28 jul 2019

LAS LARGAS VACACIONES DEL 19`



"Impresión, sol naciente" cuadro de Monet gracias al cual
se puso nombre al movimiento impresionista


"Se equivocó la paloma.
Se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo,
que la noche la mañana.
Se equivocaba...."

                          Rafael Alberti.
 
 
 
 
 
En los últimos días, siento un enfado que no se muy bien como delimitarlo ni hacia quien enfocarlo.
Hoy he leído dos noticias de gente también enfadada, que han echo que mi enfado se apacigüe. Por un lado, Willy Toledo que si tiene claro, excesivamente diría yo, hacia quienes dirigirlo. Por otro lado, una entrevista realizada a Anguita, unos días antes de la segunda ronda de votaciones en el congreso, Anguita hablaba de la necesidad de tomar distancia para ver el problema en su dimensión real, y entre otras muchas cosas interesantes dice "En la izquierda no se están dando cuenta del momento en el que estamos" y "Hay una especie de carrera para demostrar quien es más de izquierdas". Aquí os dejo el enlace por si queréis echarle un ojo
En esta entrevista se habla del movimiento artístico impresionista. Cualquier obra de este estilo solo puede apreciarse bien, desde la distancia, así, conforme te vas alejando, donde antes solo había manchas indefinidas, poco a poco aparecen las personas, las flores, el agua, la vida.
Desde hace unos meses, en España, parece que vivimos dentro de un cuadro impresionista. Todo se ve difuso, sin límites y con grandes manchurrones de todos los colores. No se sabe muy bien donde acaba el azul y comienza el naranja, ambos se mezclan con el verde. El rojo y el morado nunca han tenido buena combinación a pesar de tener el mismo color primario, color que el rojo comparte con el naranja, en fin, un barullo de dimensiones considerables. Nadie se aparta de este sindiós, cada uno va a ver quien comete la torpeza mayor, deslumbrados por tanto colorín.
Estamos a punto de comenzar agosto, el mes más vacacional del año. Quienes tienen la fortuna de tener trabajo esperan estos días con ansiedad, pero creo que este año hay más ansiedad de lo normal. El país se va de vacaciones sin tener gobierno, y si no hay una mínima estabilidad los días de asueto no son lo mismo. La gente normal y corriente, esa que se levanta cada día para buscarse la vida, quiere que los políticos que ha elegido se la faciliten un poco.

-Sus señorías los señores diputados electos se van también de vacaciones, pagadas, aunque se dejen el trabajo por hacer, dicen que a ver si en septiembre lo cogen con más brío.-
Yo sólo espero que aprovechen esos días de solaz que les pagamos entre todos, para ver si desde la distancia reconocen, se reconocen, distinguen los colores, del lugar en que los ciudadanos les hemos puesto. Me da igual si lo hacen desde un avión, desde un chalé o desde una tienda de campaña en un campo de refugiados (que no estaría mal), pero que reaccionen y asuman la responsabilidad que tienen en un momento tan complicado como el actual.
Entretanto veremos si nos podemos quitar de la cabeza imágenes tan tristes como la del líder que nos cautivó resurgiendo de las cenizas en que lo había convertido su propio partido, ahora mendigando los favores de la triada o la de aquel otro que un 15 M nos hizo creer que si se podía, mendigando ministerios. La altura política está cayendo en picado y el debate, está desapareciendo hasta de la barra de los bares, que ya es decir.
Dice Mujica (el uruguayo): "El poder no cambia a las personas, sólo revela quienes, verdaderamente, son"

Se nos va a hacer largo de aquí a septiembre.

¡Ay, democracia! Javier krahe
 

 

20 jul 2019

LA LIBERTAD DE LEER

  










Leer es una de las cosas que me ayuda a hacer más llevaderos los veranos, los otoños, los inviernos y las primaveras. Pero sobre todo los veranos, cada año que pasa, julio y agosto se me hacen eternos, los libros me acompañan y me aligeran el calor y el insomnio.
Aprendí a leer, según me han contado, con tres años, y hasta donde mi memoria alcanza, me recuerdo con un libro en las manos. Desde los primeros cuentos y tebeos a las novelas de amor o las fotonovelas (aquel formato que mezclaba texto y fotos, que triunfó entre el publico femenino en los años sesenta y setenta).
De adolescente leía todo lo que caía en mis manos, sin orden ni concierto, sin criterio alguno. Jane Eyre, Cumbres borrascosas, Diez negritos, Chacal, La Pequeña Dorrit y Crimen y Castigo se entremezclaban con Los cipreses creen en Dios o La vida sale al encuentro. El Diario de Ana Frank con Dar, el Diario de Ana María o Edad prohibida. Libro que empezaba, libro que terminaba. En los tiempos de instituto, cada semana, saqueaba la biblioteca, allí leí todas las obras de teatro que había y todos los cuentos clásicos, Perrault, los hermanos Grimm, Andersen. Mención merecen los cuentos de Calleja, un libro que mi abuelo tenía como una joya. Quien sabe dónde habrá ido a parar.

