durante la Edad Media esta técnica fue utilizada en los conventos de
Francia e Italia para sustituir la filigrana realizada en oro y plata. En
Inglaterra, durante la época Victoriana fue una de las labores preferidas por
las damas de la corte.
Pero quienes hayáis podido
visitar la exposición de este año del Centro de Atención Psicosocial habréis
podido comprobar como la palabra Filigrana cobra otra dimensión.
La labor que han llevado a cabo
los usuarios de este centro, utilizando sus manos y tiras de papel de colores y
dirigidos por Ruth Menzel la arteterapeuta del centro, es un trabajo tan bonito
que merecería la pena que fuese visto por mucha gente.
A parte del magnífico trabajo que
han realizado este año, hay que tener en cuenta las circunstancias y el tiempo
con el que han contado para hacerlo. A pesar de todo, ellos nos han enseñado
que el deseo de demostrar lo que son capaces de hacer y poder mostrarlo a
todos, ha sido mayor que todas las circunstancias adversas que se han vivido.
Pienso que, en este caso,
filigrana no es sólo la técnica empleada, también han hecho filigranas con el
tiempo que tenían y con todos los momentos difíciles que han sufrido estas
personas de una forma especial.
El tránsito que se vivió de forma
radical debido al COVID, que les (nos) llevó a estar recluidos en casa, han
tenido ahora que recorrerlo a la inversa, pero esta vez de forma pausada,
guardando todas las medidas de precaución e incorporándose de forma paulatina
al centro y a su dinámica de forma presencial.
Para todos ha sido una época
difícil, y lo sigue siendo, pero para el colectivo que forma Psicosocial, ha
tenido connotaciones aún mas complicadas. De eso saben mucho todas las
profesionales implicadas en sus procesos y sobre todo lo saben quienes han
vivido la angustia y la incertidumbre de manera diferente.
Tengo la suerte de trabajar con
ellos, como voluntaria social, desde hace muchos años y cuando vi por primera
vez el trabajo que estaban preparando para la exposición; su laboriosidad y
minuciosidad, cuando vi tantos papelitos de mil colores enrollados sobre si y
pegados unos a otros formando preciosas figuras, cuando me los mostraron con
una sonrisa de satisfacción en sus caras pensé que, a la misma vez que iban
enrollando papeles, ellos comenzaban a estirarse a ponerse en pie de nuevo para
seguir adelante en este camino complicado que es la vida.
Enhorabuena a todos por el buen
trabajo que habéis realizado.
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