29 ago 2016

¿Y QUÉ, SI HAY QUE VOLVER A VOTAR?

Sobre nosotros se cierne el fantasma de unas posibles nuevas elecciones como si eso fuera una catástrofe.
Y yo me pregunto ¿que hay de malo en ello?.
En principio poder votar a quienes nos gobiernan, es un derecho que se consiguió despues de que muchos hombres y mujeres lucharan por el durante años. Por eso, ejercer el voto, sea por el motivo que sea, debería de ser causa de satisfaccion. También es verdad que tener una ley electoral distinta ayudaría bastante.

 Hay varias razones por las que nos tira para atrás volver a votar: la primera es la costumbre, nos hemos acostumbrado a lo que más hemos criticado, el bipartidismo. Ahora estamos descontentos porque no se consiguen mayorias para gobernar. El bipartidismo se había convertido en nuestra zona de confort, nuestra comodidad, nuestro adormecimiento, nuestra muerte en vida.
Hoy criticábamos a unos, mañana a los otros y todos contentos, los que más los partidos políticos.
Consecuencia de esto son los lideres que ahora tenemos, los de la izquierda, sin el arrojo suficiente para arriesgar lo que se creen que tienen y los de la derecha, con la seguridad que da el no tener adversario
A pesar de todo, andamos como locos por volver a lo mismo, con tal de que no se nos moleste, aunque eso lleve consigo que gobiernen los peores.
La ausencia de criterio ideológico y la asunción del modo de vida mercantilista, nos ha convertido en los Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones que ya anunciaba Aldoux Huxley en su #MundoFeliz.
Lo único que a mi me parece mal a la hora de repetir elecciones, es el gasto que supone, por lo que se deberían de hacer de otra manera, y tampoco pagaría ni un céntimo a ningún gobierno, hasta que no esté ejerciendo como tal. Por lo demás, votar una y mil veces, si es necesario.

 Y, sin embargo, lo que más nos molesta es votar en Navidad. Esta es una de las quejas más chocantes, ¿y qué, si hay que votar en Navidad?, que si las fiestas, que si las comidas familiares; claro que cuando es verano, que si el calor y la playa; si es primavera que si las comuniones... excusas para todos los gustos con el fin de justificar la indolencia, la comodidad que nos tiene atrapados y que sólo beneficia a quienes de verdad tienen el poder.

 España se ha convertido en una gran Scarlett O'Hara: que ha pasado del "a Dios pongo por testigo, que no volveré a pasar hambre" al "Ya lo pensaré mañana", pero corremos el peligro de que mañana todos los derechos logrados se los lleve el viento.

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