¡OTAN, de entrada, no! Este
eslogan político fue utilizado por el Partido socialista de Felipe González
allá por los años 80’ ante la posibilidad de que nuestro país pasase a formar
parte del tratado liderado por los EEUU. Fueron años de manifestaciones
pacifistas en los que toda la izquierda caminaba a la par y exigía un
referéndum donde esa decisión fuese refrendada por una mayoría. Cuando Felipe
llegó al poder, todo cambió y se empleó a fondo para que España pasase a formar
parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Con el Gobierno de
Aznar nuestro país se integró plenamente en ella.
No es mi intención juzgar aquel
gobierno ni aquellas decisiones, yo era muy joven y antibelicista,
(antibelicista lo sigo siendo) y no me gustaba formar parte de una organización
que sólo servía para la guerra. Se justificaron con que de esa manera se
blindaba la posesión de Ceuta y Melilla, reclamadas entonces por el gobierno de
Marruecos. También se argumentó la necesidad de aumentar la defensa ya que
nuestro ejército estaba desfasado, además de ser heredado de otras épocas poco
democráticas. A mi siempre me ha quedado
la sensación de que con esa decisión nos arrodillamos ante EEUU y pasamos a ser
dependientes de quien gobernase allí.
Todos estos recuerdos me vuelven
a la memoria, ahora que no se habla de otra cosa que de la cumbre de la OTAN
que comenzará mañana día 29 de junio en Madrid. Al parecer debe de ser motivo
de orgullo el haber sido el país elegido para tan importante evento. Imagino
que tal como está el panorama europeo, que se considere a España un país seguro
debería de alegrarnos. Que signifique un símbolo de unión ante la amenaza rusa
puede que también.
Pero a la vez que se celebra este
grandioso mitin de gobernantes europeos a las órdenes del presidente
estadounidense, ahora se llama Biden, pero podría ser cualquier otro, en EEUU,
el país de las libertades, están ocurriendo algunas cosas que ponen a los DDHH
en cuestión.
Después de treinta años el
Tribunal Supremo de los EEUU ha anulado la protección del derecho de las
mujeres a abortar. Se escuda en que la Constitución del país (S. XVIII) no
recoge este derecho. Esta nueva ley se aplicará en cada estado según la
decisión que se tome en el mismo. En algunos puede condenarse, incluso a cadena
perpetua, al médico que provoque un aborto. Este precedente amenaza otras
libertades como el matrimonio homosexual o los anticonceptivos. En ese mismo
país, hace unas semanas, el Tribunal Supremo falló en contra de una ley del
estado de Nueva York que prohíbe llevar armas de fuego, dicho tribunal defendió
que la llamada Segunda Enmienda, defiende el derecho a llevarlas.
Esta mañana hemos conocido la
noticia de que en el estado de Texas han sido hallados 50 migrantes muertos
dentro de un tráiler. En nuestro país, en la valla de Melilla mueren 37
subsaharianos que pretendían cruzar la frontera. Al fondo, la guerra de Ucrania
que ha unido a tanta celebridad.
Hoy es día 28 de junio, día del
Orgullo, no del orgullo de pertenecer a la élite para cuya seguridad se ha
desplegado un efectivo policial y militar sin precedentes, si no del Orgullo de
poder ser diferentes, de saber convivir, de respetar la elección de vida de
cada persona y el derecho al respeto de nuestro propio cuerpo. Pero no puedo
evitar el pensar aquello de “cuando las barbas de tu vecino veas cortar….”
(Artículo publicado en el número 1.252 del periódico Infolínea)
"Master of war", escrita por Bob Dylan, premio Nobel de literatura.
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