Tras la Gran Depresión de 1929 en
la que el desempleo alcanzó cotas impensables, las democracias retrocedieron y
los nacionalismos cobraron un auge importante. Todo esto desembocó en el mayor
enfrentamiento bélico conocido.
Desde esa ruptura que significo
la II GM, el mundo no había conocido una situación tan convulsa y que afectara
a todos, hasta que hace un año se declaró la pandemia por COVID-19. En el
escenario actual podemos ver algunos de los elementos que configuraron aquel
otro.
A esto se suma lo que podríamos
llamar Nueva Revolución Industrial. En la primera, la sustitución de la mano de
obra humana por las máquinas provocaría el nacimiento de los movimientos
sociales, políticos y sindicales que defendían el lugar del Hombre ante la
máquina. En nuestra sociedad actual, capitalista y globalizada, las nuevas
tecnologías se han vuelto indispensables. Durante el tiempo que llevamos de
pandemia se han afianzado aún más.
El comercio electrónico está
desplazando a las pequeñas empresas. La mayor parte del empleo del tiempo libre
está vinculado a Internet (desde las diferentes formas de jugar a los medios
que empleamos para comunicarnos entre nosotros), de igual manera los medios de
información. Por otro lado, el imparable
crecimiento de la robótica nos vuelve a recordar, una vez más, aquello del Hombre
y la máquina.
El fin de la II Guerra Mundial
trajo consigo un cambio en las sociedades y modos de vida de todo el mundo. El
Holocausto hizo que los países dejasen a un lado sus diferencias y consideraran
la necesidad de un mundo con valores y normas compartidos. El Horror vivido
también contribuyó a la creación de la Declaración de los Derechos Humanos y
con ellos a la constitución de un nuevo orden mundial.
Ahora nos encontramos ante una
nueva etapa de nuestra historia. Cómo salgamos de ella dependerá en gran parte
de qué decisiones se vayan tomando entre los diferentes gobiernos. El virus nos
ha puesto frente a frente con nosotros mismos, esperemos que esto actúe de
manera beneficiosa en quienes dirigen el mundo. Según Albert Einstein “La
crisis es la mayor bendición que puede sucederle a las personas y los países
porque trae progresos”. No sé si se cumplirán estas palabras en la actual
situación, quiero creer que sí.
Todos los países e investigadores
se han unido, ante la alerta sanitaria mundial, para conseguir una vacuna, en
tiempo récord, que está llegando, lentamente, a la población de todo el
planeta. Ahora sería bueno que los
diferentes líderes demostrasen que lo son, dejando a un lado sus intereses (a
todos los niveles), que pusiesen sobre la mesa la Declaración de Derechos
Humanos y se empleasen en la puesta en acción de un nuevo paradigma que sitúe
al ser humano como máxima prioridad. Si esto no es así, probablemente, todos
salgamos perdiendo.
“La realidad virtual no resolverá
las penurias de la tierra, pero podrá conseguir que no se vean ni se sientan.
Por lo tanto, no será necesario protestar ni manifestarse a favor o en contra
de nada. El hambre no habrá de erradicarse, pero conseguiremos no darnos cuenta
de que tenemos el estómago vacío”. (Gustavo Dessal. Psicoanalista)
Rozalen y la Sonora Santanera "Que no, que no"
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