En Internet he encontrado esta foto de uno de los libros de Calleja, es igual a la
edición que tenía mi abuelo

Un punto y aparte significó Cien años de soledad (libro releído varias veces a día de hoy), en mi recuerdo va ligado al comienzo de mi toma de conciencia social y el posicionarme en un determinado lugar del tablero de juego, mis lecturas se volvieron más comprometidas y muchas, en aquellos años, prohibidas. 1984, La Regenta, Un Mundo Feliz, Rebelión en la Granja, Poema Pedagógico, las memorias de Daniel Cohn- Bendit, La Colmena, Lolita, Nana, La tía Julia y el escribidor, El Libro Rojo del cole, los poemas de Miguel Hernández, García Lorca, Machado, Blas de Otero, Neruda etc..


Esta es la última edición que he leído de Cien Años de Soledad, con ilustraciones que son una belleza.
En esta época sentía el deber de leer a unos determinados escritores y si aparecía un libro digamos frívolo, sencillamente no lo leía. Fue una época marcada por la ideología, aunque también por esos años me leí la obra completa de Julio Verne.
Poco a poco, como en la vida, he ido relativizando y dejando aparte cualquier exigencia. Escojo mis lecturas en función de que me gusten o no, si un libro no logra engancharme después de las diez primeras páginas, lo dejo sin más. Son muchos los libros por leer en lo que me quede de vida y no puedo desperdiciar el tiempo con ninguno que no me diga nada. Mis elecciones son ahora mucho mas eclécticas y van más en función del placer y del saber, independientemente de quien las haya escrito o del tema tratado.
"El escondite perfecto" fotograma de la película La elegancia del erizo, basada en la novela del mismo nombre

Estoy volviendo de alguna manera a la forma de leer de mi adolescencia, pero sin concederle nada de mi tiempo a aquello que no me divierte o no me enseña.
Este año, por ejemplo, he leído desde best-sellers como Reina roja o la Trilogía de la Ciudad Blanca, hasta La Caja Negra, Maldad Líquida, El misterio del cuerpo hablante, Los Asquerosos, Instrumental, El malestar en la Cultura, El Dolor de los Demás, Secretos o Balada a mis padres, entre otros. Ahora he comenzado a leer Alicia en el país de las Maravillas, una asignatura que tenía pendiente.
Volar. El Kanka y Rozalén
Quitarse de encima prejuicios y servidumbres es muy sano incluso para la lectura, saber decir no y cambiar de libro, también. Aprender a ser cada día un poco más libre es una tarea que lleva su tiempo.


14 jul 2019

PENSAMIENTOS PARA ROSALÍA, 15 de JULIO

Según sus biógrafos, los pensamientos
eran las flores preferidas de Rosalía de Castro,
quizás, sin saberlo, se identificaba
con esas flores pequeñas y frágiles
capaces de resistir el azote del tiempo

"Dicen que no hablan las plantas, ni las fuentes, ni los pájaros,
Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo los astros,
Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso,
De mí murmuran y exclaman:
—Ahí va la loca soñando
Con la eterna primavera de la vida y de los campos,
Y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos,
Y ve temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado

Hay canas en mi cabeza, hay en los prados escarcha,
Mas yo prosigo soñando, pobre, incurable sonámbula,
Con la eterna primavera de la vida que se apaga
Y la perenne frescura de los campos y las almas,
Aunque los unos se agostan y aunque las otras se abrasan.
Astros y fuentes y flores, no murmuréis de mis sueños,
Sin ellos, ¿como admiraros ni cómo vivir sin ellos?"
 
("dicen que no hablan las plantas"









Conocí la obra de esta escritora, superficialmente en el instituto y, mas profundamente a través de Amancio Prada. La melancolía y tristeza de sus letras casaban muy bien con la dulce voz del cantor gallego.

"A xusticia pola man" uno de los poemas mas estremecedores de Rosalía de Castro.


