7 ene 2016

"LOS CUENTOS SIRVEN PARA PROGRAMAR SUEÑOS"


Acabo de ver el programa que Cuarto Milenio ha dedicado a los cuentos infantiles, las historias que hay tras ellos y sus diferentes interpretaciones, estoy fascinada.
El mundo de los cuentos tradicionales siempre me ha
atraído, fui
una niña a la que le contaron cuentos y, ya de mayor, me leí a Andersen, Perrault, los hermanos Grimm, Samaniego, Esopo...y Alicia, El principito, La mil y una noches, El Decamerón etc..
Es importante
contar cuentos a los niños, desde casi su primera infancia, creo que, junto con las canciones de cuna, son el primer “alimento”. La imaginación, esa poderosa arma que ayuda a lidiar la vida, se forma de esa manera.
Actualmente los padres van tan atareados que no tienen tiempo para contar o leer cuentos a sus hijos, es más fácil comprarles colecciones enteras de las versiones cinematográficas y conectarlos a la pantalla, las imágenes coloridas y vibrantes cautivaran al niño, pero mermarán su imaginación, no es lo mismo imaginar a partir de una imagen que crear tu propio mundo de fantasía a través de las palabras.

Recuerdo vívidamente una imagen de mi infancia, no había entonces televisores (uno o dos en todo el barrio). Teníamos una vecina, la tía Ginesa, que en las tardes de verano nos reunía a toda la chiquillería a la hora de la merienda y nos contaba una historia que nunca terminaba, cada día se quedaba en lo más interesante, -como si de una Sherezade/abuela se tratase- y todos esperábamos con expectación la tarde siguiente para escucharla.
Una cosa parecida sería impensable hoy día.

Esos niños con móviles de última generación, Tablet y ordenadores, con todos los clásicos Disney, cualquier serie infantil o videojuego al alcance de la mano, niños que no paran de recibir información de todo tipo, ya procesada, niños que conocen miles de conceptos tecnológicos y que todo lo obtienen de inmediato, no tendrían la paciencia y curiosidad de esperar un día entero para escuchar una historia de media hora y sin final.

Los padres deberían tomar como medida preventiva, sacar tiempo para estar con sus hijos, jugar, leer, hablar con ellos, acercarse a su mundo y salir de vez en cuando del mundo de los adultos para encontrarse cada uno con el niño que fue
Creo que es sentar unos pilares sólidos para su educación, leerles cuentos o mejor contarles cuentos, sobre todo a la hora de dormir para ayudarles a entrar con buen pie en el mundo de los sueños.

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