15 dic 2018

CELEBRACIÓN DE LA VIDA (Crónica de un reencuentro)




Instituto Nacional de Bachillerato Mixto (1975), actual "Valle de Leyva"

El pasado domingo 25 de noviembre nos reunimos en nuestro pueblo, después de cuarenta años, la primera promoción de bachiller del que fuera Instituto Nacional de Bachillerato Mixto  (El que hoy conocemos como Valle de Leyva), hasta entonces había sido Sección Delegada de Instituto Ibáñez Martin de Lorca.
Ginesa Sevilla, antigua alumna, fue la que hace unos meses comenzó a mover los hilos para que esto fuese posible, primero con la creación de un grupo de Whatsapp al que nos fuimos agregando uno tras otro y más tarde, ante la sugerencia de varios miembros del grupo de la posibilidad de volvernos a ver, se buscó las mañas para conseguir que casi todos estuviésemos presentes en este reencuentro. Hay que tener en cuenta que sólo una parte éramos de Alhama, otros llegaron desde Molina, Librilla, Cartagena, Mazarrón,  Fuente Álamo, Los Cánovas, Las Palas, Balsapintada, La Costera, Baza, Denia, Alcantarilla...

Quedamos a las 12 en el aparcamiento del recinto ferial. Desde la noche antes los nervios iban quedándose reflejados en los mensajes del chat y en nuestros pensamientos: ¿nos reconoceremos? ¿me verán diferente? ¿habremos cambiado mucho?, las ganas de vernos se sumaban a un cierto temor que desapareció nada más encontrarnos, la alegría y la emoción se llevaron por delante cualquier duda. Después de presentarnos y reconocernos comenzamos la jornada con un paseo por Alhama y una visita al Museo Arqueológico donde José Baños, compañero de estudios y actual cronista oficial de la villa de Alhama, nos obsequió con una interesante charla sobre el mismo. Creo que no se habría podido elegir un lugar mejor para visitar en ese día; mientras Pepe nos hablaba del Cerro de la Paleras, de los baños árabes, y nos mostraba las delicadas piezas de cerámica extraídas de diferentes excavaciones, no pude sino pensar que todos y cada uno de nosotros estábamos experimentando un proceso parecido en el que aplicando el suave pincel de la memoria íbamos dejando al descubierto los hermosos recuerdos de nuestra etapa estudiantil.

A continuación, volvimos a nuestro instituto, cuyo director Roberto García Calera tuvo el detalle de abrirnos, a pesar de ser domingo. Hasta allí se acercó para saludarnos el delegado de gobierno Don Diego Conesa quien se encontró en el grupo con varios paisanos suyos. Estas muestras de consideración hacia todos nosotros nos sorprendieron y alegraron aún más el día.


Tras las fotos de familia en las escaleras de la entrada, pasamos dentro del edificio para ver las fotos que, con motivo de la celebración del 50 aniversario del centro, hay expuestas en las paredes del hall y los pasillos. Y, de pronto, pareció que no había pasado el tiempo, las mismas puertas, las escaleras de acceso al piso superior estaban exactamente iguales, el salón de actos, la sala de profesores…ya no está la capilla, ni la cantina donde Enrique y Catalina nos preparaban los mejores bocadillos de sobrasada, de boquerones o de tortilla de patatas y donde compramos los primeros cigarrillos, que se vendían sueltos.

Todos coincidimos en que nuestra generación ha sido una generación excepcional, vivimos la Transición política (justo ese año moría el dictador), paralelamente a la nuestra propia en la que estábamos dejando atrás la infancia y el hogar para comenzar a ser hombres y mujeres que salíamos al mundo. Fueron años de compromiso, de huelgas, de aprendizaje en el instituto y en la vida. Nos educábamos en una España que estaba cambiando a la vez que nosotros.
Rosa León "Al Alba" de Aute

Las conversaciones en este lugar giraron en torno a los profesores que veíamos en las fotos y que, unos con más acierto y otros con menos, ayudaron a formar a las personas en las que nos hemos convertido. El actual director “soportó” estoicamente y con una sonrisa, los numerosos comentarios y recuerdos que compartíamos, uno de los cuales quiero mencionar, lo hizo un compañero de Fuente Álamo que dijo: “Don José Calero estaba seguro de que a partir de entonces todo iba a ser mejor gracias a la Cultura y a la Literatura, y con ese convencimiento nos educaba en sus clases que eran diferentes a todas las demás”. Recordamos las actividades culturales que se realizaron como el Homenaje a Machado y las que no pudieron hacerse como la dedicada a la Semana Trágica de Barcelona; todo empezaba a cambiar, pero no tanto.

De aquí nos dirigimos al restaurante donde entre plato y plato, entre copa y copa, seguiríamos poniéndonos al corriente a la vez que recordando lo vivido. En un momento dado una de las compañeras presentes brindaba más o menos con estas palabras: “Brindo porque nuestros compañeros vean un poco lo que somos ahora y un poco lo que fuimos, que todavía seamos capaces de seguir viendo la esencia que permanece en nosotros”  Esa esencia es la que nos llevó a reunirnos después de cuarenta años para comprobar que una parte nuestra sigue perteneciendo a aquel adolescente del 75; comprometidos con la vida, erguidos después de habernos caído muchas veces, pero sin haber perdido la capacidad de ilusionarnos, de reír, de ser felices, de celebrar la vida.

 Frank Sinatra "My Way"

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