Últimamente pienso bastante en
cómo se crean las corrientes de opinión o en cómo, de pronto, aparecen
personajes que se convierten en ídolos de masas. Puede ser en el sector social,
cultural o cualquier otro ámbito.
Recuerdo la época que en
televisión triunfaba Benny Hill y sus chascarrillos aparecían en las
conversaciones de la vida cotidiana. Nunca entendí ese humor que me parecía
chabacano y de mal gusto, pero cuando manifestaba mi opinión solía encontrarme
con caras de asombro.
Algo así me ocurría con Chiquito
de la Calzada, en este caso a un nivel mucho mayor. La admiración manifestada
por la gran mayoría del mundo de la cultura respecto a este humorista siempre
provocó mi perplejidad. Su muerte supuso un gran duelo en este sector. Es tanta
mi falta de comprensión de este tipo de humor que muchas veces he pensado si todos esos que admiten
admirarle a niveles estratosféricos dicen la verdad o simplemente se dejan
llevar por lo que se considera adecuado.
Lo mismo me pasa con fenómenos
mediáticos musicales como puede ser la cantante Rosalía, no encuentro por dónde
coger ese tipo de música y de letras. La obra de esta artista es premiada a
nivel mundial y agasajada por eminentes figuras de la música, ante esta
desmesura me siento como si viviese en un universo paralelo.
Podría seguir poniendo ejemplos
parecidos, pero creo que con estos tres basta. Con el tiempo he ido aprendiendo
que, a veces, es mejor guardarte la opinión respecto algunas cosas antes de
entrar en debates que no llevan a ninguna parte, aunque si considero necesario
seguir teniendo una opinión critica y propia .
Por eso, durante un tiempo,
emplearé esta sección para opinar sobre cosas que posiblemente importen a muy
poca gente, pero será mi manera de salirme de todo el guirigay que nos espera
los próximos meses.
Estoy escribiendo este artículo
el 21 de marzo “Día de la poesía”,
mientras escribo escucho el runrún televisivo del debate sobre una delirante
moción de censura al gobierno y me parece de lo más prosaico para un día como
este. Los medios informativos y las redes sociales que otros años se llenaban
de poemas, hoy están saturados de palabras que sólo sirven a quienes las dicen.
Ayer comenzó la primavera, mi
estación favorita del año. Comparto con vosotros las palabras de Rosalía de
Castro (a esta Rosalía si la entiendo y sus palabras si me conmueven).
“Dicen que no hablan las plantas,
ni las fuentes, ni los pájaros, ni el onda con sus rumores, ni con su brillo
los astros. Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre cuando yo paso, de mí
murmuran y exclaman: Ahí va la loca soñando con la eterna primavera de la vida
y de los campos, y ya bien pronto, bien pronto, tendrá los cabellos canos y ve
temblando, aterida, que cubre la escarcha el prado…..” (Dicen que no hablan las
plantas).