Mientras su esposo, Odiseo,
estaba en la Guerra de Troya, Penélope es pretendida por varios hombres. Para
mantener su castidad ante la ausencia de su marido, les dice a los
pretendientes que aceptará la desaparición de Odiseo, con la consecuente
promesa de un nuevo enlace, cuando termine de tejer un sudario, para cuando
falleciese el ex rey Laertes, en el que estaba trabajando.
Con la intención de
tardar el mayor tiempo en esta tarea, procura deshacer por la noche lo que
tejió durante el día, de esta forma pudo contener a los pretendientes durante
los veinte años que duró la espera.
Tejer, coser, bordar, son
tareas, para mí, que están en el lado mas femenino, independientemente de quien
las ejerza. Trabajos en los que la paciencia, la minuciosidad, la delicadeza y
el amor se entrelazan con los hilos, las lanas y telas.
Cuando alguien comienza a
confeccionar una colcha, un jersey o cualquier otra labor tejida a mano, sabe
que ir deprisa, para acabar pronto, no es conveniente, y que los errores que no
se subsanan en el momento, con el avance de la tarea se harán más visibles. Es
frecuente, en estos casos, tener que desbaratar, volver atrás para rectificar
los puntos equivocados o sujetar los que se hayan soltado.
Tejer te permite hacer varias cosas a la vez, como escuchar música e incluso ver una película cuando ya le has
cogido el tranquillo. Ayuda a conseguir la serenidad pero, sobre todo, ayuda a pensar, a recordar, a
poner un poco en orden el pequeño caos particular. Quien sea aficionada a hacer
punto, conocerá, de primera mano, este componente sanador que tiene.
Por desgracia, la ajetreada
vida actual, no casa demasiado bien con estas ocupaciones que se han ido, con
el tiempo, desproveyendo de su componente mas humano. En esta sociedad de la
prisa y fabricaciones en serie, en la que todo lo queremos rápido y sin fallos,
casi no tiene cabida las prendas elaboradas a mano, que nunca son perfectas,
pero si son únicas.
El tejido artesanal ha pasado
a ser una “rara avis” rescatada en los últimos tiempos por algunas personas concienciadas
en retomar una forma de vida menos enferma.
Tejer solidaridad
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