Un género literario al que soy muy
aficionada es el de la ciencia ficción, y de manera más concreta a algunas
obras de las llamadas distópicas. Durante la pandemia la palabra distopía ha
aparecido casi a diario para intentar ponerle nombre a lo que estaba pasando,
pero ¿Qué es una distopía?. Según la RAE la definición de distopía es la “Representación
ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la
alienación humana”. Como veréis se ajusta casi demasiado bien a lo que estamos
viviendo. Por eso esta semana, traigo como nutrientes de los que me he
alimentado a lo largo de mi vida, cuatro distopías y una Utopía.
George Orwell (1903-1950), con su “Rebelión en la granja” y “1984” es uno de mis escritores favoritos, estas dos obras nos cuentan historias imaginarias de alienación y falta de Libertad. La primera cuenta como los animales de una granja se rebelan contra sus amos y vencen, también nos muestra como gestionan su victoria y las consecuencias de ello. En 1984 podemos descubrir la versión más visionaria de Orwell. Una sociedad absolutamente controlada y vigilada que tiene gran similitud con la actualidad o sobre como algunos nos sentimos en ella. “Y, después, algún cerebro privilegiado del Partido Interior elegiría esta o aquella versión, la redactaría definitivamente a su manera y pondría en movimiento el complejo proceso de confrontaciones necesarias. Luego, la mentira elegida pasaría a los registros permanentes y se convertiría en la verdad” (1984)
Otro de mis autores distópicos es Aldous Huxley (1894- 1963), que con su novela “Un mundo feliz” me hizo “abrir los ojos” y comenzar a cuestionarme muchas cosas. Esta obra la leí siendo muy joven, la disfruté y sufrí a partes iguales. Mantuvo mi interés desde la primera a la última palabra. Cuenta la historia de un mundo organizado y clasificado, avanzado tecnológicamente en el que, aparentemente, todos son felices. “Esa manía de hacer las cosas en privado, lo que en la práctica se traduce en no hacer nada” (Un mundo feliz)
Mi ultimo descubrimiento en este
género es “El cuento de la criada” de la autora Margaret Atwood. Esta novela se
publicó en 1985 pero yo la conocí gracias al éxito de la serie del mismo
nombre. Primero leí el libro, la serie estoy en ello. En el mundo que se nos
describe las protagonistas son las mujeres y su “función” en una sociedad
dictatorial. “Lo normal es aquello a lo que te acostumbras. Tal vez no os
parezca normal, pero al cabo de un tiempo os acostumbraréis, y se convertirá en
algo normal” (El cuento de la criada)
Y una Utopía para terminar. Esta
palabra viene del latín y significa “Plan o sistema ideal de gobierno en el que
se concibe una sociedad perfecta y justa, donde todo discurre en armonía.” la
RAE da esta definición: “Plan, proyecto, doctrina o sistema deseables que
parecen de difícil realización” y “Representación imaginaria de una sociedad
futura de características favorecedoras del bien humano”.
Me refiero a “Utopía” de Tomás Moro. Ayer mismo volví a releerla (lo hago con frecuencia) y me di cuenta de que, según los cánones actuales, el relato social que se describe no pasaría los filtros revisionistas de lo políticamente correcto. De esta obra me gusta, sobre todo, el “Libro segundo” donde se cuenta como está organizada la isla. “Cada familia entrega los productos de su trabajo a unos almacenes especiales….cada padre de familia va a buscar allí lo que necesitan él y sus familiares, y recoge lo que quiere sin dar dinero ni otra cosa a cambio….¿qué temor hay de que nadie solicite más de lo preciso?¿Pues a quien se le ocurriría solicitar cosas vanas si está seguro de que no ha de faltarle nada? …” (Utopía)
Leer cualquiera de ellas es la
mejor medicina contra la alienación, hacia la que vamos “cuesta abajo y sin
frenos”.
"UTOPIA" Serrat
"...¡Ay! Utopía, Como te quiero, Porque les alborotas el gallinero..."
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