7 ene 2023

LO QUE SOBRA

                                                               

Este año he pasado los días de Nochebuena y Navidad en casa de mi madre, cuidándola. Me doy cuenta que la televisión es un elemento que para las personas más mayores se ha vuelto casi indispensable, cuando estoy con mi madre veo bastante la tele.

Durante estos dos días ha sido casi imposible ver un programa sin tragarte minutos, por no decir horas, de publicidad. Parece que el mundo está en venta. Todo se vende y todo te lo ofrecen como necesario para tu vida. Comida preparada, refrescos, electrodomésticos, maravillosos limpiadores, coches, perfumes…además de lo que corresponde a estas fiestas: turrón, mazapanes, polvorones y bebidas. A veces ni me acordaba de que era lo que estábamos viendo. La tele se ha convertido en un gran bazar.

A vosotros no os pasa que algunas veces sentís que os sobran cosas. De un tiempo a esta parte es algo que pienso a menudo, que me sobran cosas. Cuando hace unos años cambié de casa ya decidí que pondría en ella lo imprescindible, así que mi trastero está lleno de piezas que nunca volví a usar. Si me quedara con lo que realmente necesito creo que me sentiría mucho mejor y dejaría espacio para lo que realmente quiero, ese es un propósito para el año que viene.

Cuando mis hijos eran pequeños, tenía la casa llena de objetos decorativos que ellos, a la mínima, cogían para jugar. Yo siempre andaba pendiente por si rompían algo y se lastimaban, hasta que tomé una decisión, guardé casi todos los chismes en cajas de cartón y solo dejé libros y algún que otro detalle que puse a una altura que ellos no alcanzasen. Muchos años después recordé que aquellas cajas seguían cerradas y que ni un solo día eché de menos lo que había metido en ellas, algunas aún siguen así.

Si miro lo que utilizo en mí día a día, me doy cuenta de lo mucho que me sobra, y compruebo lo  que me falta.

Dentro de mis cosas necesarias e imprescindibles están los libros, las plantas, los cuadros y  discos, un tocadiscos que me pusieron los RRMM hace unos años, el ordenador para estudiar y escribir y poco más. Muebles básicos y algún que otro electrodoméstico.

Entre las cosas que me faltan, hay algunas de orden práctico, por ejemplo estanterías para los libros que se van amontonando por todos lados, a ver si así consigo (no lo creo) ordenarlos con algún criterio que me satisfaga, es algo que muchas veces he intentado pero nunca he logrado ya que mi anarquismo intelectual hace que me guste ver mezcladas las diferentes temáticas (no valdría para bibliotecaria). De todas formas, siempre que se me antoja un libro, se dónde encontrarlo.

Feliz Fin de año a todos los lectores de Infolínea, y que el próximo año os traiga sólo lo verdaderamente necesario.

"EL MAGO DE OZ" 
Adaptación radiofónica de Juan Jose Millás

                                  

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