"La bestia humana sabe que tiene que morir, ¿Y sabes que hace?, comprar, comprar, comprar. Porque tiene la absurda esperanza de que, entre esa montaña de cosas inútiles que compra, se encuentre la vida eterna..." (La gata sobre el tejado de zinc caliente)
-Tennessee William-
Las personas tenemos, entre otros anhelos, el afán de trascender, que, en nuestra ausencia, algo nuestro quede. Es una manera, por así decirlo, de perseguir la inmortalidad.
No sé en que momento nos convencieron de que la forma de conseguir esto era, además de procrear, tener cosas que dejarles a nuestra descendencia.
Cuando esto ya no fue suficiente se nos dijo que, además, para ser feliz había que poseer cosas, de tal manera que comenzó una carrera, desenfrenada, en la que para ser algo tenias que tener mucho.
Y nos lo creímos. Comenzamos a trabajar más horas para ganar más dinero para comprar más cosas. Cuando nos quedamos sin tiempo para poder disfrutar de lo que teníamos, nos invadió la angustia, que sólo se diluía si consumíamos. Se trataba de adquirir aquello que nos diese una recompensa rápida, no hay tiempo que perder ni ganas de esperar.
La publicidad se convirtió, junto a los medios de comunicación, en la mejor aliada del sistema que era nuestro guía. Se nos dijo que para ser feliz había que tener una casa, un coche, una familia ideal. Que para ser aceptado socialmente había que cambiar de vestuario cada temporada, usar determinados perfumes, maquillajes, joyas, bebidas alcohólicas, tabaco ....
Llegado el momento de la verdad, vemos que todo es un fraude, una gran mentira, montada con la intención de que unos sean poderosos y otros aspiren a serlo.
Toda la sociedad está instalada sobre unos pilares tan frágiles, sostenidos por esta dependencia consumista que nos hace estar a merced de quienes manejan el sistema. Se nos ha desprovisto de la libertad de elegir, casi todos somos siervos de un mismo señor.
Quizás un día despertemos de este letargo y tomemos consciencia de que ser persona, vivir, ser feliz, trascender...es mucho más sencillo y más complejo, que no hace falta tener algo si no ser alguien, que quien consume es consumido, que quien posee es poseído y comprendamos que la prisa no nos lleva más lejos, que la paciencia y la reflexión son las mejores compañeras de viaje para dejar de ser bestias.
"Surgirá un nuevo orden
y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre,
y cada hombre será
su propio sacerdote".
-Walt Whitman-
y sus hombres serán
los sacerdotes del hombre,
y cada hombre será
su propio sacerdote".
-Walt Whitman-
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