Si pones agua en una copa, se convierte en la copa.
Si la pones en una botella, será la botella.
Si echas agua en una tetera, se transforma en la tetera.
El agua puede fluir o golpear.
Se agua, amigo mío."
Li Xiao Long (Bruce Lee).
Estudiar
cuando ya se tiene una edad, o volver a hacerlo, es algo que recomiendo, de
veras, sobre todo a las mujeres.
Con las idas y venidas de la vida diaria, la
rutina del trabajo, la crianza de los hijos y todo lo que conlleva, se contempla
el mundo como a través de un catalejo que alejase las cosas en vez de
acercarlas. Se leen los periódicos, se leen libros, ves como aparecen nuevas teorías,
nuevos conceptos que te suenan de algo, pero todo allá, a lo lejos.
Iniciar
o retomar los estudios hace que ese catalejo se gire y que lo que veías
alejado, lo que sabías de oídas, se acerque, y comprendas ese lenguaje olvidado.
Las
ventanas que abres cada día, ahora, son las del conocimiento.
Fue una tarde-noche de
invierno, en un aula universitaria, durante la clase magistral de un buen
profesor, cuando escuché por primera vez la teoría de la “Sociedad líquida” de
Zigmunt Bauman. Entender ese concepto y todo lo que abarcaba, cambió mi forma
de ver la actual sociedad, ponerle un adjetivo (líquida) me ayudó a comprender
de manera instantánea y visual esa inconsistencia tan frágil en la que se
estaban transformando los pilares sólidos sobre lo que estaba edificado todo lo
anterior; lo liquido cambia de forma constantemente, según
el “envase”, por ello la incertidumbre y la precariedad son las marcas de
identidad del actual momento histórico “Lo único cierto es la incertidumbre”
decía en su discurso cuando recibió el premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades.
La sociedad de
consumo, la sociedad líquida. “La cultura de la modernidad liquida, ya no
tiene un populacho a quien instruir y ennoblecer, si no clientes que seducir.”
Los nuevos hábitos del
usar y tirar, aplicado tanto a productos como a personas. Olvidar o despreciar
nuestra historia. Vivir y entender la vida de manera individual, olvidando lo
social y colectivo. Acomodarnos a que piensen por nosotros. Todo esto hace que,
cada vez más, nuestra forma de vida no tenga solidez. “La cultura liquida moderna ya
no siente que es una cultura de aprendizaje y acumulación, como las culturas registradas
en los informes de historiadores y etnógrafos. A cambio, se nos aparece como
una cultura del desapego, de la discontinuidad y del olvido”
Como transformar la
sociedad es muy trabajoso, requiere demasiado esfuerzo, se nos ha mostrado el camino
de la adaptación. Nos han convencido de que el sistema Capitalista es un
recipiente férreo e indestructible, por ello se ha intentado, por todos los
medios, elaborar un contenido líquido que se adapte a su forma: “Be wáter my
friend”.
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