- ¿Por qué?
Porque están avergonzados y asustados y no tienen el valor de admitirlo
- ¿Tú estás asustado?
-Yo solo tengo el valor de admitirlo contigo…
estoy tan asustado y tengo tanto miedo, que podría morirme en este mismo instante
Charles Bukowski
No
sé cuando se decidió que había que ser valiente a toda costa, tampoco
se muy bien en qué consiste serlo. Fuerte
y valiente, términos demasiado absolutos, casi siempre relacionados con el
género masculino. Cuando estos valores se le adjudican a una mujer, cobran una
dimensión aún mayor.
Sin
embargo, el ser humano es frágil y muchas veces infeliz intentando mostrar
esa valentía y fortaleza que se le exige.
Los
hombres han tenido que aparentar ser rudos, fuertes, poco sensibles,
sin miedo; para muchos todo esto que se espera de ellos ha sido una
losa que les ha impedido vivir una vida auténtica.
Las
mujeres, en este momento de nuevas feminidades, también intentan, para
conseguir la igualdad, ser fuertes, valientes, rudas,
austeras…
Quizás
la igualdad se conseguiría antes si se persiguiese coincidir en una relación de
mínimos. No demostrar quien tiene mas fuerza, o quien tiene actitudes más
violentas, sino igualarnos en el reconocimiento de que todos somos seres
humanos, con nuestras miserias y debilidades, que somos personas y, como tales,
frágiles.
Por eso, quiero hacer una defensa de la fragilidad, de la humana necesidad de sentir
miedo, de saber y querer decir no puedo, porque pienso que solo desde ese
reconocimiento de la propia debilidad se llega a conseguir la verdadera
fortaleza.
Vivimos
en una sociedad desde la que se nos demanda, de forma imperativa, ser de una determinada
manera. Hay que ser felices, valientes, coherentes, audaces, emprendedores,
atrevidos…. Pero, la felicidad no puede ser impuesta, cada uno tendrá que
buscar la mejor manera de vivir su vida como buenamente pueda.
Cada vez que veo a alguien, hombre o mujer, esgrimiendo discursos rotundos que no dejan resquicio a la duda, utilizando palabras agresivas o gestos violentos, no puedo dejar de pensar en cuanto de grande será el miedo que se esconde tras esas actitudes.
"La ley" Chicho Sánchez Ferlosio
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