11 sept 2020

EN MIS SUEÑOS

                                      

El tema de las redes sociales siempre me ha parecido interesante, frecuento casi todas. Hasta Twenti tuve hace años cuando retomé mis estudios, era la vía que tenía entonces de estar en contacto con mis jóvenes compañeros de curso para intercambiar apuntes o trabajos, aun tardaría en llegar Whatsapp.

Últimamente se me hace cada vez más desagradable echar un vistazo a algunas de ellas. Desde el inicio de la pandemia, sobre todo. En todas se juega a “Buscar al culpable”, que si la Ayuso, que si la Montero, pues anda que la Celaa, y no me digas nada de Lopez Miras, Pedro Sánchez está muy moreno, la culpa es de los jóvenes, la culpa es de los que se saltan la cuarentena, la culpa, la culpa, la culpa……

El virus lo invade todo. Se puede comprobar echando un vistazo a cualquier cadena de televisión, sea la hora que sea. Grandes paneles con fotografías de un coronavirus aumentado sirven de fondo a tertulianos que pontifican sobre lo que está bien y lo que está mal. Números de contagios, por regiones, por países, en el mundo. Discursos de mandatarios. Ruedas de prensa ministeriales.

A veces creo que hemos dejado de ser sujetos para convertirnos en objetos zarandeados por opiniones ajenas sin saber muy bien a qué atenernos, acabando por seguir, nosotros también, buscando culpables. Desahogando así nuestra frustración e impotencia ante una situación sobre la que, en realidad, no tenemos ni idea.

Nos encontramos en un momento muy difícil. Las cosas, lejos de solucionarse, van empeorando y hay un riesgo elevado, por un lado, de desesperanza, de dejar caer los brazos, de decir “que sea los que dios quiera” y por otro de una radicalización sin sentido que se envuelva sólo de la rabia. Por eso considero necesaria cualquier iniciativa ya sea individual o colectiva que sirva para demostrar que aún seguimos vivos y sensatos.

Leí hace poco que un aspecto de nuestra vida que se ha visto muy afectado por la pandemia han sido los sueños, y no refiriéndose a los proyectos, más o menos idealizados, de cada uno (que también); sino los sueños como representación simbólica de nuestros deseos y nuestros miedos. Al parecer mucha gente ha perdido el sueño, duerme mal o ayudada por algún medicamento. Cuando se logra conciliar el sueño este suele estar poblado de desasosiego. El desconcierto diurno se hace mucho más grande cuando llega la noche y nos quedamos a solas.  A esas horas es cuando el ser humano toma la medida de su fragilidad. En las noches las redes sociales siguen activas, quizás por ese afán tan humano de encontrar un espejo en el que mirarse y sentir que no se está tan sólo.

Hoy me he dado cuenta de que mis sueños aun siguen libres de pandemia, en ellos no aparecen mascarillas, se convive sin guardar las distancias, los amigos y familiares están a salvo, se respira tranquilidad, hasta la política se vive en armonía. Yo creo que es la forma que tiene mi subconsciente de decirme que todo eso, ahora, sólo es un sueño.

Y vuestros sueños, ¿Cómo son?

Publicado en: https://www.infolinea.es/infolinea-alhama-publica-su-numero-1-166-en-formato-digital?fbclid=IwAR0IjOKwrm4g2CS_HfFwZ6GszR_g-R5uXUsj6SDJ6Jt6JAWufYfbZvf5Uks


 "Chambao" Los sueños

 

 

 

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