Por
ignorancia, por torpeza o simplemente por desinterés, se han emitido y se emiten, en espacios y horarios televisivos dedicados a los
niños, series de dibujos animados o de cualquier tipo, con mensajes nada adecuados para el público infantil. En la actualidad, de forma masiva y sin control, antes de manera selectiva pero sin criterio.
En relación a esto, una de las
series de dibujos que recuerdo con frecuencia, viéndola ahora desde un prisma
diferente a aquel a través del cual miraba entonces, es “the Crazy Cat” o como la
tradujeron al castellano “La Gata Loca”.
Eran los años 60’ cuando este personaje se llevó a televisión, aunque las tiras cómicas del dibujo existían desde muchos años atrás, habiéndose publicado en periódicos estadounidenses entre 1913 y 1944, la primera vez fue en el “New York Evening Journal”, en el que se mantuvo durante más de 20 años a pesar de que no gozaba de mucha aceptación. En España se emitió en los 80’ dentro del programa “La Bola de Cristal”.
Las historias que cuentan estos dibujos animados, tienen dos protagonistas principales, una robusta gata, enamorada perdidamente de un enclenque ratón que huía de su amoroso acoso. Ignacio, que así se llama el objeto de sus amores, para “quitársela de encima”, le lanzaba ladrillos a la cabeza, cuando estos impactaban contra ella, la gata, caía al suelo, abatida y rendida. En vez de ver estrellas veía corazones y decía “¡oh, ¿no es el un encanto?!, tras cada uno de estos desencuentros, el amor de la gata hacia el ratón iba en aumento.
Había un tercer personaje,
secundario, un perro policía que amaba, en secreto, a la gata y aprovechaba
cada error del ratón para enviarlo a la cárcel; muchas veces el ratón
delinquía, a posta, para ser encerrado y huir así de los amores obsesivos de la
gata loca.
No hace mucho leí que el autor
de estos personajes, George Harriman, no dio al personaje gatuno una
orientación sexual definida “Crazy Cat” también puede ser Gato Loco, esto le propició no pocos quebraderos de cabeza, el público creía entrever una cierta orientación
homosexual en los diferentes personajes y las relaciones entre ellos. Tampoco gustaba
mucho el “amor” entre personajes de distinta especie.
Durante esta semana en la que,
en distintos foros, se viene hablando de violencia de género y de niños, me
rondan estos dibujos, supuestamente infantiles, el mensaje que nos llegó a
través de ellos y el que también tenían, pero nos ocultaron.
No quiero hacer una crítica,
ni una valoración. No quiero sacar conclusiones. Sólo comparto un recuerdo que
dejo abierto a vuestra interpretación.
"No seáis duros con Krazy. No
es más que una sombra, atrapada en la telaraña de esta madeja mortal. Le
llamamos Krazy (loco o loca) Kat (gato o gata), pero no es ninguna de las dos
cosas. En alguna ocasión llegará hasta vosotros, gentes del crepúsculo, y su
contraseña será el eco de una campana que tañe a vísperas, y su vehículo un
soplo de céfiro del Oeste. Perdonadle, porque no le comprenderéis mejor que
nosotros, que nos demoramos a este lado de la valla. Krazy es como un espíritu,
como un elfo, que no tiene sexo. De modo que no puede ser femenino ni
masculino. Es un espíritu -un duende- capaz de deslizarse en el interior de
todo."