12 mar 2017

LISÍSTRATA. ARMAS DE MUJER





"COMISARIO. ¿Así que, con lanas, hilos y husos, os creéis que vais a poner fin a unos asuntos tan terribles? ¡Qué necias!
LISÍSTRATA. Sí, y también vosotros, si tuvieras una pizca de sentido común, según nuestras lanas gobernaríais todo.
COMISARIO. ¿Cómo? A ver.
LISÍSTRATA. Primero, a la ciudad como al vellón de lana, después de haberle quitado la mugre lavándola en un baño, habría que ponerla sobre un lecho, apalearla para que eche a los sinvergüenzas y sacarle los abrojos; y a esos que se reúnen y se aglomeran junto a los cargos públicos, separarlos con el cardado y arrancarles... las cabezas. Después habría que esponjar la  buena  voluntad  común  y  echarla  en  un  cestito,  mezclando  a todos,  a  los  metecos,  a  los  extranjeros  que  sean  amigos  nuestros,  y  a  los que  tengan  deudas  con  el  Estado:  también  a  esos  mezclarlos  ahí ¡Por Zeus!, y las ciudades, todas las que son colonias de esta tierra, habría que tener una idea clara de que para nosotros son como los copos de lana que están  cada  uno  por  su  lado;  luego  se  cogen  estos  copos  que  forman  cada una  de  ellas,  se  reúnen  y  se  juntan  en  uno  solo,  y  después  se  hace  una gran bola y, con ella, se teje un vestido para la gente." ("Lisístrata" . Aristófanes)


 

Marzo es ese mes en el que toca hablar de las mujeres y sus derechos, de la igualdad. Y a eso voy.
Es verdad que las mujeres, a lo largo de la historia, hemos estado entre bambalinas. En el hogar, en el trabajo, en la política, los actores principales han sido los hombres, ellos son los que han sido cabeza de cartel. Con el tiempo las mujeres vamos tomando posiciones en los ámbitos que antes se nos estaban vedados por la ley o por la costumbre.
Pero, a veces,  me da la impresión de que andamos por un camino equivocado cuando hablamos de Igualdad. ¿En verdad, para conseguir la igualdad, las mujeres debemos hacer lo mismo que, tradicionalmente, han hecho los hombres? ¿quiere esto decir que eso es lo verdaderamente importante y por ello tenemos que ocuparnos de esas cosas para poder ocupar un lugar de cierta relevancia social?
Muchas veces oigo decir: ¡si gobernaran las mujeres todo sería mejor! Cuando escucho esto pienso en dirigentes como Margaret Thatcher, Ángela Merkel o Esperanza Aguirre y siento un repelús. ¿Para que una mujer gobierne tiene que reunir todas las características, atribuidas socialmente a los hombres? Por otro lado, en los últimos tiempos, tenemos ejemplos más gratificantes y edificantes de mujeres que ejercen lugares de gobierno, como Manuela Carmena o Ada Colau.
 
Son muchas las preguntas que me hago, respuestas tengo muy pocas.
"El eterno femenino" La Mode
 
Lo que si tengo claro, en lo que se refiere a la política (que es todo) es que incluir lo femenino significa actuar de forma conciliadora, tolerante, igualitaria y democrática, sea quien sea quien la ejerza.
Yo no considero que sea más importante salir a pescar que cocinar el pescado, cosechar la fruta que hacer mermeladas, cultivar algodón que tejer tapices, criar ovejas que cardar la lana, picar carbón que calentar el hogar, proveer que administrar, cada cosa tiene que hacerla quien esté más cualificado para ello.
He comenzado el post con un fragmento de Lisístrata, la obra de Aristófanes en la que se habla de estrategias femeninas. Aquí os dejo el tráiler de una película (indispensable) que tiene que ver con el mismo tema. En ella también son mujeres las que ejercen su autoridad.
 
"La fuente de las mujeres"

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