9 feb 2021

CANDELAS Y MARMOTAS

                                         

El domingo, día 31 de enero, ha hecho un año desde que se dio el primer caso de COVID en territorio español, fue un turista alemán que estaba de vacaciones en la isla de La Gomera. Cuando nos enteramos de esta noticia casi nadie le prestó atención y poco nos imaginábamos lo que vendría después.

Escribo en la mañana del día dos de febrero, día de La Candelaria, a lo lejos escucho cohetes que, otros años, significarían el comienzo de la Romería. Estamos en la mitad del invierno y, según la tradición, lo peor de esta etapa ya ha pasado.

La Candelaria, como casi todas las fiestas cristianas, es de origen pagano; esta en concreto tiene que ver con la leyenda griega de la diosa Perséfone que, raptada por Hades, dios del Inframundo, sólo volvía a la tierra de los vivos durante la primavera y el verano. En conmemoración suya se creó la fiesta de las luces (calendas), donde las mujeres recreaban, a principios de febrero, la búsqueda de la diosa para que terminara la etapa invernal. Es una festividad eminentemente femenina.

En EE. UU. se celebra El Día de la Marmota. El dos de febrero hacen salir a una marmota de su madriguera, al amanecer; si se puede ver la sombra del animal porque es un día soleado, significará que el invierno será largo, si esto no es así querrá decir que las temperaturas primaverales están cerca. Posiblemente lo del Día de la Marmota nos sea más familiar gracias a la película que en España se llamó “Atrapado en el tiempo” en la que el protagonista se ve obligado a revivir una y otra vez el día en cuestión.

2021 ya empieza a parecer nuestro “Año de la Marmota”, algunos eventos serán “aplazados” por segundo año consecutivo, mientras en nuestra vida diaria todos los días empiezan a parecerse entre sí.

Para salir de la rutina, decidí ver el pleno del ayuntamiento del mes de enero, algo que no hacía desde hace mucho tiempo. Me pareció excesivamente largo y farragoso, pero al estar en video pude ir adelantando las partes que no eran de mi interés. No voy a hacer ningún comentario político del mismo. Sí he de reconocer mi profunda tristeza al ver que, a pesar de que las imágenes de todos los que componían el pleno aparecían pegadas entre sí, la crispación y la falta de cohesión era lo que más resaltaba, “tan cerca pero tan lejos”. Hubo algunos momentos en los que el odio y la violencia verbal traspasaban la pantalla.

Me gustaría saber por qué nos cuesta tanto a todos, en este caso a los políticos, dejar de repetir errores que no nos llevan a ningún lado. Buscando culpables, intentando sacar rédito de las equivocaciones del contrario. Destruir en vez de construir. Hacer con los deméritos ajenos los méritos propios.

Cuando acabó el vídeo, imaginé lo bueno que sería si, al igual que hacían nuestras antepasadas griegas, saliésemos con candelas de sabiduría y tolerancia en las manos, en busca un “buen tiempo” que permita dejar atrás el Invierno ideológico en el que estamos y salir del bucle que no somos capaces de romper.

 

   (articulo publicado en el numero 1.186 del periódico Infolínea) 

 

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