Me doy cuenta que desde hace
tiempo escribo bastante sobre el pasado. Mirar hacia atrás desde la distancia
que da la edad proporciona lecturas diferentes de muchos momentos. Igual
también se debe a que estoy inmersa en un estudio que se sitúa en tiempos muy
lejanos.
Estudiar, o seguir estudiando a
pesar de los años, también influye en la perspectiva y el lugar donde una se
recoloca. El proceso de aprendizaje es infinito sin embargo para ello, la mayoría
de las veces hay que pararse y mirar atrás. A veces echo de menos que fácil era
cuando todo lo tenía claro, cuando estaba segura al cien por cien de lo que hacía
o decía.
Madurar y crecer es dudar, darle
a cualquier situación otra vuelta de tuerca y no quedarse con el discurso
mayoritario. Buscar un lugar propio y, desde él, poder elegir y discernir, para
mí, esto es lo más parecido a la
libertad.
En eso de mirar atrás, también lo
hago revisionando películas, libros etc. Me resulta tan interesante comprobar
que parecen obras completamente diferentes a las de la primera vez. Ahora estoy
volviendo a ver “Doctor en Alaska”, una serie de los años 90 que en su momento
me encantó. Se emitía a altas horas de la noche y, a pesar de ello, se
convirtió en una serie de culto. Volver a verla me está resultando de lo más
gratificante: los personajes tan bien construidos, el pueblo, el bar, la
consulta del doctor, la naturaleza, las creencias más diversas conviviendo en
armonía, las ideas que transmite, la filosofía, la excepcional banda sonora. En
fin, todo lo estoy disfrutando y entendiendo, ahora, con una nitidez que va más
allá de las historias que se cuentan. Surgen cuestiones que se están planteando
en estos momentos, con respuestas tan inteligentes y humanas que sorprenden.
De todos los personajes que
aparecen me llama la atención la india Marilyn. En ella son más interesantes
los silencios que las palabras, aunque cuando habla no deja a nadie
indiferente.
Os trascribo una conversación
entre Marilyn y Ed, el joven apasionado del cine que está aprendiendo a ser
chamán. En ella se reflexiona sobre la suerte, el destino, si todo está
escrito…
Marilyn: “mi tío me habló una vez
de un guerrero que tenía un magnífico semental. Todo el mundo hablaba de la
suerte que tenía teniendo un caballo así. Puede, decía él. Un día el caballo se
escapó, la gente decía que el guerrero tenía mala suerte. Puede, decía él. Al día
siguiente, el caballo regresó seguido de una hilera de preciosos ponis, la
gente decía que tenía mucha suerte. Puede, decía él. Más tarde, el hijo del
guerrero se cayó de uno de los ponis y se rompió una pierna. La gente decía que
qué mala suerte. Puede, decía él. A la semana siguiente el Jefe declaró la
guerra a otra tribu, muchos hombres jóvenes murieron pero, gracias a la pierna
rota, el hijo del guerrero se quedó en casa y se salvó.”
Esta conversación, no sé por qué,
se me quedó fijada en estos días que veo y escucho como se dirimen pactos,
alianzas, suerte, mala suerte y si ganar o perder.
Publicado en Infolínea el viernes 16 de junio de 2023
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