Siempre he preferido la palabra tebeo a la de comic, aunque ambas se refieran a publicaciones de historias gráficas. El comic de mi infancia va ligado a los superhéroes de la Marvel que, aún hoy, me siguen gustando.
Este año se cumple el
centenario de la publicación que dio nombre a todas las demás (nombre recogido
ya en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua) el TBO,
El TBO se publicó, en su
primera etapa, desde 1917 a 1938, lo que significa que se siguió publicando
durante la Guerra Civil, aunque sólo en la zona republicana. Al terminar la
guerra, y debido a las restricciones de papel, se publicó de forma irregular, a
partir de 1952 se inició una etapa más continuada que duró hasta los años 70. Los
contenidos del TBO estaban dirigidos al público infantil y sus viñetas eran de
un humor completamente blanco. Coetáneo del TBO fue la revista infantil llamada
“Pulgarcito”.
Goyita y Baldomerito (1930) cantan este cuplé en la Radio para la publicación TBO
En mi niñez fui lectora de tebeos,
me gustaban sobre todo los llamados Almanaques que eran unos números especiales
que salían en Navidad y cuyo contenido era ambientado en esa época del año.
Luego también estaba el extra de verano. Estas ediciones especiales las hacían
todos los tebeos de la época: DDT, Tío Vivo, Pumby y las anteriormente
nombradas TBO y Pulgarcito. Yo las esperaba con ansiedad, a los pueblos nunca
llegaban cuando se publicaban, de todas formas procuraba dosificarme su lectura para que durase más tiempo.
Los personajes de aquellas
publicaciones tenían unas características definidas y representativas de la
época. Carpanta, el indigente que no tenía trabajo ni nada que llevarse a la
boca, soñaba con pollos asados y nunca conseguía saciar su hambre. Petra,
criada para todo, al servicio de una soltera un poco déspota. Doña Urraca, cuyo
máximo placer era que ocurriese cualquier desgracia. etc.
Mis preferidos eran los que reflejaban
grupos familiares: La familia Trapisonda, con perro criada y dos niños, La
familia Cebolleta cuyo abuelo, a la que te descuidabas contaba una batallita. La
familia Ulises, con perro y abuela de pueblo. La familia Churumbel, de raza
gitana con todos los estereotipos relacionados con la misma, (tenían un hijo
universitario que era la oveja negra).
La familia Churumbel
Había publicaciones
especialmente para niñas, y mi favorita, Mary Noticias, la periodista-heroína que
investigaba y solucionaba misterios pero que en realidad eran resueltos por su
misterioso amigo “Bruma”.
Los niños y niñas, lectores de
tebeos, en aquellos años, no siempre teníamos dinero para comprarlos, pero
podíamos adquirirlos cómo préstamo en los quioscos que había en el centro del
pueblo, allí también se prestaban novelas de Corín Tellado y de Marcial Lafuente
Estefanía. De esta manera por poco dinero teníamos a nuestro alcance todas
estas publicaciones. En estos quioscos también se podían comprar cromos de los álbumes
del momento y, a escondidas, cigarrillos sueltos, Celtas cortos o Ideales sin
boquilla.
El centenario del TBO me ha traído
estos recuerdos de una época reciente pero distante del modo de vida actual, en
el que el regalo más pequeño que se le da a un niño cuesta más que todos los
tebeos que podíamos leer nosotros en un año y aún así es difícil satisfacer los deseos de los más chicos, en esta sociedad en la que nada es suficiente.
Pocos leí yo de pequeño!! Y aquella frase final de uno de los personajes:"igualico, igualico, que el difunto de su agüelico", esa me encantaba.
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ResponderEliminarsubsbuWdeu_wa Jacobi Greene
ResponderEliminarthere
arnolegat