24 oct 2022

EL VERSO Y EL METAVERSO

 

He de reconocer que, desde mi total ignorancia sobre el tema, la primera ver que escuché la palabra Metaverso (creo que fue en el anuncio de una conferencia o algo parecido) pensé que se trataba de poesía, de poemas que iban más allá del verso. Recuerdo que pensé, mira no todo está perdido, la poesía está resurgiendo de una manera distinta. Mantuve esa creencia particular durante un tiempo, luego iba leyendo noticias y escritos que no encajaban con mi ilusa interpretación de la palabra.

Resulta que Metaverso no tiene nada que ver con los versos de la lírica. El concepto tiene más que ver con el Universo, es decir algo que va más allá de lo que conocemos. Al parecer el termino apareció por primera vez en la novela de ciencia ficción “Snow Crash” del autor Neal Stephenson relacionado con el movimiento Cyberpunk, movimiento que en cierto modo fue un visionario en relación a lo que está ocurriendo. “¿Es un virus, una droga o una religión? ¿y qué diferencia hay?” (Snow Crash)

Un mundo digital paralelo al nuestro pero sin las limitaciones de este. A este mundo se accede mediante unas gafas de realidad virtual mediante las cuales puedes vivir otra vida mientras no te mueves del salón de tu casa. Recuerdo que hace años apareció un videojuego llamado “Second Life” que trataba más o menos sobre esto.

Aunque no pretendo ser una negacionista respecto a las nuevas tecnologías en general, sí que creo que hay cosas que se nos están yendo de las manos. Metaverso es un negocio, pero un negocio sumamente pernicioso. Lo atractivo que puede parecer el ser tú sin las cosas que no te gustan de ti, dentro de un mundo que puedes elegir a tu gusto, en un momento social tan complicado como estamos viviendo puede ser casi tan irresistible como perverso.

Huir de lo que no te gusta, evadirte de la realidad en vez de intentar cambiarla es el mensaje que se está dando a generaciones presentes y futuras: no hagas nada, simplemente conéctate. ¿Pero qué pasa cuando te desconectas y  ves que tus problemas siguen ahí?

Cuando apareció la fiebre de cazar Pokemons, también me pareció algo tremendo. Te asomabas a la ventana, de noche, y los parques y jardines se llenaban de las lucecitas de los móviles de quienes iban en busca de lo que no existía más que en la realidad virtual. Aquello generó miles de millones a la empresa que puso en marcha la aplicación de móvil Pokemon go.

Escribo esto el día 10 de octubre, Día de la salud mental, todas las noticias dan como datos el aumento de los casos de problemas mentales, unidos a la escasez de recursos y  la falta de profesionales especializados. 

Con este panorama, las grandes empresas tecnológicas dedican sus esfuerzos y su dinero a crear ilusiones alternativas a la dura realidad  y, de paso, seguir haciendo caja a costa del sufrimiento y el malestar de las personas.

(Me hubiese gustado que las imágenes de ciertos colegios mayores universitarios perteneciesen a una realidad paralela, pero esa es otra historia de la que hablaré otro día)

6 oct 2022

LA POLICIA DE LA MORAL

 

                                                        

Mahisa Amini fue arrestada por la “policía de la moral” cuando salía del metro en Teherán, fue acusada de violar la ley que obliga a las mujeres a cubrirse el cabello con un velo, los brazos y piernas con prendas holgadas, no usar cosméticos, no usar pantalones vaqueros rasgados ni ropa de colores brillantes.

Después de varios días detenida, Mahisa, falleció a causa de las heridas recibidas durante su detención. El gobierno iraní ha declarado que sufrió un paro cardiaco mientras estaba a la espera de ser educada por los elementos policiales correspondientes. La ONU ha recibido numerosos testimonios en video, de las actuaciones de dicha “policía  de la moral” tratando violentamente a otras mujeres que, según la ley, no vestían adecuadamente.

Estas patrullas policiales llevan  en activo desde la revolución islámica de 1979. Su cometido consiste en detener a las personas (principalmente mujeres) que no cumplen el código de vestimenta conservador, para “promover la virtud y prevenir el vicio”. Estos grupos están compuestos por cuatro agentes masculinos y dos mujeres vestidas con chador (velo que cubre cabeza y cuerpo). Hacen guardia en lugares concurridos como centros comerciales, metro y también en los centros universitarios.

Una vez localizadas las personas que no se ciñen a la norma impuesta, son conducidas a correccionales donde se les alecciona como deben comportarse con moralidad. Se les suele liberar el mismo día, siendo entregadas a un familiar varón. Según la gravedad del delito los castigos pueden incluir: multa, prisión o flagelación.

“…nos dijeron que era para proteger a las mujeres, porque si no se visten adecuadamente, los hombres podrían ser provocados y hacerles daño” (declaraciones de un miembro de la “policía de la moral” a la BBC). De esta misma manera se actúa en otros países como Arabia saudita, Sudán o Malasia.

Sigo con atención estas noticias relacionadas con las mujeres y con quienes se arrogan el derecho de decidir sobre ellas, haciéndolas a la vez responsables de las acciones violentas que se ejercen contra ellas mismas. Sin pensar me viene a la cabeza algo leído recientemente. 

Con motivo de un estudio que estoy realizando, he consultado varias publicaciones antiguas de nuestro pueblo. En una de ellas encontré algo relacionado, en este caso, con los vestidos de las niñas: “QUEJAS DEL CORAZÓN DE JESUS: ¡Qué angustia oprime mi Divino Corazón cuando veo por las calles, templos y paseos, las pequeñitas de vuestros hogares, mancilladas inconscientemente por una moda inicua de impudor y desnudez! ya que los grandes me abandonan ¡oh madres! Conservadme ese tesoro, las pequeñitas, cubridlas, vestidlas, no profanéis esos lirios con modas de vergüenza. ¡Por mi sangre, por mis espinas, alargad el velo de la modestia, cubrid su carne virginal! Os hago responsables de mis lágrimas, os aguardo ante mi tribunal, donde me diréis quien pesa más: si el mundo o vuestro Dios”(revista parroquial “Amor y Esperanza” años veinte del siglo XX)

(Artículo publicado en el número 1.262 del periódico Infolínea)

En Irán cortarse el pelo es señal de duelo. Actrices francesas hacen lo propio en protesta por la muerte de la joven iraní.