24 mar 2018

GLORIA FUERTES. Igual a todas y a ninguna.



 

"En vista de lo visto me desvisto, me desnudo a mi misma y me mantengo, me encanta este tener lo que no tengo."
Gloria Fuertes nació en Madrid en 1917, en el castizo barrio de Lavapiés, (estos días tristemente famoso por asuntos que nada tienen que ver con la poesía)
 
 
 
Su llegada a la televisión durante los años 70 y 80 en los que tuvo una sección de poema en programas infantiles como "Un globo, dos globos, tres globos" o la "Cometa blanca", supuso que se diese a conocer al gran público y se convirtió en la poeta de los niños. Quienes pertenecen a mi generación la recordarán recitando poemas divertidos, con su apariencia de abuela bonachona.
"En la Cometa Blanca"
(A veces me pregunto: ¿Os imagináis hoy en día un programa, en la televisión pública, dedicado sólo a los niños, donde estuviese presente la poesía?, parece impensable, no lo hay ni siquiera para los adultos.)

Pero antes que se convirtiera en la poeta de los niños, Gloria, tuvo una historia que merece conocerse.
"Nota Biográfica"
 
Su interés por las letras comenzó a la temprana edad de cinco años, cuando ya escribía y dibujaba sus propios cuentos. Y este interés se mantiene aún a pesar del nulo estímulo de su familia, como reflejan estas palabras de la propia escritora[]​: “Cuando mi madre me veía con un libro, me pegaba. Nadie de mi familia me dijo nunca "escribe, hija, escribe, que lo haces bien...". Nadie. No tengo nada que agradecer a mi familia. Pero cuando se quiere una cosa, aunque tu familia no te ayude, se consigue. Si vales de verdad y quieres algo con todas tus ganas, sales adelante seguro.”
(Hay que recordar que eran tiempos en los que la formación de la mujer tenía como única finalidad, las labores relacionadas con el matrimonio, el hogar, los cuidados y la crianza de los hijos)

 Aunque siempre se definió como “autodidacta y poéticamente desescolarizada”, la crítica ha ligado su nombre al movimiento literario “Generación del 50” y al “Postismo”. No le gustaba que la llamasen poetisa, ella reclamaba la palabra poeta y supo llegar al corazón de la gente de una forma especial, su lenguaje cercano hizo que todo el mundo la entendiera “antes de contar las sílabas, los poetas han de contar lo que pasa”

La Guerra Civil supuso un punto de inflexión en su vida y en su obra. Con su fina ironía, habló de temas tan universales como, la muerte, el dolor o la soledad; el antibelicismo y la protesta contra lo absurdo de la civilización están presentes en su poesía.
 
"Un día que tenga tiempo
os contaré la aventura de mi infancia
con el lobo Franco.
Yo era una caperucita roja en zona roja.
El lobo Franco se enteró que en mi cestita
no llevaba solomillo y queso para mi abuelita
y al ver que llevaba libros y poesía,
mandó su jauría
y me detuvo en la Gran Vía.
Los criados del lobo
me metieron en prisión,
me mordisquearon a gusto,
por poco me muero del susto.
En el bosque de cemento
pasé un miedo atroz.
Yo era una caperucita roja
y “el Franco” un lobo feroz."

Reclamó los derechos de las mujeres, empezando por el derecho a leer, a escribir y a trabajar, también cuestionó los modelos tradicionales femeninos, presentando, durante el mismo franquismo, un nuevo modelo de mujer. De joven y ataviada con pantalón y camisa, recorría en moto largas distancias para llevar la literatura a los pueblos.

 
Gloria fue una mujer libre y solitaria, ajena a encasillamientos y etiquetas. Era una mujer distinta: “Me siento sola y una, como una sola Luna, - por ser igual a todas las mujeres y no parecerme a ninguna-, me siento sola y una, en mi vacía cuna.”

"Poeta de guardia"
 
 
Durante el mes de marzo hemos asistido a muchos actos reivindicando la igualdad de Derechos entre hombres y mujeres y, a pesar de que la sociedad actual ha cambiado bastante si la comparamos con la de los años 50, 60 y 70 que fueron durante los que Gloria Fuertes desarrolló gran parte de su obra, Pienso que esta persona es un referente, un ejemplo de lo que puede conseguir una mujer, si así se lo propone. Codo con codo con los hombres. Mas allá del lugar en el que nos coloquen los convencionalismos sociales o los intereses políticos y económicos de turno.

Lo que importa no es el lugar en el que se nos pone, si no en el que nosotras mismas nos ponemos. En nuestras manos y sólo en nuestras manos, está el poder cambiar.






 

No hay comentarios:

Publicar un comentario