Esa melancolía tiene posiblemente, su origen en los primeros años de su infancia. Nació un 24 de febrero de 1837, fruto de la relación entre una mujer soltera y un sacerdote, lo que en aquella época significaba el estigma de por vida.
La madre, a pesar de pertenecer a una familia pudiente, no se hizo cargo de la niña, el padre, como era natural, tampoco, por esto fue inscrita en su partida de nacimiento como "hija de padres incógnitos", aunque no llegó a pasar por la inclusa gracias  que unas tias paternas se ocuparon de ella.
A la edad de diez años fue reclamada por su madre con la intención de que obtuviese una mínima formación que se limitó al aprendizaje del francés, pintura, música y teatro disciplinas habituales entre las señoritas de clase media. La relación con su madre fue muy intensa hasta la muerte de ella.
Cierto sentimiento de vergüenza y de desamparo acompañó a Rosalía a lo largo de su vida.

"La risa y el sarcasmo por doquiera
que fuera yo mi corazón palpaba,
y doquiera también que me escondiera,
¡Ay! la risa sardónica encontraba" (Fragmentos)
 “Infelices expósitos, infelices los que, abandonados a la caridad pública, desde el momento en que vienen a la vida, vagan después por la tierra, sin abrigo y sin nombre. Pobres desheredados de las caricias maternales y de todo cuanto puede dar felicidad al hombre en este valle de dolor, infelices, de ellos es el pan de las lágrimas y de ellos la soledad y el abandono” (La hija del mar).

Se nos muestra, además, como una mujer depresiva y taciturna, en un estado de continua aflicción. Acuciada siempre por el miedo a la felicidad, pensaba que cualquier momento de alegría tendría, posteriormente, fatales consecuencias. Por ello, a pesar de ser una persona combativa y de sólidas ideas, algo le impedía ser feliz.
"Negra sombra"

Cuando comenzó a escribir novelas, dio las siguientes razones "Lo hago porque, todavía, no se les está permitido a las mujeres escribir sobre lo que saben y sobre lo que sienten", incidiendo en el Saber, algo no bien visto en las mujeres de la época a quienes se conminaba solamente a expresar sus emociones y sentimientos.

Muy Joven se casó con Manuel Murguia con quien tuvo siete hijos, este intelectual gallego siempre la animó a escribir ya que supo reconocer su valía, pero eso sí, debía de hacerlo con discreción, sin alardear y si descuidar su tarea principal que era la del hogar y el cuidado de los hijos.

Así se expresaba Manuel en uno de sus escritos refiriéndose a las mujeres: “por más que la comparación sea vulgar, siempre se dirá de la mujer que, como la violeta, cuanto más escondida vive tanto mejor es el perfume que exhala. La mujer debe ser sin hechos y sin biografía, pues siempre hay en ella algo que no debe tocarse, limitada su acción al circulo de la vida doméstica, todo lo santifica desde que entra en su hogar, tiene en la tierra una misión de los cielos y su felicidad debe consistir en llevarla sin vanagloria y sin remordimientos”

Poco antes de morir, Rosalía ordenó a sus hijas que quemasen su obra no publicada, por otra parte, su esposo hizo lo mismo con la abundante comunicación epistolar que mantuvo con su esposa. Estas dos acciones nos han privado de conocer una mayor dimensión personal de la escritora.

“Estando lejos de ti vuelvo a recobrar fácilmente la aspereza de mi carácter que tú templas admirablemente, y eso que, a veces, me haces rabiar, como sucede cuando te da por estar fuera de casa desde que amanece hasta que te vas a la cama, lo mismo que si en tu casa te mortificasen con cilicios.” (párrafo de una de las pocas cartas de Rosalía a Manuel, que se han conservado)

El esposo justificó su acción diciendo que: “La vida de una mujer, por muy ilustre que sea, es siempre sencilla. La de Rosalía. Como la de cuantas se hallan en su caso, se limita a dos fechas, la de su nacimiento y la de su muerte, lo demás sólo importa a los suyos”


Murió Rosalía el 15 de julio de 1885 en Padrón. González Besada narra así sus últimos momentos:

"(...) recibió con fervor los Santos Sacramentos, recitando en voz baja sus predilectas oraciones. Encargó a sus hijos quemasen los trabajos literarios que, reunidos y ordenados por ella misma, dejaba sin publicar, dispuso se la enterrara en el cementerio de Adina, y pidiendo un ramo de pensamientos la flor de su predilección, no bien se lo acercó a los labios sufrió un ahogo que fue el comienzo de su agonía. Delirante, y nublada la vista, dijo a su hija Alejandra: «Abre esa ventana, que quiero ver el mar»"
Tuvieron que llegar los escritores de la Generación del 98, sobre todo Azorín y Unamuno, para que se le diese a Rosalía de Castro el lugar que merecía, tanto en el mundo de las letras gallegas como a nivel nacional. En la actualidad es la figura más representativa de la literatura en gallego y una de las más principales de las letras españolas. Su obra muestra como ninguna otra, el dolor, la tristeza y la marginación de una mujer excepcional para su época.