"La persistencia de la memoria" Salvador Dalí |
El anterior cuarto de siglo, desde
1975 al 2000, los años pasaban cargados de sucesos, como si la historia se
estuviera despertando a la vez que nuestras propias historias individuales se
entremezclaban con lo que ocurría en España. La querida España que cantaba
Cecilia en 1975 “de las alas quietas, de
las vendas negras sobre carne abierta” daba paso a esa otra que compuso Víctor Manuel en 1984, la España, “camisa blanca de mi
esperanza, aquí me tienes, nadie me manda. Quererte tanto me cuesta nada”. Eran
años llenos de ilusión por la certeza de lo bueno que se estaba construyendo y
lo que vendría. ¡El año 2000 quedaba tan lejos! todo cuanto imaginaba relacionado
con él ocurría en sociedades y mundos fantásticos poblados de personas y maquinas
asombrosas.
Y llegó el nuevo milenio con el
Año del Dragón según el horóscopo chino. Los desastres anunciados por los
catastrofistas, como consecuencia del llamado “efecto dos mil” quedaron en agua
de borrajas. Eso sí, el euro entró a formar parte de nuestras vidas y la
querida peseta desapareció. La inmigración produjo uno de los cambios más
notables en nuestra sociedad y se pasó a utilizar la palabra multicultural para
definirla. En febrero del 2000 entro en vigor la nueva Ley de extranjería.
El mundo se trastocó el 11 de
septiembre de 2001. El ataque a las torres gemelas en la ciudad de Nueva York, corazón
financiero de EEUU, fue una imagen que todos pudimos ver sin creer en lo que
estaba pasando. A partir de entonces, me da la impresión, de que todos pasamos
a ser un poco menos libres. En 2004, la estación de Atocha sería el lugar
elegido por los terroristas.
Con el nacimiento de la red
social Facebook en 2009, comenzó una diferente forma de comunicación
globalizada que aumentaría de forma descontrolada hasta hoy con la suma de
otras como Twitter o Instagram.
Aquellas ideas que nos
ilusionaron en los años 70’ y 80’ volvieron a asomarse el 15M en 2011. “Los
Indignados” como así se les llamó, zarandearon la adormecida deriva política
marcada por el bipartidismo. O eso parecía entonces. Porque como decía Lampedusa
en su obra “El gatopardo”: - si queremos que todo siga igual, es necesario que
todo cambie-
La pandemia producida por el
Covid en 2020 ha modificado nuestra vida cotidiana. Los cambios, adoptados ya
de forma aparentemente natural, aunque su digestión aun nos provoca algún que
otro malestar que no sabemos muy bien donde ubicar.
Ante el desencanto que se respira
de forma inevitable, recordaré las sabias palabras de Don Antonio Machado que
también hablan de España: “hay un español que quiere vivir y a vivir empieza,
entre una España que muere y una España que bosteza”. Este mes de enero empieza
el último año del primer cuarto de siglo del S XXI. Pensarlo me produce
vértigo. 2025 ¡allá vamos!
"Andar" Cecilia